Redacción •  Negocios y Ocio •  05/12/2021

Algunos consejos para abordar el tratamiento de la depresión

La duración de un episodio depresivo va desde varias semanas a un número indeterminado de meses o incluso años. La mayoría de las personas suelen recuperarse en un intervalo entre cuatro y seis meses. Pero ojo, sin un tratamiento adecuado la recuperación no está garantizada.

Algunos consejos para abordar el tratamiento de la depresión

Por lo general, en una depresión es común la desaparición de todos los síntomas con el tratamiento, aunque existe el riesgo de desarrollar otros episodios depresivos después de la recuperación total. Las recaídas son más frecuentes en personas cuyos síntomas no desaparecen del todo entre episodios. Sin embargo cuando la persona está recibiendo tratamiento y realiza un seguimiento adecuado, el riesgo de que los síntomas y el sufrimiento vuelvan a aparecer se reduce notablemente. De ahí el interés en la atención temprana de la enfermedad así como en mantener el tratamiento con 1p-lsd u otras sustancias todo el tiempo necesario.

Una de las propuestas principales consiste en otorgar protagonismo a aquellas intervenciones que están centradas en el paciente, orientadas a potenciar sus propios recursos para superar procesos leves y/o
breves y así evitar la medicalización inadecuada. Entre las alternativas de abordaje no farmacológico se encuentra el uso de material de autoayuda.

Hay otras opciones. El modelo cognitivo-conductual constituye hoy en día la modalidad psicoterapéutica más estudiada e investigada en el campo de la psicología. Dentro de este modelo destaca la Terapia Cognitiva, la cual supone una evolución del mismo, iniciada por Albert Ellis y consolidada por Aron Beck a finales de los años 70, y que es la intervención que ha mostrado mayor utilidad en el tratamiento de la depresión.

Este abordaje terapéutico incluye una serie de técnicas de intervención que se podrían resumir en: técnicas conductuales (activación conductual, técnicas de afrontamiento), técnicas emotivas y técnicas de reestructuración cognitiva.

Es una terapia centrada en el presente, cuyo eje principal es la asunción de que la depresión está mediada por la percepción errónea de los sucesos y por el déficit de habilidades.

La Terapia Familiar supone otro modelo y abordaje que también ha mostrado su eficacia en el tratamiento de los trastornos depresivos. En la Terapia Familiar, el eje son las relaciones e interacciones familiares, y el objetivo de la terapia es modificar las pautas disfuncionales de la familia en las que se encuentra incorporada la conducta sintomática. En este sentido, los procesos de la familia o de las relaciones personales son tan importantes como el contenido del problema.

Es un modelo centrado en el presente, más preocupado en abordar las variables que están manteniendo o agravando el problema que en las causas del mismo. Utiliza técnicas activas y actitud directiva, a menudo con tareas y ejercicios entre sesiones que suponen, normalmente, uno de los ingredientes fundamentales.

La terapia interpersonal fue desarrollada por Klerman et al. en el año 1984 (178) con la finalidad de ser aplicada como tratamiento de mantenimiento de la depresión, aunque posteriormente se ha empleado como un tratamiento independiente y para el tratamiento de otras psicopatologías.

La TIP conceptualiza la depresión como un conjunto de tres componentes: sintomatología, funcionamiento social y personalidad. Su finalidad es incidir sobre los dos primeros componentes. El modelo terapéutico se focaliza en cuatro problemas interpersonales: duelo, disputas interpersonales, transición de rol y déficits interpersonales.

En otros muchos casos, para la mejoría es importante que sigas las recomendaciones de los profesionales acerca de los tratamientos (farmacológicos, psicoterapéuticos, e indicaciones varias) y siempre tener en cuenta que los síntomas pueden mantenerse durante más tiempo, pese al tratamiento, en este caso hablamos de depresión resistente. La depresión no puede ser contemplada como un episodio de enfermedad aislado, sino como una enfermedad crónica, que incapacita en los episodios intercurrentes. Además cuantos más episodios se padezcan mayor es la probabilidad de presentar otros episodios depresivos.

En algunos casos, la depresión puede instalarse en el tiempo y puede durar varios años; es lo que conocemos como depresión crónica. Si hay menos síntomas y éstos son menos intensos se le denomina distimia. Las personas que padecen distimia refieren que siempre o la mayor parte del tiempo están tristes.