Lois Pérez Leira •  Opinión •  25/10/2025

Venezuela se Mantiene Firme Frente a la Amenaza: Un Rechazo Contundente a la Vía de la Violencia Externa

​Las recientes y lamentables declaraciones de Leopoldo López a la agencia EFE, donde abiertamente avala y promueve un ataque militar de Estados Unidos contra territorio venezolano para lograr un cambio político, son un acto de irresponsabilidad extrema y de traición a la soberanía nacional que merece el más enérgico de los rechazos. En un momento en que Venezuela lucha por encontrar su camino, la única respuesta posible a estas voces de guerra debe ser la defensa inquebrantable de la paz y la autodeterminación del pueblo venezolano.

​La Soberanía no se Negocia, la Paz se Defiende.

​El principio fundamental que sostiene a cualquier nación es su soberanía. La potestad de los venezolanos de decidir su destino es un derecho inalienable que no puede ser subastado al mejor postor ni sometido a los intereses geopolíticos de potencias extranjeras. La mención de López sobre que la presión de Washington debe «avanzar a objetivos dentro del territorio nacional» es, en esencia, una solicitud de invasión, un llamado a la guerra fratricida.

​Venezuela rechaza categóricamente la vía de la violencia externa. La historia enseña que las intervenciones militares, lejos de «liberar» a los pueblos, solo dejan tras de sí un rastro de destrucción, caos, miles de vidas inocentes perdidas y la imposición de agendas que no representan los verdaderos intereses nacionales. Cualquier «solución» que venga impuesta con misiles y botas extranjeras está condenada a fracasar y a profundizar la herida social.

​Un Peligro para el Continente.

​Las declaraciones de López no solo ponen en riesgo a Venezuela, sino que desestabilizan a toda la región latinoamericana. Abrir la puerta a la intervención militar de Estados Unidos en un país soberano es sentar un precedente nefasto, una licencia para que se ignoren las cartas fundamentales de la ONU y de la OEA, y para que la diplomacia sea reemplazada por la fuerza bruta.

​El camino, por difícil que sea, debe ser siempre el del derecho internacional, el diálogo y el respeto mutuo. Los problemas de Venezuela deben ser resueltos por los venezolanos, sin injerencia alguna. El papel de la comunidad internacional debe ser el de acompañar procesos de entendimiento, nunca el de azuzar la confrontación armada.

​La Unidad en Torno a la Patria.

​Frente a la amenaza de una guerra, es el momento de que el pueblo venezolano, más allá de sus diferencias políticas internas, se una en la defensa de su bandera, su territorio y su futuro. La patria se protege con dignidad, y esa dignidad exige que se condene a quien pide fuego sobre su propia casa.

​La voz de Leopoldo López, al promover la violencia, se aísla de la causa de la paz. Venezuela y su pueblo merecen un destino donde el diálogo prevalezca sobre el cañón, donde la soberanía sea sagrada y donde la construcción del futuro esté en manos de sus hijos. La Patria se respeta. ¡No a la injerencia, no a la guerra!


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