André Abeledo Fernández •  Opinión •  24/12/2025

El gobierno de Donald Trump es una organización criminal que viola la legalidad internacional

Donald Trump es un fascista ignorante y un mentiroso. Venezuela compensó a las empresas extranjeras que operaban en su territorio, incluidas las estadounidenses, cuando nacionalizó su industria petrolera en 1976. Venezuela no tiene ninguna deuda con las empresas de EEUU, ni con el gobierno de los EEUU, el petróleo de Venezuela es del pueblo venezolano.

Trump a través de su red Truth Social donde puede mentir y lanzar bulos sin ningún problema, ordenaba «un bloqueo total y completo de todos los petroleros sancionados que entren y salgan de Venezuela». También dijo que seguiría enviando barcos de guerra al Caribe hasta que Venezuela «devuelva todo el petróleo, la tierra y otros activos que anteriormente» les «robaron». Aquí el único ladrón es Donald Trump e históricamente desde su fundación los Estados Unidos.

Actualmente dieciocho petroleros venezolanos están en la lista que unilateralmente se han inventado desde la Casa Blanca y que han sido sancionados por Washington. Esto no impide que otros continúen operando en la región o que la petrolera estadounidense Chevron mantenga contratos con PDVSA, la empresa estatal venezolana que extrae, procesa y comercializa con el crudo venezolano.

El despliegue militar en aguas de Centroamérica, y los ataques contra barcos y tripulaciones extranjeras, son gravísimas violaciones del derecho internacional.

El Gobierno de Donald Trump ha cometido «asesinatos extrajudiciales», lo denuncian los expertos de la ONU hablando sobre los asesinatos en el Caribe que el ejército norteamericano esta cometiendo contra embarcaciones y personas inocentes.

El único motivo para rematar a los supervivientes de los ataques de la marina norteamericana a lanchas en el Caribe es para que no puedan hablar, los muertos no pueden defenderse, ni podrán dar su versión, el mejor modo de acusar a esas personas de narcotráfico es no permitir que sobrevivan a los ataques, lo muertos no hablan, esa es la política del gobierno de Donald Trump.

Si los asesinados en el Caribe fueran realmente narcotraficantes matarlos no tendría ningún sentido, los cogerían vivos para sacarles información, pero no los necesitan vivos, los quieren muertos, para justificar esta mentira es necesario asesinar a todas esas personas.

El artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas en el que pretende ampararse el gobierno de Trump establece que la defensa propia es una de las dos excepciones por las que un país puede hacer uso de la fuerza contra otro. Pero para que se dé esta situación tienen que cumplirse cuatro requisitos básicos: un ataque armado previo o inminente, la imposición de la necesidad, la proporcionalidad y la temporalidad -esto es, hasta que el Consejo de Seguridad de la ONU actúe-. Ninguno de estos requisitos se han dado en el caso de EEUU, no ampara ni sus asesinatos en el Caribe, ni la agresión a Venezuela.

La segunda excepción es que el Consejo de Seguridad de la ONU autorice a un país a atacar a otro. Esto tampoco se ha dado en el caso de los ataques de EEUU a barcos venezolanos. 

Por ello, la norma que prima debe ser la que recoge el punto 2.4 de la Carta, en la que se establece que los países de la ONU, «en sus relaciones internacionales, se abstendrán de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier Estado, o en cualquier otra forma incompatible con los Propósitos de las Naciones Unidas». 

Es sabido que históricamente, la forma de actuar de EEUU con respecto a la normativa internacional es saltarse a su voluntad y retorcer la legalidad internacional para adaptarla a su política exterior de agresión y rapiña de recursos energéticos y naturales en todo el mundo.

Tanto en las aguas territoriales como en las internacionales está permitida la libre navegación. Ningún estado tiene derecho a prohibir la libre navegación en aguas internacionales de un barco que navegue bajo la bandera de otro estado, otro acto de ilegalidad flagrante de los EEUU. El bloqueo de petroleros venezolanos por parte del ejército de EEUU supone una violación del derecho internacional.

Debemos denunciar que las amenazas de invasión y ataques contra territorio venezolano que lanzan los líderes políticos estadounidenses también son una violación del derecho internacional. El artículo 2.4 de la Carta de las Naciones Unidas establece que los miembros del organismo multilateral «se abstendrán de recurrir a la amenaza o a la violencia» contra un tercer país. 

Toda la actividad militar y las ejecuciones extrajudiciales que Estados Unidos realiza en el Caribe es ilegal e inmoral., los bloqueos y las sanciones son ilegales y criminales, las amenazas de EEUU a Venezuela son ilegales y una amenaza al mundo entero, el silencio cómplice de Occidente es cobarde y vergonzoso.


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