Carlos Soria Perille •  Opinión •  04/10/2016

Carta abierta al Director Técnico del censo de lobo ibérico (2012-13) de Castilla y León

En el cuaderno nº 357 (noviembre de 2015) de la revista de estudio y conservación de la naturaleza Quercus, publicamos un censo de lobo ibérico en la Sierra de la Culebra (Zamora). Emprendimos este proyecto con la única pretensión de conocer el estatus de la especie en este espacio, con la consiguiente sorpresa de que nuestros resultados contrastaron notablemente con los anunciados oficialmente en los medios de comunicación. Nuestro trabajo, ajeno a cualquier financiación, sea pública o privada, ha resultado ser inesperadamente el primero en España con carácter auditor (y coincidente en el tiempo) con respecto a los realizados por las administraciones autonómicas, es decir, totalmente independiente. Cierto es que la superficie prospectada no corresponde a toda la Comunidad Autónoma de Castilla y León (CyL), pero es revelador, que en tan solo 825 km², difiera la población censada hasta la mitad. Entendimos que, si la metodología de censo empleada fue la misma para todo el territorio, el artificio de las cifras oficiales para la Sierra de la Culebra podía ser extrapolable al resto de la Comunidad Autónoma. La honda preocupación que nos produjo la manipulación de las estimas, dio lugar a la publicación de nuestro trabajo y a lanzar posteriormente una petición de firmas en Change.org (“Salvar al lobo de los censos oficiales, planes cinegéticos y reservas de caza en CyL”) hasta el momento con más de 14.000 adhesiones, exigiendo al Ministerio de Medio Ambiente, entre otras cuestiones, la desacreditación de los resultados del censo oficial emprendido en CyL.

 

A este respecto, en el cuaderno de la revista Quercus nº 364 (junio de 2016), se publicaron ciertas manifestaciones del director técnico del censo oficial realizado en CyL, el Sr. Mario Sáenz de Buruaga. Una vez que se inicia un debate, se supone que el nivel intelectual que se alcance debe contribuir a un adecuado y claro análisis que ayude a la comprensión fundamentalmente técnica, pero el estilo injurioso y descalificador de este Sr. nos obliga a dar una respuesta ajustada a otras consideraciones.

 

Existen abrumadoras diferencias entre ambos trabajos, la más destacada radica sobre las condiciones en las que se recopiló la información sobre el terreno. El Sr. Buruaga no aportó personal propio y dependió de la información transferida por la administración autonómica de CyL, cuando nosotros, en persona, en grupo de dos y a pie, recorrimos más de 400 km de transectos entre la ida y la vuelta invirtiendo más de tres meses intensos de trabajo diario con nuestros propios recursos. Resulta ridículo, escandaloso e intolerable que se nos acuse de destruir indicios cuando, por el contrario, si se revisa la metodología empleada por este autor, se descubre que eliminaron físicamente excrementos en la primera prospección para que no apareciesen en la segunda, procedimiento rechazado por la comunidad científica por el intrusismo (ésto sí que lo es Sr. Buruaga) que supone la alteración de los patrones territoriales de los lobos. No entraremos a valorar en profundidad el procedimiento “riguroso” que demuestra recorrer parte de los transectos en vehículo (¿se apeaban a pisar o retirar los excrementos que no escapaban a su localización?, ¿y los que pasan habitualmente desapercibidos entre la vegetación, incluso a pie?, ¿de esta forma nos aseguran el incremento del 20% de la población?), como tampoco en la perversión metodológica que supone variar la interpretación de la distribución espacial en función de si es una Reserva Regional de Caza (RRC) (sometidas al aprovechamiento económico del lobo) o fuera de ellas en similares condiciones. La profesionalidad del personal de la RRC “ Sierra de la Culebra” a la que alude el Sr. Buruaga y de la que no le queda otra opción que escudarse, es la misma demostrada cuando le han pasado a Ud. la “veraz” información, si es que no es de cosecha propia, de que hemos destruido indicios; es con la misma “veracidad” que cuenta la existencia de cuatro manadas en apenas 10 km² en el entorno de Villardeciervos, como así nos aseguró el Director de la RRC “Sierra de la Culebra” (conversación personal grabada y a disposición de quien nos la solicite) y que nosotros descubrimos que la única existente fue “controlada” y lo sigue siendo a día de hoy para impedir su restablecimiento territorial; la misma profesionalidad que la del Guarda Mayor de la RRC “Sierra de la Culebra” que coacciona y amenaza a quienes recorrimos caminos públicos tomando anotaciones de indicios de lobo (demanda presentada en juzgado a disposición de quien nos la solicite); la misma que la de celadores que amenazan con pegarte “tres tiros” si te ven por la Sierra cuando se denuncian cebaderos destinados ilícitamente para actividades turísticas como el que se encuentra situado entre Villanueva de Valrojo y Ferreras de Arriba (denuncia presentada en cuartel de la Guardia Civil a disposición de quien nos la solicite); la misma que ante las denuncias de que se abaten lobos frente a los turistas, responden masacrando a la manada más turisteada (“Falseando censos se aniquilan manadas” Tercera Información); y la misma que, como aparece en un reportaje de Informe Semanal (TVE) del año 2009, un celador declara que en las RRC de CyL se matan el triple lobos de los que se justifican (“Lobo Ibérico: cerco al hermano lobo”. Minuto 4:56). Si Sr. Buruaga, éste es el personal “profesional” con el que comulga y confía para fundamentar su estudio.

