FeSP •  Actualidad •  12/03/2017

El mito de la independencia en los grandes medios

Gervasio Sánchez: “Quien diga que los grandes grupos mediáticos no están vinculados a intereses políticos y económicos, miente.”

El mito de la independencia en los grandes medios

La periodista Izaskun Sánchez Aroca ha entrevistado para ‘saltamos.net’ al periodista Gervasio Sánchez; entre la serie preguntas que le formula sobre su actividad profesional y su visión de la misma destacamos estas:

“-¿Es posible un periodismo independiente hoy en día en el estado español?

– No. Totalmente imposible. Salvo excepciones más minoritarias. La mayor parte de la prensa de toda la vida, como televisión y como radio, son totalmente dependientes de intereses ajenos al periodismo, vinculados con intereses empresariales y de estrategias conjuntas entre poderes fácticos, económicos y políticos, y mediáticos. Quien diga lo contrario miente. Quien diga que los grandes grupos mediáticos no están vinculados a intereses políticos y económicos, miente.

Y en los últimos años hemos llegado a un momento en el que la dependencia económica y el endeudamiento de los medios de comunicación están haciendo posible que poderes fácticos importantes, como son los bancos y cajas de ahorros, incluso la publicidad institucional, se conviertan en una forma de censurar informaciones que no son buenas para estas empresas.

 ¿Cuál sería entonces el rol de los medios hoy?

– Los medios deberían conseguir que ese casi 70% de población que no cree en lo que lee o ve vuelva a creer como ocurría en los años 80.  Para ello hay que cambiar muchas cosas, pero dudo mucho que eso pueda pasar.

Con respecto a las limitaciones que se imponen a los periodistas para hacer con divinidad su trabajo Gervasio Sánchez responde:

“Si yo hiciera periodismo local, me hubieran cortado el cuello hace mucho tiempo. Eso tenlo por seguro, las grandes censuras y autocensura, las grandes campañas de presión se hacen en el periodismo local, en el periodismo nacional. Cuando escribes sobre Afganistán te aplauden.

Decir que Karzai es un corrupto, no hay ningún problema. Decir que Gadafi es un corrupto, no hay ningún problema. Pero ponte a decir que el señor Botín era un corrupto o el señor González es un corrupto, o tal banco se dedica a hacer pura corrupción… Tienes los días contados. Cuando un medio tan poderoso como El País en los años 80 deja de criticar a Felipe González es porque ha dejado de interesarle a la cúpula el periodismo, les interesan los negocios.

Cuando ese mismo medio deja de criticar a presidentes como el presidente mexicano Salinas es porque hay contratos con Santillana, que le van a suponer una millonada a la empresa, o sea, eso pasaba.

Entonces, si tú en aquel momento te vas a México y se te ocurre escribir sobre Salinas, criticando la corrupción de Salinas: un hombre que, cuando dejó de ser presidente de México, se tuvo que marchar del país y tardó diez años en volver porque si no iba directamente a la cárcel. Con un hermano que era un narcotraficante, Gustavo Salinas. Y, a pesar de ello, Salinas era presentado como el reformador, ¡en los años 90!

¿Todo el mundo lo ha olvidado? ¿Todo el mundo ha olvidado quiénes eran los directivos de entonces del medio? Cebrián se fue en 1988 de El País, ¿qué pasó después? ¿Todo el mundo se ha olvidado? ¿Nadie critica nada? No, son cosas muy graves que han pasado y que, en mi caso, no me han tocado, porque yo hacía periodismo internacional.”


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