Carlos Urabá •  Opinión •  03/09/2017

Las galletas la Rosa y el logotipo de las FARC

Las galletas la Rosa y el logotipo de las FARC

Me trae mucha nostalgia el logotipo que han escogido las FARC pues me recuerda esa época de los años setentas cuando  me sentaba junto a mis hermanos en el comedor de la casa esperando que nuestra madre nos sirviera las onces. Y que sorpresa más agradable saber que vuelve la Rosa a endulzar nuestra vida. Porque de veras que a mí me gustaban la caja Surtida Selecta con galletas de chocolate con crema, vainilla, café noir, las wafers o los  barquillos que mojaba en la aguapanela que preparaba mi vieja. Ahora florece otra rosa rojita, rojita y con una estrella más rojita todavía en el cogollo de ñapa.

Que ilusión más grande me hizo pues tendremos unos representantes políticos bien verracos que saquen la cara por el pueblo. Y este logotipo no es ni mucho menos un plagio pues se ciñe a la abstracción de la clásica rosa socialista. A quién se le iba a pasar por la cabeza en ese entonces que la inocente rosa de  la fábrica de galletas se convertiría en el emblema del partido de las FARC. Grupo revolucionario que el gobierno acusaba de ser ¨una chusma bandoleros que pretendían destruir nuestra patria”.  Nos educaron infundiéndonos miedo y desconfianza para que sin rechistar comulgáramos con sus viles mentiras. El poder y la jerarquía intentaban (e intentan) descaradamente manipularnos con la propaganda emitida a través de la prensa, la radio o la televisión y nosotros como mansas ovejitas agachábamos (y agachamos) la cerviz.

Los guerrilleros han decidido entrar en política y eso significa echarle mucho coraje para plantarle cara a tamaño desafío. Y es que tendrán que lidiar con las fieras más feroces y más desalmadas  en el Congreso, el Senado o la Cámara de representantes de la República. Colombia necesita urgentemente una regeneración ética y moral pues sus instituciones se han convertido en un nido de ratas. Es casi utópico eliminar el latrocinio y la corrupción que desde tiempos inmemoriales vienen arruinando las arcas del estado.  Pero lo cierto es que hay que tener fe y confianza en que las FARC triunfen en el combate más duro de toda su historia. Y es que ya sin armas deberán enfrentarse a ese insaciable monstruo tan solo con la palabra y la dignidad.


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