Caravana Abriendo Fronteras

Cuando te embarcas en un proyecto como la Caravana Abriendo Fronteras a Melilla, lo haces con la ilusión de aprender y profundizar sobre las diferentes migraciones que se producen en nuestras fronteras, ésas que son tan cercanas como invisibilizadas concienzudamente por quienes pretenden taparse las vergüenzas y mostrar las ajenas. Aunque la verdadera ilusión es aquel sentimiento que te empuja a dibujarle una sonrisa a los procesos revolucionarios, o más bien – y más humildemente – a la lucha por los procesos revolucionarios que deseamos tener.
Es con este sentimiento con el que nos levantamos el sábado 15 de julio para asistir a la primera manifestación de las muchas que tendríamos en los próximos días. Nos concentramos a las puertas del Congreso; allí donde se aprobó la Ley de Extranjería; allí donde se validó la Ley mordaza; allí donde se toman decisiones tan cruciales como crueles. La primera de ellas restringe el derecho de toda persona a solicitar y obtener asilo. La segunda, capacitó a las fuerzas de ¨servicio público¨ para realizar las famosas devoluciones en caliente, acto ilegal según el derecho internacional de las personas refugiadas.
En este espacio es donde surgieron los primeros encuentros, los primeros abrazos y nuestro primer y más importante cántico; “Ninguna persona es ilegal” y, formando una cadena muy humana, nos dirigimos hacia los autobuses. Estábamos extasiadas, maravilladas. De esta forma, comenzábamos nuestra aventura.
Tras horas de viaje llegamos al Parlamento andaluz, donde nos recibió la columna sevillana con un coro protesta, protestas que extendimos a la clase política que reina en Andalucía desde hace casi 40 años. Más de 5.000 muertes en 2016 en aguas del Mediterráneo, cerca de 2.500 en lo que va de año. En el Estrecho de Gibraltar, desde que comenzaron las migraciones en pateras, se han perdido 8 mil vidas, muchas de ellas casi llegando a su destino, en aguas andaluzas. Pero hay otras vidas, otras vidas que no cuentan porque no se contabilizan en las estadísticas, cuerpos que se traga el mar y que no son devueltos por las olas. Las personas desaparecidas no se incluyen en las estadísticas porque esto triplicaría sus números, pero resulta que ¨no son números, son personas” y ¨no son muertes, son asesinatos¨, gritamos con furia a las puertas del Parlamento.
Sevilla nos ofreció mucho más: tras la presentación de las distintas representantes de los territorios del Estado español, nos regalan un concierto en la Alameda, centro gentrificado pero todavía alternativo de la ciudad. Una recarga de pilas cultural más que necesaria para afrontar la primera gran asamblea colectiva de la Caravana. Tras un debate intenso pero fructífero se toma una decisión: mostrar nuestro apoyo incondicional al acto de protesta contra la deportación de un senegalés en un avión de la compañía aérea Vueling. Los autobuses nos llevaron al aeropuerto de Sevilla para denunciar, ante las ventanillas de Vueling e Iberia, la deportación forzada de personas migrantes y mostrar nuestra solidaridad con las 11 personas a bordo que no callaron ante esta violación de derechos humanos. La próxima vez que busque vuelo, lo haré con más conciencia.
Vuelta a los autobuses, que suman ya un total de 8, más de 400 activistas activas que confluimos en ideas, políticas y soluciones, todas ellas ¨anticapitalistas¨, cantábamos. Mientras tanto, las relaciones interpersonales se afianzan, las historias colectivas se entrelazan y las vivencias personales se comparten. Llegamos a Algeciras casi sin darnos cuenta y nos dirigimos directamente al CIE, (ex) cárcel utilizada para el internamiento de personas migradas que no han cometido delitos penales sino meras faltas administrativas; otras veces es su color de piel lo que les delata, siendo víctimas de las fuerzas ¨del orden¨ cuando les piden documentos que no existen. ¨Papeles para todas o todas sin papeles¨ gritamos con fiereza a las puertas del CIE.
La ventolera nos recibió en Tarifa, donde tras una noche de risas, conversaciones y cervezas, el viento, sopla que te sopla, nos acompañó en nuestro camino por el paseo marítimo para llevarnos en volandas al CIE. Representamos la cara más dura de la migración: la desolación de las que llegan y la muerte de las que no porque se ahogan en sus travesías. Emociones a flor de piel, cánticos a la esperanza que enfrentan miles de personas en el Mediterráneo como posible salvaguarda de sus vidas.
Última parada en Málaga antes de dejar territorio peninsular. El buen rollo y la buena acogida se mezclan con los mensajes de apoyo a la Caravana y de denuncia a las instituciones. Entre conciertos, son varias las organizaciones sociales que nos acogen con discursos llenos de razón, aquéllas ONGs que según el Ministro del Interior Zoido ¨favorecen la inmigración irregular¨. Las migraciones no se favorecen, se crean, y la responsabilidad recae en el neoliberalismo, en el negocio de las armas, en los bancos (los nuestros) y grandes empresas (las nuestras) que especulan con armamento en los mercados para crear intereses propios y para sus clientes (nosotras y nosotros). Los gobiernos de nuestros países también se aprovechan de ello. Zoido, las ONGs que apoyan la Caravana Abriendo Fronteras, luchan contra todo esto.
