Redacción •  Internacional •  19/11/2016

Greenpeace valora la determinación de los países para luchar contra el cambio climático pero demanda mayores compromisos

La organización ecologista lamenta que España mantenga un perfil tan bajo y no adopte medidas a su alcance como planificar el fin del carbón.

Greenpeace valora la determinación de los países para luchar contra el cambio climático pero demanda mayores compromisos

Al finalizar la cumbre del clima (COP22) en la ciudad marroquí de Marrakech,  Greenpeace valora la determinación renovada de los países para avanzar con el Acuerdo de París, hasta el punto de que algunos Estados han dado pasos de gigante en este sentido. “47 naciones se han comprometido con un futuro 100% renovable, lo que supone una muestra de liderazgo y visión de futuro cuando más lo necesita el planeta”, ha comentado Jennifer Morgan, directora de Greenpeace Internacional.

En cualquier caso, Greenpeace recuerda la necesidad de un plan de trabajo para lograr recortes de emisiones más profundos y que el Acuerdo de París tenga un reglamento de desarrollo para 2018, porque aún existen numerosos países vulnerables a los efectos del cambio climático que necesitan más apoyo.

La organización ecologista mantiene que es imprescindible terminar con el uso de combustibles fósiles como el carbón y el petróleo para que la temperatura del planeta no aumente más de los 1,5 ºC acordados en París, además de proteger los grandes bosques del planeta, así como los océanos, y apostar por una agricultura ecológica.

Papel de España en la COP

Greenpeace lamenta que el papel de España haya sido tan pobre a pesar de que la lucha contra el cambio climático requiere medidas urgentes. La ministra Tejerina ha vuelto a anunciar una ley de cambio climático sin concretar nada de su contenido. Para la organización ecologista, España podría liderar la lucha frente al cambio climático dentro de la Unión Europea y tener una presencia más ejemplar en las cumbres internacionales si desbloqueara las energías renovables y promoviera la descarbonización de la economía.
 
El Gobierno debería haber puesto límite al funcionamiento de las térmicas de carbón para 2025, como ya han hecho muchos países de la Unión Europea, sin embargo, el recién nombrado ministro de Industria, Álvaro Nadal aseguró en Marrakech que serían los mercados los que deberían poner fin al carbón, algo totalmente inadmisible”, ha declarado Tatiana Nuño, responsable de la campaña de cambio climático de Greenpeace España. Países como China, con una fuerte dependencia del carbón, ya han detectado la necesidad de reducir su uso con medidas concretas, lo que repercutirá de manera positiva tanto en su economía como en la calidad de vida de sus habitantes. 
 
Un plan de cierre ordenado de las centrales térmicas sería la única manera para que tanto los empresarios como las regiones puedan planificar sus actividades económicas en un marco acorde a un futuro sostenible y basado en energías limpias, y tanto el Gobierno como las eléctricas deben ponerse a trabajar y dejar de ignorar este problema”, ha concluido Nuño.

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