Eduardo Madroñal Pedraza •  Opinión •  29/07/2025

Europa ante EEUU, las élites se entregan y los pueblos se enfrentan

Las clases dominantes de los países de la Unión Europea han dado un gravísimo paso en su entrega, económica, política y militar, a la superpotencia estadounidense y a sus inaceptables exigencias para que financiemos sus esfuerzos para tratar de retrasar su ocaso imperial.

La verdadera noticia ha sido destacada por el propio Trump, más allá de su chantaje con los aranceles. La noticia clave detrás de los porcentajes de los aranceles es el compromiso europeo de comprar energía estadounidense por un valor de 750.000 millones (640.000 millones de euros), y, aún más significativamente grave, el compromiso de incrementar las compras europeas de armamento, y demás material militar estadounidense, en 600.000 millones de dólares (510.000 millones de euros).

Una compra de energía que nos hace dependientes

Trump ha hablado de 750.000 millones de dólares (unos 680.000 millones de euros) en tres años, es decir, 250.000 millones cada ejercicio (unos 225.000 millones de euros). Una cifra que supone más del 50% anual de las importaciones de energía de la UE a terceros países, que, en 2024, ascendieron a 427.000 millones de euros, según los datos de la Comisión Europea.

Reemplazar el gas y el petróleo rusos por el gas GNL, petróleo y energía nuclear estadounidenses no es avanzar en la autonomía energética europea sino en la más absoluta dependencia de la superpotencia estadounidense, y la pérdida de autonomía, recursos propios y de la apuesta por un camino propio de transición energética europeo.

Una compra de armamento que nos hace más sumisos

Dentro de la Unión Europea, se calcula que el gasto en defensa alcanzó los 326.000 millones de euros en 2024. La compra de material militar estadounidense por un monto de 600.000 millones de dólares (510.000 millones de euros), aunque se hiciera en más de un año, implicaría la dependencia fundamental europea del oligopolio armamentístico estadounidense. Es decir, la imposibilidad de desarrollar una defensa europea autónoma con una industria propia.

Demuestra descarnadamente que la seguridad e independencia de la Unión Europea no existen como tal porque descansa en su integración en una OTAN al servicio de los intereses globales de Estados Unidos. Un vasallaje puro y duro.

Los aranceles, instrumento de chantaje

Sólo mencionamos el impacto económico parcial de los aranceles para que quedé más claro su papel subordinado al dominio militar y energético del llamado acuerdo alcanzado. Porque los porcentajes de aranceles se aplican sobre cantidades muy inferiores y de menor impacto social. Alemania, el país de la UE que más exporta a Estados Unidos, se aplicarían sobre unos 160.000 millones de euros en 2024, Italia, unos 65.000 millones, y Francia, unos 47.000 millones.

Cuando los titulares nos esconden la verdad

Sin embargo, los titulares de los principales diarios en papel de nuestro país nos cuentan unas medias verdades que son realmente mentiras que nos ocultan la verdadera gravedad de lo acontecido, “Trump y Von der Leyen firman la paz comercial”, “EEUU y la UE acuerdan fijar los aranceles en el 15%”, “Trump y la UE firman la paz comercial con aranceles del 15%”, “La Unión Europea cede ante Trump y acepta unos aranceles del 15%”, “La UE se resigna a un arancel del 15% a sus exportaciones para cerrar un pacto comercial con Estados Unidos”, “La UE traga ante Trump y pagará un 200% más en aranceles que en enero”.

Hay dos fuerzas en juego

Los planes de la superpotencia, que ahora ejecuta Trump, y la sumisión de las principales burguesías europeas a Washington, son un ataque para los países europeos y sus gentes. Pero no juegan solos. Se enfrentan a una fuerza en sentido contrario.

El poderoso movimiento por la paz que se desarrolla en Europa contra el genocidio en Palestina, las luchas en defensa de muchas medidas sociales que los gobiernos europeos han intentado derogar, como el movimiento de lucha por la vivienda para conquistar medidas en favor de los inquilinos, como las movilizaciones por una sanidad pública de calidad y contra las privatizaciones en sanidad y la amplia lucha popular contra el recorte y la privatización de las pensiones por los grandes fondos buitre son ejemplos que recorren los países de la Unión Europea.

La influencia, hoy, de los pueblos europeos es incompatible con la ejecución de los agresivos planes de la superpotencia y de las entregadas élites oligárquicas de la Unión Europea. Hay un choque entre estas dos fuerzas antagónicas, entre ellos y nosotros.


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