Dignidad, honestidad, valores, verdad, idealismo, empatía, es lo que nos hace humanos
Mantenerse firme en los principios, en los valores, y no renunciar a la dignidad no sale gratis en una sociedad en la que a todo se le pone un precio, en la que hasta la dignidad se vende y donde nada se valora realmente.
Hay una pregunta recurrente que entiendo: ¿Te merece la pena luchar?, la verdad es que contestando desde un punto de vista capitalista y de defensa del interés personal sobre el colectivo y entendiendo que nos educan pare el egoísmo la respuesta sería un no rotundo, pero no todos valemos para ser siervos, para tener amo, o para renunciar a lo que nos hace humanos, la dignidad, los valores, los ideales, la ideología, la capacidad de pensar, de sentir empatía y de ponerse en el lugar del otro.
No dejé la política aunque muchas veces me lo digan, como clase trabajadora consciente sé que de la política depende nuestra calidad de vida, lo que he dejado son las agencias de colocación que se hacen pasar por lo que no son, la izquierda de mentira, las agrupaciones de traidores y oportunistas que quieren ser políticos profesionales y vivir del sistema dentro del sistema, cuando el problema para los trabajadores reside en ese sistema injusto que por mucho que se maquille sigue siendo un monstruo.
Mí utopia realizable sigue siendo una sociedad donde el Estado garantice por el hecho de haber nacido las necesidades básicas cubiertas, a cada cual según sus capacidades y a cada cual según sus necesidades, que la justicia deje de ser la serpiente que solo muerde a los descalzos, que la verdad sea un arma de transformación social y que la mentira no sea vista como libertad de expresión, ni se permitan los discursos que siembran odio e ignorancia.
Intento ser un buen comunista, para mí un comunista es una persona que piensa que cualquier persona, por el hecho de haber nacido tiene derecho a una vida digna y a tener sus necesidades básicas cubiertas, es una persona que piensa que la economía tiene que estar al servicio del ser humano y no el ser humano al servicio de la economía, es una persona que piensa que tenemos que trabajar para vivir y no vivir para trabajar, es quien considera que la patria es la clase obrera y quién piensa que la solidaridad, la igualdad, la fraternidad, y la justicia social son los cimientos de un futuro socialista.
Soy comunista casi por intuición, pero también por dignidad y orgullo.
No envidio a los multimillonarios, la mayoría han renunciado a su humanidad para hacerse ricos, o nunca la han tenido, en otros casos la falta de humanidad les viene con la herencia, sinceramente no me gustaría ser parte de ese club de seres clasistas sin empatía. Lo único que me gustaría es la tranquilidad de un futuro previsible y una vida digna en una sociedad donde la justicia social fuese ley y el salvajismo acaparador del capitalismo un delito de usura. Sé que la utopía es realizable.