André Abeledo Fernández •  Opinión •  28/09/2025

En la ONU hubo discursos de dignidad humana frente al discurso de la barbarie y la megalomanía

El discurso de Petro, presidente de Colombia en la ONU, ha sido la voz de la dignidad del mundo, un auténtico orgullo que sigan existiendo personas valientes, políticos capaces de vencer el miedo y decir la verdad, líderes honestos que nos devuelven la fé en la humanidad.

Durante su intervención ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, lanzó una dura crítica contra la política antidrogas de Estados Unidos, acusando a Washington de usar el combate al narcotráfico como un pretexto para ejercer control en América Latina. Mientras hablaba, la comitiva estadounidense se retiró del recinto.

“La política antidrogas no es para detener la cocaína que llega a los Estados Unidos, la política antidrogas es para dominar a los pueblos del sur en general”, afirmó Petro y denunció que el reciente despliegue militar estadounidense en el mar Caribe incluyó ataques contra embarcaciones “desarmadas de migrantes”.

“Los jóvenes asesinados con misiles en el Caribe no eran del Tren de Aragua, que nadie quizás conozca aquí su nombre, ni de Hamas, eran caribeños, posiblemente colombianos”, dijo. “Lo dantesco de la situación de Palestina no me llevó a pensar que lo mismo, o casi lo mismo, podría ocurrir en el Caribe colombiano, cuando tiran misiles a personas jóvenes desarmadas en el mar”, agregó.

Petro me recordó a otro gigante, al comandante Hugo Chávez que también llevó la verdad a la ONU, con el valor y la claridad de los hombres justos, de los grandes líderes de pueblos dignos y soberanos.

El presidente Gustavo Petro calificó en una entrevista los recientes ataques ordenados por Trump contra embarcaciones que supuestamente llevaban drogas en el mar Caribe como un «acto de tiranía».

Durante su discurso, Trump defendió los ataques letales que sus militares han lanzado este mes contra barcos en el Caribe que, según afirma, llevan drogas y «narcoterroristas».

«Comenzamos a utilizar el poder supremo de las fuerzas armadas de EE.UU. para destruir las redes de tráfico de terroristas venezolanos lideradas por Nicolás Maduro», dijo Trump refiriéndose al presidente socialista de Venezuela.

La voz de Venezuela fue la del Canciller Yván Gil que intervino en la Asamblea General de la ONU. Venezuela como siempre fue clara y contundente tanto a la hora de condenar el genocidio del pueblo palestino, la barbarie israelí y el imperialismo Yanqui que amenaza al Caribe con una guerra para poder robar sus recursos energéticos, lo hace con la escusa de la lucha contra las drogas, una mentira como la de las armas de destrucción masiva en Iraq que usaron para destruir y robar a ese país.

– El canciller denunció las agresiones en contra de la nación bolivariana que se han venido realizando con el transcurrir de los años.

– Agradeció el respaldo de diversos países, en especial de los de la región pertenecientes a la CELAC, que se posicionan en contra de las agresiones contra Venezuela.

– El funcionario destacó que Venezuela ratifica su vocación bolivariana de paz, de autodeterminación y asume plenamente, con base a la carta de las Naciones Unidas, su derecho de defender su soberanía y la paz del Caribe y de toda Sudamérica.

Hay que destacar la claridad y la contundencia del discurso de Lula, el presidente de Brasil, contra el genocidio en Palestina y el imperialismo Yanqui.

Durante su mensaje a la Asamblea de la ONU, Lula sostuvo que con el juicio a Bolsonaro «Brasil dio un recado a todos los candidatos a autócratas y aquellos que los apoyan: nuestra soberanía y democracia son innegociables».

«No hay justificativa para las medidas unilaterales y arbitrarias contra nuestras instituciones y nuestra economía», dijo. «La agresión contra la independencia del Poder Judicial es inaceptable».

Lula añadió que «esta injerencia en asuntos internos cuenta con el auxilio de una extrema derecha servil y nostálgica de antiguas hegemonías».

Destacable también el discurso del Rey de España Felipe VI que a pesar de no pronunciar la palabra genocidio lo describió perfectamente, así como abogó por un mundo multipolar.

El Rey fue especialmente claro con sus palabras, aunque habló de “masacre” y no de “genocidio”, como hace abiertamente el Gobierno español desde hace tres semanas. “No podemos guardar silencio, ni mirar hacia otro lado ante la devastación, los bombardeos, incluso de hospitales, escuelas o lugares de refugio; ante tantas muertes entre la población civil; o ante la hambruna y el desplazamiento forzoso de cientos de miles de personas…, ¿con qué destino? Son actos aberrantes que están en las antípodas de todo lo que este foro representa. Repugnan a la conciencia humana y avergüenzan al conjunto de la comunidad internacional”.

Por otro lado está la indignidad de Donald Trump y Benjamín Netanyahu que también escupieron su basura en la ONU.

El show de Beniamin Netanyahu en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), realizado en un tono bélico, demostró el profundo abismo entre Israel y la mayor parte del resto del mundo.

“Cuando se reconoce el Estado palestino se recompensa a los asesinos de judíos”, afirmó el viernes en su comparecencia de 39 minutos de desafío.

“No vamos a cometer un suicidio nacional, no permitiremos que nos impongan un Estado terrorista”, dijo el dirigente condenado por crímenes de lesa humanidad Benjamín Netanyahu en nombre del Estado terrorista y genocida de Israel y del sionismo internacional.

El cómplice de genocidio Donald Trump, realizó una intervención digna de un desquiciado. Comenzó en casa, elogiando a Estados Unidos y a sí mismo. Dijo que Estados Unidos estaba viviendo una edad de oro y repitió su controvertida afirmación de que él personalmente había puesto fin a siete guerras, algo que, según él, merece el premio Nobel de la Paz. Que gran modestia.

Luego arremetió contra sus anfitriones. La ONU, dijo, no había ayudado a su labor de pacificación. Cuestionó el propósito de la organización, diciendo que tenía un enorme potencial, pero que no estaba a la altura. Según él, lo único que hacía era escribir cartas enérgicas a las que no daba seguimiento. Las palabras vacías, dijo, no ponían fin a las guerras.

También atacó a la ONU por la ayuda que prestaba a los solicitantes de asilo que esperaban entrar en Estados Unidos: «Se supone que la ONU debe detener las invasiones, no crearlas ni financiarlas», dijo. Incluso criticó al organismo por una escalera mecánica y un teleprompter averiados que interrumpieron su visita y su discurso. La escalera mecánica terrorista seguramente será condenada a muerte porque Trump subió andando.

En otra muestra de lo megalómano y fuera de la realidad que esta Donald Trump dijo al mundo: «Soy muy bueno en esto», dijo a los líderes mundiales. «Sus países se están yendo al infierno».


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