Hacemos noche en el ferry y amanecemos en Melilla, donde nos recibió la única estatua de Franco aún levantada; el gobierno de la ciudad pasa por alto la Ley de Memoria Histórica, aquélla que quedó sin presupuesto del Estado, pero que si nos hubieran permitido, la habríamos retirado gratuitamente. Nos tuvimos que conformar con vestir la estatua con la bandera republicana y mensajes que se ajustaban a su persona: ¨asesino¨, ¨genocida¨, ¨represor¨,…
Melilla, tomada por las fuerzas de ¨seguridad¨ del Estado, es una ciudad de contrastes: de clases enfrentadas; de funcionariado público y migración rifeña. José Palazón nos explicó en la playa, bajo un sol africano, las vergüenzas de Melilla, mientras que las familias en situación de exclusión social, consiguieron endulzar e hidratar el paseo reivindicativo por su costa. Talleres temáticos en la Universidad nos hicieron comprender mejor la situación, superficialmente, porque lo que ocurre en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla no se entiende en tres días, es necesario un análisis profundo de las causas que crean unas consecuencias muy alejadas de lo que debió ser ejemplo de convivencias.
¨Mariano salta la valla¨, canturreábamos. Cuando tocas la malla metálica e imaginas ese salto imposible, te das cuenta del coraje y de la destreza descomunal que hay que tener para, además de saltarla, sortear a la guardia civil que espera porra en mano. La población subsahariana no tiene la opción utilizada por la población árabe para cruzar las fronteras, quienes gracias a un físico similar al magrebí, pueden comprar un pasaporte a las mafias marroquíes por 500 euros. Marruecos, ese Estado dictatorial y represor, en especial con las poblaciones rifeñas y saharauis, ejerce violencia a conveniencia con campamentos de migrantes que subsisten en las cercanías de los pasos fronterizos. Mohamed VI cobra cantidades multimillonarias de Europa y del Estado español para controlar a la población migrante en sus márgenes, es la externalización occidental de la violación de derechos humanos. La frontera, en territorio español, se compone por dos vallas de 7 metros de altura y una intermedia de 2. El Gobierno español eliminó las concertinas de la frontera, pero fueron instaladas en la valla del territorio marroquí.
A sólo unos metros de los límites territoriales se encuentra el CETI, donde se hacinan 900 personas (la capacidad es para 600). Las personas internas nos narran que las empresas que trabajan en su interior, contratadas por el Ministerio del Interior, adoptan una actitud de desidia hacia ellas. Lo confirmamos cuando el personal que hacía el cambio de turno, no respondió a nuestras preguntas. Las trabajadoras del CETI, además de las fuerzas dependientes del Ministerio del Interior, son las únicas autorizadas para el acceso al centro: ¿por qué tanto secretismo? EULEN y Cruz Roja obtienen contratos millonarios por la gestión y seguridad de los CETIs. El silencio también se compra.
Melilla bate el record estatal en cantidad de MENAs (Menores extranjeras no acompañadas). Son más de 100 las que viven en la calle y su situación de pobreza y vulnerabilidad hace que sean víctimas del abuso de aquellos que perdieron sus escrúpulos. Menores totalmente desprotegidas por una Administración Pública que cierra los ojos cuando no le conviene mirar.
De la misma forma actúa la Administración con las Porteadoras; mujeres indefensas que se encuentran en mitad de un negocio que, para evitar pagar las tasas aduaneras, las explota haciéndoles cargar 80 kg a la espalda por cada porte, sin ningún tipo de contrato ni derecho laboral. Pudimos comprobar por nosotras mismas el peso de los fardos, siendo objeto de risas cuando no podíamos apenas levantarlos del suelo. Sin embargo, estos lastres no son nada comparadas con las cargas policiales que reciben y las cargas familiares que soportan. El peso de la marginalidad, la pobreza y el patriarcado son infinitamente superiores a los 80 kg del bulto. Las porteadoras, además de ser apaleadas para ¨organizar¨ el paso fronterizo, es clase obrera empobrecida de la sociedad rifeña (cobran entre 2 y 3 euros por porte), siendo este salario el único sustento de sus hogares, de los cuales se tienen que hacer cargo al terminar la jornada ¨laboral¨.
Antes de marchar de Melilla, coincidimos en espacio y tiempo con Jorge Fernández Díaz (ex Ministro del Interior, firmante de la Ley Mordaza y máximo responsable de la tragedia del Tarajal en Ceuta) y Juan José Imbroda (Presidente de la Ciudad Autónoma de Melilla). No desaprovechamos la oportunidad para recordarles que son responsables de la violencia practicada en la frontera sur.
La Caravana Abriendo Fronteras se dirigió a su última parada, Almería, donde el recibimiento fue espectacular; música y cultura para volver a sonreír. Esta Caravana es feminista; denunciamos que la mujer es doblemente maltratada: por ser migrante y por ser mujer. Lo volvimos a comprobar en las explicaciones dadas en uno de los asentamientos de Níjar, donde cientos de personas migradas malviven en condiciones paupérrimas y trabajan bajo el plástico infernal de los invernaderos y un sol abrasador. La Junta de Andalucía, el Gobierno español y el Parlamento europeo tampoco atienden estas condiciones laborales y vitales.
Despedidas emotivas, abrazos sinceros, planes conjuntos, personas magníficas, recuerdos imborrables y una experiencia única que nos hace sentirnos orgullosas de haber formado parte de este gran proyecto. Luchar juntas y sonriendo nos acerca a la revolución.
Seguimos.
Luis Oliva
Coordinador Área Internacional y Antifascismo
Red de Solidaridad Popular