Redacción •  Negocios y Ocio •  31/03/2022

¿Cuáles son los delitos informáticos más comunes?

A medida que las sociedades, tanto a nivel personal como laboral, intensifican sus procesos de digitalización, aumentan también los riesgos asociados con un mal uso de la informática y las tecnologías. Por tal razón, los delitos informáticos se han hecho cada vez más comunes en la sociedad y saber actuar es la mejor forma de cuidarse.

¿Cuáles son los delitos informáticos más comunes?

Desde luego, prevenir siempre será mejor que lamentar, pero no siempre es posible mantenerse con pies de plomo ante métodos que cada vez son más sofisticados, por lo que contar con abogados penalistas de delitos económicos -donde los delitos informáticos están tipificados- es una elección habitual, tanto para particulares como para empresas, ya que los delitos informáticos suelen estar asociados con la intención de apropiación de bienes o patrimonio de la víctima, y la forma de proceder es exactamente la misma que en otra clase de delitos económicos.

Los delitos informáticos más comunes

La estafa

Si bien el delito de estafa tiene su propio apartado dentro del código penal, las vías informáticas de estafa representan una forma de crimen en sí mismas, por lo que las estafas informáticas representan hoy en día los riesgos mayoritarios, tanto para empresas como para particulares.

En ese sentido, el phishing, que se utiliza para obtener credenciales, claves o datos de acceso de los usuarios, es la forma de estafa informática más común.

Exposición o apropiación de secretos empresariales

Aunque no necesariamente es un delito informático, sino más bien un grupo de actividades delictivas, es una buena forma de entender de qué se trata, siendo una de las formas de delito informático que más sufren las empresas.

El secuestro de datos, a menudo denominados como delitos ‘ramsonware’, que piden a cambio de la liberación de un importante volumen de datos, una cantidad enorme de dinero -casi siempre en criptomonedas, por su difícil rastreo-, se ha convertido en uno de los más conocidos en este ámbito.

Pero no necesariamente es la única manera, ya que la apropiación indebida de estos datos, la interceptación de comunicaciones empresariales para lucro personal de los delincuentes o el acceso no autorizado a sistemas privados, también se reconocen como delitos de exposición o apropiación de secretos empresariales.

Carding

No es una exageración que las autoridades siempre pidan a los usuarios que verifiquen la seguridad de las páginas en las que realizan pagos digitales, ya que el carding es uno de los delitos informáticos más comunes en la actualidad.

Y es que al pagar en sitios que no son seguros, las posibilidades de que los datos de la tarjeta de crédito o débito sean interceptados, duplicados o utilizados para hacer compras en otros sitios -a nombre de la víctima- son muy elevadas. Es una de las industrias delictivas más importantes del sector de la informática, haciendo relevantes todas las medidas que las autoridades toman al respecto.

Los delitos contra la intimidad

La utilización de información personal privada, su venta o exposición, incluso su apropiación o acceso sin consentimiento, es uno de los delitos más comunes.

Dentro de este género se encuentran las fotografías íntimas publicadas sin consentimiento, el acceso a archivos privados, la industria de la pornografía, entre otros tantos, que suelen tener como origen un delito contra la intimidad.

Formas correctas de proceder

Como se decía al principio, la forma correcta de proceder, consiste en prevenir la mayoría de los riesgos. No utilizar redes públicas para cosas privadas -como entrar en páginas de bancos-, cambiar frecuentemente las contraseñas, actualizar todos los mecanismos de seguridad de los dispositivos que se utilizan frecuentemente, no hacer clic o seguir enlaces que se reciban pidiendo información personal o financiera, tanto por correo como por redes sociales, y hasta por SMS; todas ellas son medidas que aconsejan los profesionales para mantenerse a salvo.

Denunciar estos delitos, sin embargo, es la manera de proceder cuando ya se han sufrido las consecuencias de un ciberdelito. Asesorarse debidamente, la otra gran decisión acertada al respecto.