Redacción •  Actualidad •  17/11/2025

SATSE Madrid: «Muchas enfermeras, obligadas a hacer las visitas domiciliarias andando o en transporte público. No quieren poner su coche a disposición del Sermas»

  • Muchas enfermeras no disponen de vehículo propio o no tienen carné de conducir por lo que han hacer los avisos domiciliarios en transporte público o andando, debido a que el transporte que facilita el Sermas, Auro, funciona muy deficitariamente.
  • SATSE Madrid exige que la Administración garantice el derecho de los pacientes a recibir atención enfermera de calidad que actualmente está en peligro ya que depende de que el transporte de Auro funcione, lo que no suele ocurrir.
SATSE Madrid: «Muchas enfermeras, obligadas a hacer las visitas domiciliarias andando o en transporte público. No quieren poner su coche a disposición del Sermas»

Madrid, 17 de noviembre de 2025.- Hace más de un año, SATSE Madrid, ya denunció que el servicio implementado por el Sermas para el transporte de las enfermeras de los centros de salud a los domicilios de los pacientes funcionaba muy deficitariamente por los reiterados incumplimientos de la empresa de transporte.

Hoy en día, cada día es más habitual que la empresa encargada del transporte, Auro, anule trayectos pocos minutos antes de iniciarlos, deje a la enfermera en el domicilio de los pacientes sin esperarla o que directamente ignore la petición por atender primero a otro cliente más rentable.

Las quejas de las enfermeras son cada vez más habituales ya que no encuentran la forma de atender a cientos de pacientes que necesitan cuidados en sus domicilios. “La atención sanitaria es desigual y depende de lo cerca que vivas del centro de salud que te corresponda. Los que viven lejos o donde no llega el transporte público tienen menos posibilidades que el resto para recibir una atención enfermera a tiempo y de calidad”, explica una enfermera.

No poner el vehículo propio a disposición del Sermas significa tener que recurrir a Auro, el transporte que gestiona los desplazamientos de las enfermeras a los domicilios de los pacientes. Hacerlo significa, que el conductor lo anule o no venga, que deje a la enfermera en el domicilio del paciente pero no la recoja, que llegue muy tarde, etc. lo que genera que muchos pacientes no puedan recibir los cuidados enfermeros que necesita, que la extracción sanguínea no sirva ya que no puede ser trasladada al hospital para su análisis o que los pacientes de los centros de salud comprueben cómo su enfermera llega varias horas tarde debido a que ha tenido que desplazarse andando o en transporte público desde el último domicilio.

Multas y problemas de movilidad urbana

Cientos de enfermeras están hartas de tener que poner a disposición del Sermas su vehículo propio, hacerse cargo de las posibles multas que puedan ponerles por aparcar cerca del domicilio del paciente al que van a atender o comprobar cómo hay zonas a las que no pueden acceder por el tipo de vehículo que tienen.

Muchas, explican desde SATSE Madrid, han decidido ya que van a hacer las visitas a los domicilios de los pacientes andando o en transporte público si el transporte de Auro no funciona, a pesar de que tardarán más horas y tendrán que llevar, por ejemplo, muestras de sangre en autobús o metro sin las debidas garantías sanitarias”.

Son conscientes también que este hecho tendrá repercusiones para el resto de pacientes, que tendrán que esperar más tiempo a ser atendidos en las consultas enfermeras de los propios centros de salud ya que el trayecto que antes hacían en poco tiempo ahora puede demorarse horas, especialmente si el transporte público de la zona es precario o, simplemente, no existe.

También son conscientes de que, en ocasiones, habrá pruebas (analíticas, por ejemplo) que tendrán que repetirse varias veces ya que también es habitual que se lleve a cabo la extracción, pero no venga el vehículo de Auro por lo que la analítica llega al centro de salud posteriormente a que se haya ido el coche que las traslada al hospital. En este caso, explican, la prueba debe repetirse con lo que genera muchas molestias al paciente, especialmente si está muy delicado o tiene las venas muy frágiles que, en personas mayores, es muy habitual.


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