Oded Grajew •  Internacional •  29/01/2021

El contrapunto a Davos mostró que el neoliberalismo no es el único camino

La idea de que el neoliberalismo es el único camino, que no hay alternativa, se ha acabado. El mensaje «otro mundo es posible» se ha ganado corazones eminentes

El contrapunto a Davos mostró que el neoliberalismo no es el único camino

El Foro Económico Mundial (FEM) de Davos proclamó en 2000 el triunfo del neoliberalismo. La economía, liberada de restricciones, controles, reglamentos y normas, llevaría al mundo a la prosperidad y resolvería todos nuestros problemas sociales.

Las restricciones que pretendían preservar los derechos laborales, los derechos humanos, la protección del medio ambiente y garantizar los derechos de los consumidores se consideraban obstáculos para el desarrollo económico y el progreso. La presencia de dictadores en Davos, recibida con todos los honores, dio apoyo a quienes creían que la democracia, con sus reglas, obstaculizaba la actuación de quienes querían una total libertad de mercado.

Extremadamente molesto por los medios de comunicación al ver este discurso y la alabanza del neoliberalismo, tuve la idea de crear el Foro Social Mundial (FSM). Era necesario crear un contrapunto y oponerse al FSM, para demostrar que la economía debe estar al servicio del progreso social. Que los derechos humanos, la preservación del medio ambiente y la democracia son valores fundamentales para el proceso de civilización, para la vida en el planeta, para el bienestar de todos, y no sólo de unos pocos. Que el libre mercado, sin reglas ni límites, significa promover la ley de la selva donde el más fuerte se hace más fuerte y el más débil se hace débil – o desaparece. El resultado es el aumento brutal de las desigualdades.

Al examinar los indicadores de desigualdad en el mundo, donde el 1% más rico concentra la misma riqueza que el 99% restante, la pregunta que siempre me he hecho es: ¿cómo es posible que tan pocos dominen a tantos? ¿Cómo podemos aceptar tal desigualdad? Una de las causas es el hecho de que buena parte de la población estaba convencida de que no habría alternativas, de que no había otras opciones; y, por otro lado, la fragmentación de la sociedad civil, que tendría dificultades para articularse, para unirse, para adquirir fuerza política y social, para promover el cambio e influir en las políticas públicas.

El FSM sería un proceso liderado por las organizaciones sociales que visibilizaría propuestas e iniciativas concretas de progreso social, mostrando que otro mundo es posible, y facilitaría las conexiones, alianzas y asociaciones entre organizaciones y líderes sociales.

Varias personas y organizaciones se adhirieron a la idea y, en enero de 2001, se lanzó el FSM en Porto Alegre. A partir de 2004, el FSM se impuso en todo el mundo. Numerosos foros mundiales, regionales, nacionales, locales y temáticos se extienden por todos los continentes. Para celebrar su 20º aniversario, el FSM, que comenzó el 23 de enero y se extiende hasta el 30 de enero, será virtual debido a la pandemia.

Hemos acumulado derrotas y victorias. Las desigualdades siguen siendo enormes y la devastación medioambiental continúa. Algunos países importantes han elegido gobiernos que niegan todos los valores de la democracia, los derechos humanos y la sostenibilidad medioambiental. Los gobiernos progresistas han aplicado importantes políticas sociales, pero algunos se han rendido a la lógica del mercado y a las tentaciones del poder. Se han formado varias redes y alianzas a nivel local y mundial. Importantes movimientos han ganado poder y escala: feministas, antirracistas, indigenistas, ecologistas, de derechos humanos, de valoración de la diversidad, de reducción de la desigualdad, de promoción de la democracia participativa. Se han producido importantes avances en la legislación, las políticas públicas, las normas jurídicas y los tratados internacionales.

La idea de que el neoliberalismo es el único camino, que no hay alternativa, se ha acabado. El mensaje «otro mundo es posible» se ha ganado corazones eminentes. El FSM sólo ha podido hacerse realidad gracias a los miles de militantes y organizaciones que creyeron en la idea y se comprometieron a celebrar el primer foro hace 20 años y que organizaron y participaron en todos los encuentros posteriores. Y, sobre todo, siguen luchando por un mundo mejor. A estas instituciones y personas, les rindo homenaje.

– Oded Grajew, idealizador del Foro Social Mundial, es presidente emérito del Instituto Ethos y consejero del Instituto de Ciudades Sostenibles y de Oxfam Brasil.

Artículo publicado originalmente en https://www1.folha.uol.com.br/opiniao/2021/01/20-anos-de-forum-social-mundial.shtml, en Folha de S.Paulo, el mayor periódico de Brasil

Fuente: https://www.alainet.org/es/articulo/210715


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