India y China: Que haya paz en vez de belicismo

Tanto India como China creen estar en lo cierto en cuanto a sus derechos sobre el Valle de Galwan, un sitio montañoso en Cachemira junto al Himalaya que glorificaron ambas naciones en una guerra en 1962.
Para los historiadores se trató de uno de los enfrentamientos más graves entre ambas naciones desde el doloroso conflicto militar que sostuvieron durante un mes, del 20 de octubre al 21 de noviembre de 1962, y que terminó con saldo de más de 11 mil muertos.
La nueva escalada se produjo en un momento en que las dos partes realizaban esfuerzos para desactivar semanas de tensión en la frontera, que se intensificó en mayo pasado cuando tropas de ambos bandos sostuvieron varias escaramuzas en distintos puntos de la llamada Línea de Control Real.
India y China no comparten una frontera bien definida. Como límite existe la Línea de Control Real, extendida a lo largo de miles de kilómetros desde el territorio indio de Ladakh hasta el estado indio de Arunachal Pradesh.
La cruda herencia del colonialismo, en este caso el británico, se cierne una vez más como una filosa y envenenada Espada de Damocles sobre los destinos de los pueblos del Tercer Mundo.
Los colonialistas británicos dejaron estas fronteras sin demarcar, que después de la independencia se dejaron a la interpretación de los interesados.
Desde 1993, se firmaron muchos acuerdos entre India y China para resolver esos asuntos de manera pacífica y con protocolos establecidos. Se menciona que no se utilizarán medios militares al tratar esas situaciones fronterizas.
No en balde, para muchos pacifistas ‘el baile del dragón y el elefante juntos’ es la única opción válida para China y la India, como mismo sugirió en mayo último el embajador de Beijing en Nueva Delhi, Sun Weidong.
El enviado chino afirmó mucho antes de ocurrir el sangriento encuentro -donde cayeron 20 soldados indios y un número aún indeterminado de chinos- que tenía esperanzas en una solución diplomática y destacó los esfuerzos de los dos países para luchar juntos contra la pandemia del nuevo coronavirus.
La asonada también sorprendió a toda la comunidad internacional, que se debate en medio de la crisis desatada por la Covid-19.
Según los medios de comunicación indios, después de las conversaciones del 6 de junio ambas partes comenzaron a retirarse a sus posiciones anteriores en las zonas de Galwan y Hot Springs y que las tropas chinas se quedaban sólo a lo largo de las costas del lago Pangong Tso como en la zona de Finger o Dedo 4 reclamada por la India.
Los pliegues de montaña alrededor del lago de 134 kilómetros de largo en el Himalaya se conocen en la jerga militar como Finger o Dedo.
India y China tienen percepciones diferentes de por dónde pasa la Línea de Control Real en el área de Pangong Tso. India afirma que comienza en el Dedo 8, mientras China arguye que comienza en el Dedo 2, que está bajo el control indio.
Algunos sectores de intereses malintencionados, incluyendo varios periódicos y canales de noticias en la India, intentan escalar una situación que plantea varias interrogantes. Entre ellas ¿Cómo comenzó este enfrentamiento en medio de la pandemia? y ¿Cuál es la salida adecuada para el conflicto?
Por suerte, hoy se divulgó por la emisora All India Radio que representantes de India y China llegaron a un consenso mutuo para retirarse en el sector del territorio de Ladakh oriental.
En las conversaciones sostenidas a nivel de comandantes entre las dos naciones vecinas en la localidad de Moldo, en el lado chino de la Línea de Control Real, las partes acordaron retirarse de todas las áreas de fricción para desactivar las tensiones.
All India Radio citó fuentes del ejército indio que informaron sobre los diálogos celebrados en un ambiente cordial, positivo y constructivo.
agp/abm