Creative Commons •  Sebas Salgado Pérez •  Opinión •  01/08/2018

La inaceptable situación del parque de Bens

La inaceptable situación del parque de Bens

María García Gómez, concejala de medio ambiente e movilidade sostible de A Coruña no termina de asumir que una décima parte de la población urbana propietaria de mascotas caninas, por muy participativa que esta sea, no tiene derecho a imponer su criterio al 90% restante.

No hay otro lugar donde esto sea más cierto que en el parque de Bens, en el que estos días el Ayuntamiento ha inaugurado un propia área canina dedicada para que los perros puedan campar a sus anchas sin correa. 

El problema, como han reflejado diversos medios de comunicación en las últimas fechas, es que desde el consistorio ni se ha garantizado una vigilancia efectiva del espacio ni el Gobierno municipal de Marea Atlántica en A Coruña está haciendo que se cumplan las ordenanzas, que estipulan claramente que más allá de los espacios habilitados para ello, todos los canes deben de ir con correa y, en el caso de tratarse de razas peligrosas, también con bozal.

«Perros sueltos en el parque de Bens. Esto es un sinvivir» -comenta un afligido vecino en una noticia de la edición digital del principal diario herculino-, y desgraciadamente esa es la realidad, pues aún teniendo su propia área habilitada para perros, varios grupos de hooligans caninos han tomado ejemplo de la territorialidad de sus mascotas y han delimitado el terreno para su exclusivo uso y disfrute.

Así, más allá de los excrementos que a menudo colonizan el lugar, ni el parque infantil, con su gracioso barco pirata recibe ya visita alguna de las familias (algo normal cuando a determinadas horas las mascotas excavan en la arena de juegos), ni la gente mayor, que hasta hace relativamente poco paseaba tranquilamente por el llano de las terrazas, se atreve a hacerlo debido a las correrías de los animales.

Peor parados salen los deportistas, los que sudan la gota gorda a pie o en bicicleta, porque para ellos el paraíso se ha convertido en infierno, y cada vez en mayor número dejan de acudir ante la imposibilidad de evitar el descontrol que hay montado en el parque de Bens. Son caídas, carreras, discusiones y sobre todo muy mala energía, de esas que animan a no volver pisar el lugar ni sus recorridos. Y todo en el único espacio habilitado para correr sobre terreno blando en buenas condiciones y con distancia suficiente. La Concejalía de Deportes intentando promocionar la vida sana para la ciudadanía y la ciudadanía sin poder practicarla.

Podría ser únicamente el parque de Bens, pero la situación se amplía a diario a los restantes parques urbanos de la ciudad ya sea en Vioño, en los Rosales o en cualquier otro punto. Para asombro del respetable, es así como uno/a de cada diez coruñeses/as decide cómo ha de ser la convivencia para los/as restantes nueve ante la pasividad que caracteriza las actuaciones del actual Gobierno municipal en este sentido. 


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