OLOT, una potencia visual icónica
OLOT (Autsaider Cómics, 2022), con su sonoridad casi onomatopéyica, es el título de la novela gráfica de Dr. Alderete, en la que la localidad catalana es la protagonista, presentada como ese vecino que siempre saluda cuando te lo cruzas en el rellano, amable, correcto y discreto, a quien apenas nadie conoce en profundidad y del que las teleseries nos han enseñado, como mínimo, a sospechar de él.
Datos objetivos y sucesos reales presentados de una manera neutra y fría, como si se tratara de un informe. El relato nos va introduciendo en la geografía, el paisaje y en hechos históricos de la comarca o protagonizados por personajes locales, en los que empiezan a apuntarse sorprendentes casualidades –reales también– a las que añadir famosos crímenes que allí sucedieron en las últimas décadas, numerosos avistamientos ovni y testimonios de abducciones en la zona de la Garrotxa, el famoso secuestro y la existencia de un moai en el centro de Olot. Esta profusión documental es aliñada con detalles figurados que dan pie a extrapolar hechos aislados, modificarlos y armar una ligazón entre ellos, a fantasear y a permitir al lector elucubrar sobre las conexiones paranormales que llevan a un relato de misterio entre la serie B y la realidad-ficción.
Toda esta fantasía sustentada por piezas verídicas es presentada con un dibujo absolutamente hechizante. Una potencia visual icónica que transforma las páginas prácticamente en carteles de cuidadísimo diseño. Colores planos y saturados, para nada realistas, líneas gruesas, composiciones equilibradas y elegantes que remiten a movimientos artísticos de finales del siglo XX, al muralismo y a antiguos grabado xilográficos por lo rotundo. Crea sus propios códigos y símbolos enriqueciendo y aprovechando todas posibilidades que brinda el cómic como medio, con pasajes mudos y poesía visual integrada dentro de este.
El Dr Alderete rediseña la realidad, recoloca los ladrillos que la forman, de manera tan imprevisible, que hace que la construcción resulte sorprendente e inquietante, estéticamente exquisita y más atractiva que la propia verdad. Una construcción disparatada pero que atendiendo a parámetros de fenómenos ocultos podría parecer casi lógica, encerrando grandes misterios en lugares y personajes que pueden parecer anodinos, dando rienda suelta a elaborar nuestras propias teorías, como hacemos con ese vecino que saluda en el portal y del que no sabemos nada.
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