Algo huele a podrido en Dinamarca
El fascismo es una amalgama de conservadurismo, nacional catolicismo, corporativismo, socialismo utópico. El fascismo es un proceso de convergencia dentro de la sociedad de estos ingredientes, cuando la salsa está a punto, aparece el líder, el duche, el conducator, que está por encima de partidos, de individuos, de la ley.
El fascismo se considera portador de una revolución política y también se considera la palanca de una revolución moral, de una transformación profunda de los espíritus y de las almas. No es tan sólo la suerte de la nación, la unidad de la misma desarrollado utilizando todos los medios, propaganda, educación…
Es también la suerte de la civilización, y el problema de la corrupción y de la decadencia una de las preocupacioness profundas del fascismo, es la razón por la cual el fascismo social que ha venido creciendo dentro de la sociedad, acaba cristalizando, acaba reconociéndose en un super-hombre, portador de las clásicas virtudes del heroísmo, la energía, la lucha inasequible al desaliento, el sentido del deber y del sacrificio, y la aceptaciónn de la idea de la superioridad de la nación-pueblo sobre los individuos que la componen, «pero la primera de las cualidades fascistas es la fe en la potencia de la voluntad, en el querer es poder, dar forma al mundo de la materia y de romper sus resistencias»
De aquí la admiración de los fascistas por el futurismo, un poema de Marinetti simboliza todo lo que separa el porvenir revolucionario del pasado burgués. El corporativismo constituye también una herramienta excelente para romper las resistencias del mundo tal como es. El corporativismo más que evidente entre los educadores y los profesionales de la medicina en Catalunya o entre la prensa y medios afines.
El mensaje ejemplar de Puigdemont no puede dejar de atraer a una parte importante de la juventud intelectual, deslumbrada por la consigna «el futuro nos pertenece» Tomorrow belong to me, los fascistas declarados no son nunca más que una minoría entre todos aquellos que responden a esta llamada de juventud, de ardor, de dignidad, de unidad, a este rechazo del determinismo materialista, a esta afirmación de la primacía de lo espiritual. Más numerosos serán aquellos que consideren con una neutralidad bonachona, esta resurrección de los valores imperecederos.
El viaje a Dinamarca del conductor del pueblo elegido ha puesto en evidencia el enfrentamiento intelectual entre aquellos o aquellas que ponen en la mesa de debate los términos y las condiciones históricas bien determinadas, la primacía del estado de derecho sobre el triunfo de la voluntad, las consecuencias catastróficas previsibles que la determinación mesiánica puede comportar y por otra parte un sólido cuadro conceptual elaborado por el fascismo que pretende dar respuesta a cuestiones que sobrepasan de lejos tales minucias.
La profesora danesa contra el visionario del Gironès. De nada sirve poner de manifiesto las contradicciones internas del neo fascismo, éstas no constituyen ningún obstáculo para su acción, en este sentido el fascismo constituye un sistema ideológico completo, enraizado en una filosofía del mundo total, poseyendo su propia filosofía de la historia, sus propios imperativos para la acción política inmediata, su propia ética y su propia estética.
No es de extrañar pues que el «procés» en su paranoia colectiva se haya atrevido a ofender gravemente a los que sufrieron la represión, la cárcel y el exilio bajo lo que ellos llaman el franquismo, que en realidad no era obra del dictador sino de toda una sociedad nacional-católica, conservadora, corporativista, falangista, es decir, sindicalista utópica, que ha permanecido bien viva en Catalunya, dónde para desgracia de los derechos fundamentales de la persona y del ciudadano/a se vino a refugiar debajo de la senyera, a la espera de resucitar, como un camaleón, disfrazado de demócrata.