Venezuela frente a la prostitución del lenguaje
Siento vergüenza ajena cada vez que escucho decir «el régimen» refiriéndose a Venezuela, sobre todo sabiendo que después son los mismos que dicen «el gobierno de Israel» refiriéndose al Estado sionista y genocida, un Estado de Israel presidido por el criminal condenado por el Tribunal internacional por crímenes de Lesa humanidad, Benjamín Netanyahu que es el principal aliado de EEUU y de Donald Trump.
No son supuestos narcotraficantes, son personas asesinadas por el ejercito de Estados Unidos en el Mar Caribe, no han sido acusados, ni condenados, son personas asinadas extrajudicialmente por EEUU, porque los muertos no hablan y no pueden defender su inocencia.
Los mismos medios que usan los bulos, las mentiras, y las medias verdades para satanizar a Venezuela son los que se dedican a justificar el genocidio en Palestina.
Se dedican a prostituir el lenguaje, a falsear la historia, a maquillar o esconder la realidad, lo hacen ahora con respecto a Venezuela, pero lo hacen desde siempre por todo el mundo para defender los intereses de los de siempre.
Atacan a Venezuela quienes por otro lado blanquean al lugarteniente de Bim Laden, a un terrorista de Al Qaeda, para que sea presidente de Siria mientras tienen la desvergüenza de llamar terrorista y narcotraficante a Nicolás Maduro.
Donald Trump es el promotor de los asesinatos en el Caribe, es el capitán pirata que roba petróleo venezolano abordando ilegalmente sus barcos, es el gran amigo del genocida Benjamín Netanyahu, el carnicero de Palestina, el íntimo amigo del pederasta y proxeneta Eipstein que fue suicidado o se suicidó en la cárcel.
Donald Trump es un supremacista, un clasista, un homofofo, un misógino, un racista, un personaje nefasto y megalómano profundamente ignorante, que no puede dar lecciones de nada a nadie, Trump es el líder de la ultraderecha mundial y el presidente de la primera potencia militar del mundo, es más peligroso que un mono con metralleta.
