Nuevo premier iraquí, “decidido” a expulsar a fuerzas extranjeras

En declaraciones ofrecidas este miércoles a la agencia iraquí de noticias Baghdad Today, Al-Kazemi ha aseverado que “está decidido” a poner fin a cualquier presencia ilegal de fuerzas extranjeras en Irak, afirmando que Bagdad mantendrá pronto conversaciones con EE.UU. al respecto.

En un futuro próximo, Bagdad discutirá con Washington acerca de la naturaleza de su presencia en el suelo iraquí, ha agregado Al-Kazemi, designado el pasado jueves como primer ministro de Irak poco después de que su antecesor, Adnan al-Zurfi, renunciase al puesto por no poder llegar a un acuerdo con los grupos políticos del país para formar un gobierno.

Tras insistir en que Irak no debe ser utilizado como “un campo para ajustar cuentas”, el también exjefe de los servicios de Inteligencia iraquí ha prometido adoptar una “política abierta”, basada en el principio de intereses comunes en las esferas extranjera y árabe-islámica.

De hecho, los partidos políticos iraquíes han condicionado la aprobación del gabinete de Al-Kazemi con la plena implementación de una ley ratificada por el Parlamento iraquí, según la cual todas las fuerzas extranjeras deben ser evacuadas del país árabe.

La ley fue aprobada en respuesta a la violación por EE.UU. de la soberanía de Irak, en concreto durante la ofensiva aérea del pasado enero en Bagdad (capital iraquí) que acabó con la vida del teniente general Qasem Soleimani, quien fungió como el comandante de la Fuerza Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI), así como de Abu Mahdi al-Muhandis, subcomandante de las Unidades de Movilización Popular de Irak (Al-Hashad Al-Shabi, en árabe) y de otros militares.

De igual modo, en otra parte de sus afirmaciones, Al-Kazemi ha llamado a los partidos políticos iraquíes a aumentar aún más sus cooperaciones con el fin de sacar a Irak del estancamiento político que atraviesa durante meses.

Desde el pasado noviembre cuando el premier Adel Abdul-Mahdi dimitió en medio de las protestas sociales, Irak se encuentra sumido en una grave crisis política, sin que ningún candidato haya logrado formar gobierno desde entonces. Ante la parálisis para encontrar un sucesor, Abdul-Mahdi continúa aún en funciones.

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