Jafet Barreto •  Opinión •  09/08/2017

No bastan los discursos

Ante toda esta coyuntura económica, aún hay “caraduras” que prefieren jugar con el pan ajeno antes de recortarse sus grandes privilegios. Algunos de los especímenes que tenemos en estos momentos en la clase política y que, por cierto, han justificado su incompetencia en la crisis, creían que la política era soplar y hacer botellas pues, es indudable que algo que se le suponía que iba ligado a la condición del político, la decencia, la sensatez, la solidaridad, se echa en falta, cada vez más, en estos tiempos.

Asimismo, la llamada política contenciosa, es decir, la política que actúa desde los márgenes de la oficialidad y excede el marco institucional, viene a ser cada vez más central, en una época de creciente desafección hacia la política representativa. De esta manera, se hace más que necesario superar la lógica representatividad de cada cuatro años, ¡somos algo más que un voto!, y buscar nuevas formas de canalizar la defensa de nuestros derechos. Con las elecciones no terminan los deberes ni los derechos democráticos, en todo momento deben contar con la Sociedad Civil.

También, la militancia, de algún que otro partido político, tiene que contribuir, mediante el trabajo interno, a evitar el malestar, que va en incremento, hacia la clase política, hacia el sistema…, condenando, rechazando  comportamientos negativos que campan por muchas fuerzas políticas y que, por mucho que intenten o
pretendan camuflar, los ciudadanos no comparten ni entienden, por ejemplo, acoger a tránsfugas o premiar a imputados.  Y es que, hasta qué extremo iba a mantener Alfonso Guerra, vigente en el tiempo su célebre frase según la cual «el que se mueve no sale en la foto». Es público y notorio que, le aguarda al disidente que se atreva a discrepar o simplemente a opinar de manera diferente al “jefe de la manada”, “la condena por felonía, el garrote y la expulsión a las tinieblas exteriores”. Aunque, también es cierto que, es tal el grado de identificación de la borregada con el pastor del rebaño, que más apropiado que hablar de simple militancia, en algunos partidos políticos, habría que hablar de ósmosis del escarabajo pelotero.

Corren tiempos difíciles, y es más apropiado que hablar de gobierno y oposición, de consenso. Se debe remar en el mismo sentido, exigir madurez política a nuestros
representantes y exigirles que, por «dimes y diretes», no se alejen de su principal cometido, velar por el interés general.

Las ideas y el programa son indispensables, insustituibles, máxime en estos tiempos de enorme adversidad pero, como dijo Lenin, la práctica sin teoría es ciega, la teoría sin práctica impotente. No bastan los discursos, hacen falta hechos y, desde luego, sobran los mediocres, acomodados a la poltrona y las personas que no conocen otro oficio ni beneficio más allá de la actividad pública.


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