Seguramente no pueda entrar en los EEUU, lo que es seguro es que no quiero
He tenido la suerte y el privilegio de haber podido visitar Venezuela, Cuba y Argelia, haber visitado esos tres países sería en estos momentos suficiente motivo para que no me dejen entrar en los Estados Unidos, pero no me preocupa en absoluto y seguiré dando motivos al imperio.
Mis opiniones y mis publicaciones me aseguran no poder entrar en los Estados Unidos de Donald Trump, pretenden revisar las redes sociales, la vida cinco años atrás de las personas que pretendan trabajar o estudiar en los EEUU. ¿Quién querría vivir en un país que no respeta absolutamente nada y a nadie?. La verdad es el último lugar del mundo al que iría.
Los solicitantes deberán declarar las cuentas en redes sociales que hayan utilizado durante los últimos cinco años. el formulario ampliará la recolección de información de contacto. Esto incluye números de teléfono utilizados en el último lustro y direcciones de correo electrónico empleadas durante la última década. El objetivo, según la agencia, es contar con mayores herramientas para verificar identidades y antecedentes.
También exigen datos extensos sobre el entorno familiar del viajero. Se solicitarán nombres completos, fechas y lugares de nacimiento, direcciones y números de contacto de padres, cónyuges, hermanos e hijos, independientemente de que viajen o no a EEUU.
Si legisla como una dictadura, si trata a los ciudadanos como una dictadura, y si actua internamente y a nivel internacional como una dictadura, quiere decir que los Estados Unidos de Trump es una dictadura.
Estados Unidos es hoy una dictadura sin libertad de expresión donde no se respetan los derechos humanos, tampoco respetan la legalidad internacional. EEUU no está en contra de los dictadores, está en contra de los gobiernos que no entregan su soberanía y no se arrodillan ante el imperio Yanqui para lamerle las botas.
El gobierno de Trump está entre los mayores vulneradores del derecho internacional y soberanía de naciones del mundo, no respeta las leyes y los fundamentos de la Carta Fundacional de la ONU.
Venezuela ha denunciado ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas la actitud agresiva y quebrantadora de principios de convivencia y respeto al derecho internacional. La administración estadounidense presidida por Donald Trump, con su arrogancia y prepotencia sigue vetando acuerdos y disposiciones que aproximen la paz y la estabilidad en Latinoamérica.
El gobierno Trump tiene el propósito de sustentar el robo desfachatado del petróleo y otros recursos del pueblo venezolano, jurisdicción nacional de ese país, que nada tiene que ver con el territorio de los Estados Unidos.
Todo esto sumado a las ejecuciones extrajudiciales que los EEUU están perpetrando en el Caribe nos muestran a un imperio en decadencia donde el concepto de la democracia, la moral, y la ética han dejado de existir.
Los actos de imposición de fuerza y abusos crean repulsión y generan odios hacia los agresores. Familias de seres humanos de diferentes procedencias que han visto morir a sus hijos en aguas del Caribe, sin confirmación jurídica de actos delictivos y sin previa investigación y carencia de legalidad, solo pueden considerar esos actos como crímenes de lesa humanidad.
EEUU vuelve a las doctrinas Monroe y de Gran Garrote, ignominiosas y rechazadas por su esencia ofensiva a la soberanía e independencia de los pueblos, es provocar desestabilización, guerras de liberación y nueva etapa de luchas armadas contra invasores y colonialistas.
Los ciudadanos norteamericanos tampoco quieren rememorar la guerra de Vietnam, Iraq, Afganistán y otras. No quieren volver a enviar a sus hijos a morir por la insaciable avaricia de sus autoridades.
La política de ese gobierno debe ser revisada a nivel interno y externo por organismos políticos y judiciales de ese pais, sus bloqueos, sanciones e intervenciones lo alejan, cada vez más, de la civilización y el desarrollo global que demanda la comunidad mundial.
Sinceramente no me gustaría visitar un país que ha caído en manos de la ultraderecha supremacista.
