André Abeledo Fernández •  Opinión •  06/11/2025

Trump es enemigo de la humanidad

Donald Trump amenaza ahora a Nigeria con una agresión militar, sigue amenazando a Venezuela y a Cuba, ha amenazado a Colombia y a México, también a Dinamarca un miembro de la OTAN porque quiere arrebatarle a Groenlandia que es parte de su territorio.

Apoya al Israel del criminal condenado por crímenes de lesa humanidad Benjamín Netanyahu, apoya a Israel en el genocidio del pueblo palestino, apoya a Marruecos en la ocupación ilegal del Sáhara Occidental, la lista es interminable, pero Donald Trump no tiene más politica que la amenaza, la fuerza bruta, los aranceles, las injerencias y los bandazos.

Lo que hace Donald Trump con la excusa falsa de la lucha contra las drogas asesinando migrantes caribeños para que pasen por narcotraficantes es una copia de lo que hacían los paramilitares de Uribe con los falsos positivos en Colombia.

Los paramilitares colombianos asesinaban campesinos y los vestían de guerrilleros para cobrar las recompensas del narcogobierno uribista. 

La marina norteamericana asesina a los migrantes para hacerlos pasar por narcotraficantes, una vez asesinados y con los cuerpos hundidos en el océano pueden hacerlos pasar por narcotraficantes venezolanos.

Lo lógico si fuese verdad que son miembros de una banda de narcotraficantes sería detenerlos para poder sacarles información, del mismo modo que la marina de los EEUU tiene medios para asesinar a esas personas en una lancha, también los tiene para detenerlos, pero la mentira necesita muertos que no puedan defender su inocencia. 

No son narcotraficantes, muy posiblemente ni siquiera sean venezolanos, pueden ser colombianos, ecuatorianos, o de cualquier otra parte, pero eso al gobierno de Donald Trump no le interesa, se trata de repetir una mentira mil veces hasta convertirla en verdad, se trata de usar esa mentira y la falsa lucha contra el narcotráfico para amenazar a Venezuela, a Latinoamérica y el mundo.

Los aranceles y las sanciones arbitrarias y caprichosas son su herramienta de uso diario, las amenazas y los bandazos se han convertido en costumbre, el problema es que este personaje anormal e inestable es el presidente de un gobierno de ultraderecha en un país armado hasta los dientes y acostumbrado al terrorismo de Estado y a las invasiones para imponer su voluntad.

Trump es un matón, un niño de papa nacido en una familia profundamente racista y clasista acostumbrada a abusar de los más débiles en sus negocios de alquileres inmobiliarios, alquilando viviendas infrahumanas y defraudando a hacienda.

Para medrar Donald Trump se rodeó de la ultraderecha americana más racista, clasista y corrupta, con la parte más miserable del espíritu humano. Trump como empresario no fue mejor que su padre o que sus mentores y como presidente usa las mismas tácticas que como empresario, las amenazas, la fuerza bruta, las mentiras, y la total falta de empatía y de humanidad, tampoco sería capaz de hacer otra cosa, porque Trump no puede ser algo distinto, porque los monstruos no cambian cuando llegan a viejos.


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