Redacción •  Actualidad •  16/01/2024

9 kilómetros de marcha para pedir la clausura de la incineradora de Valdemingómez en 2025

  • El próximo domingo, la FRAVM, Ecologistas en Acción y GRAMA organizan la V Marcha por el cierre de la incineradora de Las Lomas, una instalación obsoleta, contaminante y poco eficiente que el Ayuntamiento de Madrid pretende mantener en funcionamiento al menos hasta 2035. Este año se contará con la participación de plataformas ciudadanas de las mancomunidades de residuos de toda la región.
  • Domingo 21 de enero. 11:00. Salida de la Estación de Metro La Gavia, Madrid.
9 kilómetros de marcha para pedir la clausura de la incineradora de Valdemingómez en 2025

Madrid, 16 de enero de 2024. El equipo de Gobierno de José Luis Martínez-Almeida tiene la firme intención de prolongar el funcionamiento de la incineradora de Valdemingómez hasta el año 2035 como mínimo, tal y como refleja su proyecto de Estrategia de Residuos, un texto que, a punto de ser aprobado, parece concebido con el único fin de justificar el mantenimiento de la vieja, contaminante y poco eficiente instalación. Ante este panorama, con el fin de presionar para que sus alegaciones sean incorporadas a la estrategia y el Ayuntamiento clausure la incineradora en 2025, tal y como se comprometió el Consistorio de Manuela Carmena, colectivos vecinales y ecologistas organizan una nueva manifestación este domingo 21 de enero. Ese día, la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM), Ecologistas en Acciónde la Comunidad de Madrid y el Grupo de Acción para el Medio Ambiente (GRAMA), darán vida a la V Marcha por el cierre de la incineradora de Valdemingómez, una caminata de 9 kilómetros que llegará hasta el polémico depósito de cenizas de la instalación.

El acto comenzará a las 11:00 en la salida de la estación de Metro de La Gavia. A esa hora, portavoces de las tres organizaciones, que conforman la llamada Mesa por el cierre de la incineradora de Valdemingómez, realizarán declaraciones ante los medios de comunicación delante de la pancarta que abrirá la marcha. Si te incorporas una vez que esta haya arrancado, tienes su recorrido completo en este enlace.

La marcha de este año quiere visibilizar la problemática de la inadecuada gestión de los residuos a nivel regional. Por ello, se ha invitado a participar a las plataformas vecinales de las mancomunidades de residuos del Sur y del Noroeste. En estas se está tramitando la ampliación de los vertederos de Pinto-Getafe y de Colmenar Viejo, respectivamente. También se espera la asistencia de la plataforma vecinal de la Mancomunidad del Este, donde en 2021, se inauguró la nueva planta de tratamiento de Loeches, después de cerrar el vertedero de Alcalá de Henares por saturación de su capacidad.

La caminata permitirá conocer de primera mano las dimensiones del Parque Tecnológico de Valdemingómez y de la incineradora de Las Lomas, así como sus afecciones sobre las zonas más cercanas, entre las que se encuentran los nuevos desarrollos de El Cañaveral, Los Ahijones, Los Berrocales y Valdecarros. Este último barrio, que cuando se termine contará con 51.000 viviendas, se encuentra a apenas 2 kilómetros de la incineradora, al igual que el Ensanche de Vallecas, el lugar, junto a la Cañada Real, más afectado en estos momentos por las emisiones tóxicas de Valdemingómez.

Se calcula que unas 700.000 personas, que residen en un radio de 10 kilómetros de Las Lomas, están sometidas hoy a estas emisiones que contienen sustancias peligrosas. Recordemos que diversas investigaciones científicas (entre ellas un estudio del propio Ayuntamiento y dos trabajos de campo de la fundación holandesa ToxicoWatch) han detectado una elevada presencia de dioxinas y furanos en el entorno de la incineradora, en proporciones mucho mayores que en otras zonas de la capital. Las dioxinas y los furanos son contaminantes ambientales que pertenecen a la llamada “docena sucia”, un grupo de productos químicos peligrosos que a su vez forman parte de los llamados contaminantes orgánicos persistentes. Diferentes estudios señalan la relación entre las emisiones lanzadas a la atmósfera de estos contaminantes y el incremento del riesgo en la población de contraer diversos tipos de cáncer (pleura, vesícula, estómago o páncreas) y enfermedades graves (como el linfoma no Hondgkin o malformaciones en recién nacidos).

Ya es hora de cerrar una instalación que, además de peligrosa, se ha quedado obsoleta y es cara y poco eficiente. Su continuidad, además, se encuentra en las antípodas de la línea de gestión de residuos que marca Europa, que no en vano en 2017 dejó de financiar las plantas incineradoras y desde entonces apuesta por proyectos más sostenibles que beneficien la economía circular.


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