La izquierda tiene un deber internacionalista con Venezuela
No denunciar con todas tus fuerzas lo que está pasando en el Caribe y la amenaza de EEUU a Venezuela te hace complice del imperio, un imperialismo con un emperador Donald Trump que como Nerón quemo Roma es capaz de quemar el mundo por su megalomanía
El Fascismo, el sionismo, el imperialismo, el supremacismo no se combaten desde la moderación y el miedo, se hace desde la verdad teniendo el valor para gritarla, aunque no convenga, aunque no sea lo que el poder quiere que se cuente.
«La moderación y las medias tintas son la antesala de la traición», el Che Guevara nos señalo a los traidores a su clase.
La izquierda que no denuncia lo que ocurre en el Caribe y la agresión imperialista Yanqui a Venezuela, no es izquierda ni es nada, son parte de un sistema basado en la mentira y el abuso.
Más de mil sanciones a Venezuela, ningún país europeo soportaría semejante guerra económica, sabotajes, e injerencias constantes.
Desde 1999, desde la llegada al poder de Hugo Chávez en Venezuela comenzaron las injerencias y agresiones de EEUU contra la recien nacida Revolución Bolivariana.
Un golpe de Estado en 2002 trató de desaparecer a Hugo Chávez y cortar de raíz la Revolución Bolivariana, la oposición venezolana como siempre de la mano de los EEUU, de oligarcas y derecha nacional y extranjera, dieron un golpe de Estado contra Hugo Chávez. Fue el pueblo venezolano y los militares venezolanos los que rescataron a Hugo Chávez y salvaron la revolución.
No se puede juzgar a una Revolución que ha sufrido desde su nacimiento el acoso y la agresión constante del imperialismo norteamericano con la ayuda de una oposición traidora al servicio de los intereses de Washington y el sionismo internacional.
Que levanten las sanciones criminales, que acaben con las injerencias, con los sabotajes, con las amenazas de invasión y con el intento de llevar a Venezuela a un baño de sangre por petróleo y a otra guerra de rapiña de los EEUU y entonces podremos juzgar a la Revolución Bolivariana, ahora debemos respetar su valiente decisión de mantener su soberanía y su dignidad ante el Imperio Yanqui.
NO A LA GUERRA!
NO AL IMPERIALISMO!
NO A LA DICTADURA MUNDIAL DE DONALD TRUMP!.
