La matanza de Senkata, Distrito 8: las víctimas hablan desde La Paz (Bolivia)
- Elena Buch y Javier Galán, fotógrafos, viajaron a Bolivia acreditados por Tercera Información poco después del golpe de Estado militar y policial que desalojó a Evo Morales de la presidencia de Bolivia, obligándole a abandonar el país.
- Entre los lugares a los que acudieron, Senkata, en al Alto, junto a la capital de Bolivia, donde tuvo lugar una masacre el pasado mes de noviembre. Allí recogieron numerosos testimonios de las víctimas de la represión del Gobierno de facto impuesto tras el golpe de Estado, y encabezado por Jeanine Áñez.
Martes 19 de noviembre de 2019. Amanecer en El Alto, La Paz. El mismo clima de tensión de días precedentes, hay bloqueos, disturbios y marchas (manifestaciones multitudinarias). No difiere este ambiente del acaecido en otras ocasiones, más lo que pasará después sentará un precedente, y hará de esta, una fecha que recordar, y un fatídico día para la democracia y los derechos humanos. Mariana Encinas es quien nos aporta este testimonio, tiene 22 años y es estudiante de la UMSA, en la Paz. El Alto se encuentra a 9 km. del centro de la capital de Bolivia,y a 500 metros de abrupto desnivel.
Mariana dejó su barrio, el distrito 6, muy próximo a la planta gasira de Senkata, con manifestantes bloqueando los 6 carriles de carretera que lo atraviesan, quemando neumáticos , y con las mujeres de pollera (falda larga hasta los pies, que forma parte de la indumentaria tradicional de las llamadas cholas) aguardando por la gente que acudía marchando desde zonas campesinas y mineras como Colquiri, Potosí o Corocoro, para sumarse a las protestas.
Planta de Senkata.
Ella continó su rutina con cierta normalidad, pues la vida sigue a pesar de los conflictos sociales. No era la primera vez que esto pasaba en Senkata, porque allí está instalada a YPFB, la planta gasira, en la que en grandes depósitos se almacena gas, recurso del que Bolivia posee importantes reservas naturales. Este gas se embotella en bombonas y todos los días sale en camiones para ser distribuido en la Paz. Por lo que unos días de bloqueo a esta planta suponen un colapso en la capital a corto plazo. El bloqueo de esta planta, acompañado del corte de la carretera RN1 (Ruta Nacional 1), es un recurso utilizado por la población alteña para hacer visibles sus reivindicaciones. En esta ocasión protestaban por los acontecimientos que desde el 20 de Octubre habían paralizado el país. Resumiendo: las acusaciones, no poco infundadas, de fraude electoral al partido ganador, el MAS (Movimiento al Socialismo), el claro apoyo de la OEA (Organización de Estados Americanos) a esta versión; la renuncia de Evo Morales a su cargo de la presidencia de Bolivia, mediante amenaza directa de Williams Kaliman (comandante de las fuerzas armadas) el 10 de Noviembre; la autoproclamación, el 12 de Noviembre de la Senadora del Movimiento Democrata Social, Jeanine Añez como presidenta transitoria, hasta nuevas elecciones. Todo esto acompañado de graves disturbios en las calles; en unos casos provocados cómo señal de rechazo al levantamento militar, que tuvo lugar en Cochabamba, en apoyo al nuevo régimen o gobierno, y el consiguiente levantamiento de delegaciones policiales en diferentes puntos del país.
Otro motivo de protestas fue la quema de Wiphalas (bandera de siete colores , que representa a los pueblos originarios), que la población indígena, mayoritaria en los censos de población en Bolivia, y de ascendencia Aimara, Quechua y Guaraní interiorizó como propia. En el año 2009 se incluyó como símbolo Nacional en la Constitución, por lo tanto, ondea, excepto en esos fatídicos días, en los edificios oficiales, junto a la bandera tricolor. También en multitud de casas o negocios de quien con ella se identifica.
Mulleres na kermés de Senkata.
La ola de disturbios se tiñó de gestos revanchistas de una banda y de otra; pasaron desde agresiones y quema de propiedades a miembros del MAS, a la quema de 8 comisarías (FLCC, Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen), y estaciones policiales en El Alto, Cochabamba, se quemaron los autobuses municipales…
Algunos de estos actos sospechosos de ser realizados previo-pago, tanto para dañar directamentre a las víctimas de este hecho, como para favorecerlas desde el cobro de seguros de los bienes incendiados.
Las calles ardían con olor a Guerra Civil; en el que la población sacó a florecer sus más enfervorecidos sentimientos racistas, contra la población indígena, que en estos últimos años habían estado enterrados, amansados, o simplemente reprimidos; en gran parte por el auge y apoyo que tuvieron en los 14 años del anterior gobierno (en el 2010 se promulgó una ley antirracista), que supuso la participación y representación en todos los ámbitos de la sociedad: político, cultural, laboral, educativo…
A eso del mediodía, Mariana, recibió la llamada de una amiga, advirtiéndole de lo que allí estaba pasando. Los bloqueos comunes, a los que ella ya estaba acostumbrada en su corta vida, se habían convertido en algo que ella no conocía. Cuando el minibús paró para bajar a su pasaje en el arcén y dar vuelta, comprobó que el paisaje cotidiano, a pesar del que ella había dejado de mañana, se había convertido en la escenografía de una guerra. El cielo completamente cubierto de humo negro, de la quema de neumáticos, y blanco, de los gases lacrimógenos, lanzados por las fuerzas armadas, obligaban a la gente a salir de sus casas para poder respirar, sobre todo con niños/as. En su carrera de regreso a su hogar, vio unas 15 personas llevadas en volandas o en aguayo (tejido tradicional con multiples funciones), heridas o muertas. Los disparos y los gritos, junto con el ensordecedor rugir de los helicópteros y aviones, que sobrevolaban muy bajo el distrito, fue la banda sonora que aterrizó y traumatizó de por vida a su población.
Impactos de bala en un comercio de Senkata.
Bala que se conserva dentro de un comercio.
Vió al enfermero que grababa un video, en el que solicitaba insumos materiales para continuar socorriendo a la gente que caía baleada; fue detenido por policías de civil, a día de hoy continúa detenido, acusado de ejercicio ilegal de la medicina. Este dato fue confirmado por el Itei (Instituto de Terapia e Investigaciones sobre las Secuelas de la Tortura y Violencia Estatal); casi dos meses después de los hechos, continuaba detenido, sin confirmar el lugar de detención, en un claro caso de apresamiento abusivo. En las listas de detención constan menores y personas discapacitadas. Los listados oficiales aportan los datos de 34 personas muertas, 800 heridas, y más de 1200 detenidas. No se valoran desapariciones.
Cuando Mariana consiguió llegar a la céntrica plaza 25 de julio, muy próxima a la iglesia de San Francisco, espontáneo lugar de reunión donde brotaban las lágrimas y las primeras ideas, recuperada la capacidad de pensar con claridad, decidió llamar a la prensa. Nadie acudió, “Ya ni la tele vemos, la tele sólo dice mentiras “. Es la frase más escuchada en El Alto referida a los medios de comunicación, y la cobertura mediática que ofrecieron a lo allí sucedido. RTP, un medio local, fue el único en interesarse en la emisión de lo sucedido en Senkata; la respuesta gubernamental fue la clausura del canal durante 4 días. Donaron 7 cajones para los muertos de Senkata, que en total fueron once.