Yulia Andrienko •  Opinión •  28/09/2020

Donbass. La población más vulnerable

Donbass. La población más vulnerable

Los pensionistas de Donbass son la población más vulnerable de esta guerra. Si las personas jóvenes pueden buscarse de alguna manera el futuro consiguiendo títulos educativos válidos en Rusia o pasaportes rusos, para las personas mayores es más difícil conseguir un cambio radical. Y no se trata solo de los problemas de salud relacionados con la edad sino de la pobreza a la que les ha condenado Ucrania al privarles de sus pensiones.

Según los últimos datos dados a conocer por el viceministro de Ucrania para “los territorios ocupados”, Alexey Reznikov, hay alrededor de 272.000 pensionistas en la RPD y la RPL. Los pensionistas se han visto obligados a atravesar los siete círculos del infierno para conseguir recibir sus pensiones en Ucrania. Y qué decir ahora, cuando los ciudadanos de Donetsk deben realizar un tedioso y caro viaje a través de Rusia.

He hablado sobre la situación de los pensionistas de Donbass con el abogado y líder de la facción Donbass Libre del Parlamento de la RPD, Alexey Yigulin, una de las personas que, desde el principio, ha luchado por los derechos de los pensionistas.

El cierre de las fronteras básicamente ha privado a todos nuestros pensionistas de los pagos que legalmente se les debe. ¿Qué pasa con esos miles de personas?

Hasta hora, algunas de esas personas, a pesar del riesgo, iban a territorio ucraniano para obtener sus pensiones. Era a la vez bueno y malo. Era bueno porque recibían el dinero que se habían ganado y además ese dinero salía de la economía de Ucrania. Y era malo porque nuestros pensionistas arriesgaban sus vidas. ¿Cuántas muertes ha habido en las colas de los puestos de control en este tiempo? ¿Y cuántos pensionistas no han podido ir a Ucrania por motivos de salud? También están quienes no se atrevían a ir por miedo a ser capturados o a pasar a engrosar las filas las listas de detenidos que intercambiar o de Mirotvorets. Muchos fueron engañados, porque donde no hay ley y donde se crean obstáculos burocráticos siempre hay sitio para los timadores. En general, considero que el procedimiento para que nuestros pensionistas obtengan sus pensiones legalmente ganadas es una forma de engaño, desde la necesidad de cruzar los puestos de control con los militares. Con ello, Ucrania ha renunciado a sus ciudadanos a base de violar sus derechos. Y ahora las fronteras están cerradas.

Conocimos gracias a usted cuántos pensionistas han presentado demandas contra Ucrania. ¿Cuántos son?

Desde el verano de 2014, hemos registrado alrededor de 10.000 demandas en los tribunales ucranianos. Son formularios estándar con peticiones adjuntas para que se considere el caso sin la participación del demandante. Esperábamos que tal cantidad atrajera más atención, porque la exigencia es más que legítima: estas personas han trabajado muchos años y han cotizado todo ese tiempo. Ucrania les privó de los pagos primero con la introducción de “ATO”, creando puestos de control, y después con el bloqueo de transporte y otros obstáculos. Nos enfrentamos al hecho de que no sabíamos cómo transferir tal cantidad de formularios a Ucrania. Entonces miramos hacia la Federación Rusa. Sergey Mironov, líder de Rusia Justa, nos apoyó y envió las peticiones por correo. Fue un éxito. A partir de ahí, seguimos cómo los tribunales ucranianos actuaban ante estas demandas.

¿Fueron aceptadas las demandas?

Solo la quinta parte fue aceptada, el resto de las decisiones se retrasaron, fueron transferidas a otros tribunales, etc. Pero incluso en aquellas que fueron aceptadas, los demandantes tenían que acudir a territorio ucraniano para que la demanda siguiera adelante. Quedó claro que Ucrania tiene un sistema judicial politizado, que los jueces han tenido miedo de tomar decisiones a favor de los demandantes y de sus defensores. Y el Fondo de Pensiones no iba a pagar incluso aunque lo ordenaran los tribunales.

¿Y no han intervenido las organizaciones internacionales?

Todo ha quedado reflejado en los informes de la OSCE y de la ONU. También hemos presentado demandas ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Se exigía al Gobierno de Ucrania que reanudara los pagos, a lo que la jurisdicción internacional respondió que Ucrania no viola los derechos humanos, ya que los furgones blindados cruzan la línea del frente y distribuyen los pagos de pensiones. ¿Ha escuchado eso en alguna parte? Yo no. Desde el punto de vista legal, hemos llamado a todas las puertas, entre ellas los tribunales de justicia, y hemos apelado a la comisionada de derechos humanos del Parlamento de Ucrania, Valeria Lutkovskaya. Sin resultado. Me temo que tanto el derecho internacional como el ucraniano están politizados y que no es la ley sino la geopolítica la que manda.

Sin embargo, los acuerdos de Minsk claramente mencionan el pago de pensiones. Ucrania parece no verlo e insiste en la implementación de otros puntos.

Sí, podemos verlo y durante muchos años no ha habido progreso en el pago de pensiones y otras prestaciones sociales. Y tenemos que admitir que Ucrania utiliza con habilidad cualquier obstáculo burocrático, no solo el pago de pensiones. Si quisieran, nuestros amigos podrían fácilmente encontrar un mecanismo de pago. Al fin y al cabo, no se trata solo de pensiones sino de prestaciones sociales. Se podría implementar un mecanismo que no precisara ir a Ucrania, por ejemplo a través de los bancos rusos o con ayuda de Cruz Roja u otras organizaciones internacionales.

Hace tiempo que no puede sorprender el cinismo de Ucrania. Lo que sorprende es que nuestros representantes utilicen términos como “turistas pensionistas” para hablar de nuestros mayores, que ya han sufrido mucho. ¿Es eso normal?

Mi reacción a ese tipo de manifestaciones es negativa. No sé quién puede usar ese término para sus propios conciudadanos, pero quien lo haga es muy cínico. He presentado una petición a la Fiscalía para que haya una valoración legal de ese tipo de declaraciones. Ahora la Fiscalía está realizando una investigación sobre la cuestión. Veremos dónde lleva. Creo que todos deben hacer su trabajo: los diputados, la política; los cuerpos de la ley, proteger los derechos y la Fiscalía, supervisar.

Finalmente, como sabe, si pudiéramos recuperar libre y abiertamente lo que pertenece a nuestros ciudadanos, sería un paso adelante para nuestros residentes y también supondría el debilitamiento del potencial económico de Ucrania.

Fuente: Slavyangrad

Fuente original: Komsomolskaya Pravda


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