La desaparición de una verdadera izquierda anticapitalista y antisistema deja el terreno abierto al fascismo
Una parte importante de la juventud vota a la ultraderecha porque se vende falsamente como antisistema, hacen creer a una juventud frustrada y poco politizada, a unos jóvenes que no ven un futuro, que la lucha contra el sistema la hace el neofascismo y los neonazis, la ultraderecha.
El problema de base viene del desastre en el campo de la izquierda que ha sido destruida desde dentro por traidores a la clase trabajadora.
Unos traidores que se hacen pasar por representantes de la clase trabajadora cuando realmente defienden los intereses de los dueños del sistema, que es lo que también hace la derecha.
Finalmente todos ellos, fascismo, liberales, ultraderecha, derecha, socialdemocracia, todos están realmente a las órdenes de las mismas oligarquías que ponen el dinero y mueven los hilos, una oligarquía que teme a una clase trabajadora organizada y con conciencia de clase que sería su sepulturera.
Finalmente es esa socialdemocracia y esa falsa izquierda quienes han abierto una vez más las puertas a la
ultraderecha, la historia se repite, no aprendemos, no conocemos la historia, y el pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla.
“Ser joven y no ser revolucionario es una contradicción hasta biológica”. Lo dijo Salvador Allende, por entonces presidente de la República de Chile, el 2 de diciembre de 1972 en la Universidad de Guadalajara, México.
Nuestra juventud se encuentra sin una izquierda revolucionária y antisistema, le falta un referente ideológico que le dé verdadera esperanza de cambio.
Por este motivo es tan sencillo para la ultraderecha sembrar sus mentiras y su odio, muchos no ven alternativa y les han convencido que la única izquierda, según la ultraderecha, los socialcomunistas como dicen ahora, son la socialdemocracia, y eso es una mentira que favorece al crecimiento de la ultraderecha, pero también afecta a la izquierda haciendo que su influencia sobre la clase trabajadora desaparezca.
Los jóvenes y los no tan jóvenes no tienen referencia en la izquierda, no ven alternativa al capitalismo que los condena a la explotación y a la pobreza, no tienen conciencia de ser clase trabajadora, y los consideran a la socialdemocracia parte del sistema, y en esa parte tienen toda la razón.
La socialdemocracia no puede ocupar el campo de la izquierda, es imposible, no pueden hacer la función de frenar al fascismo y a la ultraderecha porque son parte del problema y no parte de la solución.