 

También nos acusa el Sr. Buruaga de inexpertos, desde luego, reconocemos que nos falta la habilidad y experiencia suficiente para corromper nuestros principios profesionales, si es a eso a lo que se refiere. No sabemos si también acusaría de inexperto a Fernando Palacios del Centro de Investigaciones Científicas (CSIC) cuando en el seguimiento de otra población de lobos limítrofe con el N.O. de la Comunidad de Madrid, la estima, de igual modo, se reduce a la mitad. En ser biólogo no está implícita la credibilidad, como tampoco por contar con una Consultoría y menos por que se asuman asistencias técnicas, por mucho que pague la administración, sin las más mínimas garantías deontológicas. Su asesoramiento técnico en los Planes Regionales de Caza de CyL, entre los que se incluye el aprovechamiento cinegético del lobo con más de 140 individuos anuales abatidos “legalmente”, no inspira confianza en su orden de valores cuando es difícilmente compatible éticamente estas asistencias conjuntamente con las destinadas a la “conservación” del lobo.

 

Parte del argumentario expuesto en la réplica, coincide con el expresado durante la evaluación de nuestro trabajo cuando lo presentamos a la Revista Galemys, dependiente de la SECEM (Sociedad Española de Conservación y Estudio de Mamíferos) y de la que es Vicepresidente el Sr. Buruaga (las evaluaciones están a disposición de quien nos la solicite). Finalmente, rechazamos las evaluaciones porque nos pareció inaceptable el tratamiento, y si nada tuvo que ver la influencia del Sr. Buruaga, puede que se debiera a esa relación fraternal con esos compañeros de profesión que le manifestaron su apoyo por nuestra osadía de censar lobo desafiando al “oligopolio investigador” y  por no dejarnos someter al chantaje. También a nosotros nos han manifestado un sincero apoyo, pero no derivado del corporativo, sino el de ciudadanos que están hartos de que se les mienta y de que se utilice nuestro patrimonio natural como moneda de cambio por intereses políticos, sectoriales o personales.

 

Winston Churchill, brillante político inglés, durante una sesión de control en el Parlamento y ante las calumnias proferidas desde la oposición, respondió: “ladran, luego cabalgamos”. Prueba de nuestra integridad es lo incómodo que está resultando nuestro trabajo.

 

Queremos aprovechar para resaltar que no hay mayor correctivo para la censura que la denuncia. Después de aparecido nuestro artículo en la revista Quercus, el rotativo La Opinión de Zamora ha restituido el contenido de los links que eliminó posteriormente a la publicación en su portada de nuestro censo. Les  transmitimos nuestra enhorabuena por acogerse a los principios de la libertad de prensa.


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