Trump trata de tapar sus vergüenzas internas con su política internacional de agresión y amenazas
La agresión del gobierno de Trump a Venezuela busca poner un gobierno títere, un hombre de paja al frente que les permita robarse los recursos de Venezuela y dejar a los venezolanos sin soberanía nacional.
Pero el conflicto en el Caribe también le sirve a Donald Trump, o eso cree él, para tapar sus vergüenzas y sus problemas internos, porque ya le gustaría a Donald Trump tener el apoyo popular en los EEUU que tiene Maduro en Venezuela.
El presidente Donald Trump continúa su caída en picado, con unos índices de aprobación en declive en la mayoría de las encuestas, mientras impulsa racistas propuestas migratorias, y ha dejado la diplomacia internacional para dedicarse ao hacer de mafioso, usando las amenazas y la fuerza para imponer su voluntad.
Trump ha cambiado el nombre del ministerio de defensa por el ministerio de la guerra, dejando claro que va a usar su poderío militar para mantener la supremacia a nivel mundial, quiere un mundo unipolar donde los EEUU son el centro del Imperio Yanqui.
En política interna Trump ha comenzado a referirse a los jueces de inmigración como «jueces de deportación» en un esfuerzo por contratar más funcionarios para llevar a cabo la campaña de deportaciones masivas, el racismo, la homofobia, el odio al diferente y el supremacismo son la base de su mensaje y su proyecto estrella.
Trump esta bajo mínimos, su popularidad se hunde. La última encuesta de Reuters-Ipsos marca su hundimiento en cuanto a aprobación popular en EEUU, rodeado por las sombras en torno a su relación con el pedófilo Jeffrey Epstein y otros problemas en el país.
Cerca de cumplir un año en su segunda etapa en la Casa Blanca, su índice de popularidad se hunde, golpeado por las sombras de su relación con Jeffrey Epstein y otros problemas económicos y sociales del pueblo norteamericano.
Se ha quedado sin su supuesta ‘aura’ de líder respaldado por su pueblo. No es el caso, como demuestra el estudio sociológico. Pero no es un problema exclusivo del votante contrario a Trump, incluso entre sus ‘republicanos’, el descontento crece.
La muestra de Reuters e Ipsos conocida este miércoles 19 de noviembre sitúa la aprobación popular de Donald Trump en su punto más bajo. Un 38%, nueve puntos menos que el dato cuando tomó posesión el 20 de enero. Entonces, un 47% de la sociedad reconocía confiar en él tras su incontestable triunfo electoral.
Pero hay más, porque la brecha se agranda con el porcentaje de descontento social. Hoy por hoy, con la encuesta realizada en los últimos días, la desaprobación llega al 60% cuando en su toma de posesión se quedaba en el 41%, diecinueve puntos porcentuales menos.
Un record que ya es suyo, Trump cuenta con su propio récord. En la entrega periódica de Reuters e Ipsos, el líder republicano llegó a caer hasta el 33% de aprobación al comienzo de su primer mandato y lo cerró con un pírrico 34%.
Ni siquiera en la peor etapa de Joe Biden el demócrata llegó tan abajo. Al cierre de su mandato, marcado por sus confusiones mentales, lapsus verbales y conocida ya su retirada de la carrera electoral, el porcentaje de aprobación se quedó en el 35%, veinticuatro puntos menos que su techo inicial, un 59%. Cifra que Trump nunca ha podido alcanzar al menos en las ‘votaciones demoscópicas’.
Trump quiere tapar su desastre interno a todos los niveles con una guerra, intenta tapar sus vergüenzas con su agresiva política internacional digna de un megalómano que vive en su propio mundo alejado de la realidad.
Trump quiere tapar su fracaso como presidente tanto en política económica como social con sus bandazos a nivel internacional. Un tratado de Paz negociado con el genocida Netanyahu e impuesto a Palestina bajo amenaza de dejar que Israel termine el genocidio, un tratado firmado en papel mojado porque Israel ha violado el alto el fuego en cerca de dos mil ocasiones, continúa con el asesinato de civiles, con las torturas, con la limpieza étnica que continúan la estrategia genocida del sionismo con el beneplácito de los EEUU de Donald Trump.
En la guerra de Ucrania después de como dijo Joe Biden «luchar hasta el último ucraniano» ahora Trump traiciona a Zelensky para repartirse Ucrania con Rusia, en política internacional Trump es un matón, un traidor y un mentiroso, para muestra la falsa lucha antidroga con la que trata de justificar su agresión contra Venezuela.
No a la guerra, no a las sanciones, no a las agresiones a Venezuela. Los verdaderos terroristas estan en la Casa Blanca, son enemigos del mundo, del pueblo venezolano pero también del pueblo norteamericano. Trump y su gobierno fascista son enemigos de toda la humanidad.
