Agencias / DW •  Reuters / K. Plaffenbach •  Internacional •  08/12/2018

La conservadora Annegret Kramp-Karrenbauer es elegida secretaria general de la CDU alemana

La candidata favorita de Merkel se impuso en la elección del Congreso de la CDU a sus rivales, el democristiano Jens Spahn y el ex líder de la facción conservadora Friedrich Merz. Annegret Kramp-Karrenbauer, una política que tan solo había aparecido en el ámbito regional hasta hace apenas un año, AKK supone la continuidad de las líneas políticas de su predecesora.

La conservadora Annegret Kramp-Karrenbauer es elegida secretaria general de la CDU alemana

Annegret Kramp-Karrenbauer es la nueva secretaria general y líder de la CDU, la fuerza política que ha conducido a la principal potencia de la UE desde hace 15 años. Política desconocida hasta hace apenas un año, AKK, como ha sido bautizada por los medios de comunicación alemanes para atajar la complejidad de su nombre incluso para los estándares germanos, ha protagonizado un ascenso en la dirección de la organización sin precedentes de la mano de su principal apoyo, la canciller y hasta ayer líder de la coalición cristianodemócrata Angela Merkel. Hace dos años, AKK, como se la conoce en Alemania, era todavía la ministra del pequeño estado federado del Sarre, en el sudoeste del país, y luchaba por su reelección. Ahora, 24 meses después reemplaza a su mentora, Angela Merkel, al frente del partido político más grande de Alemania, un dominio tradicionalmente masculino.

En el congreso del partido realizado este viernes en Hamburgo, Kramp-Karrenbauer, se definió como la candidata de la unidad y la continuidad. «No hay una unión conservadora o liberal», dijo. «Hay una sola CDU».

La estrella de Kramp-Karrenbauer comenzó a ascender en marzo de 2017, cuando logró para la CDU una victoria sorprendentemente fácil en las elecciones estatales, con el 40.7 por ciento de los votos. En ese momento, el candidato a la cancillería, el socialdemócrata Martin Schulz, encabezaba las encuestas de opinión. Fue AKK quien se convirtió en el primer obstáculo en el camino de Schulz. Casi de la noche a la mañana, Kramp-Karrenbauer se encumbró a la liga de la política nacional, un brinco que pocos líderes regionales suelen lograr.

Política regional

Kramp-Karrenbauer se unió a la CDU en 1981, y fue abriéndose camino desde la organización juvenil y las filas locales del partido. En mayo de 2011, era ya líder de la división de Sarre de la CDU, la primera mujer en ocupar ese puesto, elegida, además, con el 97 por ciento de los votos.

De 2001 a 2004, Kramp-Karrenbauer fue la primera ministra regional del Interior de Alemania, lo que haría pensar que pondrá mayor énfasis en la ley y el orden que Angela Merkel.

En 2011, Kramp-Karrenbauer se convirtió en primera ministra del estado del Sarre después de forjar una coalición con los Verdes y liberales de centro-derecha del FDP. Solo un año después impulsó la disolución del Parlamento regional del Sarre y nuevas elecciones, que desembocaron en una nueva «gran coalición” de gobierno con la competencia nominal de la CDU, los socialdemócratas.

Después de ser reelegida en 2017, Kramp-Karrenbauer negó cualquier ambición de ascender al nivel nacional y dijo que estar satisfecha con servir al Sarre. Pero su nombre circulaba ya como posible sucesora de Merkel. La CDU nacional sucumbía en las encuestas de opinión y había una urgencia de «sangre fresca”.

Menos de un año después de ganar otro período como primera ministra del Sarre, Kramp-Karrenbauer recibió la oferta de Merkel de convertirse en la secretaria general de la CDU. Ella aceptó y fue confirmada en el puesto en febrero pasado. Pronto subiría el siguiente peldaño de la escalera.

Perfil conservador

La experiencia política extraída de su papel en posiciones de poder en el Sarre muestran que, a pesar de ser la apuesta de Angela Merkel para su sucesión y comparte el grueso de sus planteamientos políticos, Kramp-Karrenbauer es una líder más conservadora, perfil que ha podido demostrar en los debates planteados sobre la cuestión migratoria, cuestión que, Axel Springer mediante, se ha erigido como el caballo de batalla todo el debate político en Alemania.

«No es el problema número uno, pero es un problema, y no tiene sentido no hablar de él», dijo Kramp-Karrenbauer a la prensa hace unas semanas. «Pero si creen que la discusión debe ser sobre si se puede revertir lo que sucedió en 2015, tenemos que ser honestos y constatar: lo que sucedió en 2015 es realidad, es un hecho. El segundo punto es, y tenemos que dejar esto muy en claro, que ya desde 2015 empezamos a trabajar para asegurarnos de no vuelva a suceder, algo en lo que colaboré desde mi puesto de primera ministra del Sarre».

Está por verse si logra satisfacer a aquellos miembros del partido que demandan a un líder más conservador. Actualmente la CDU alcanza en las encuestas de opinión solo un 30 por ciento del apoyo del electorado. Tienen, por el momento, la esperanza de que Kramp-Karrenbauer los encumbre y se vuelvan a conquistar niveles como los alcanzados en el Sarre en marzo de 2017.

Kramp-Karrenbauer sabe que, a pesar de sus buenas relaciones con Merkel, tiene todavía que ganarse los corazones como presidenta de la CDU para poder unirse a la fiesta. «Este es el final de una era con la que asocio muchas relaciones y experiencias personales», dijo en uno de sus discursos de campaña para encabezar la CDU. «Pero esa era ha terminado, y no puede ni continuar ni revertirse. La pregunta decisiva es qué hacer con lo que se ha heredado para convertirlo en algo nuevo y mejor».


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