Gaza el holocausto. A tu descendencia daré esta tierra
El que una gran parte del mundo judío se manifieste contra la acción genocida de Netanyahu y sus acólitos es muy importante. Aunque en número puede parecer que no es un peso significativo en la misión de acabar con el genocidio, aporta la esencial perspectiva de que el holocausto que sufre el pueblo palestino no puede enmarcarse en una confrontación religiosa. Situando la protesta en el ámbito más radical (por aquello de ir a la raíz) de los derechos de todas las personas a la vida. Que cientos de millones de personas en todo el mundo se manifiesten por ese derecho a la vida de todo el pueblo palestino es necesario. Que en julio de este año 2025 más de las tres cuartas partes de las naciones presentes en la Organización de Naciones Unidas (ONU) hayan reconocido el Estado Palestino es extraordinario, dado el clima de presión que Estados Unidos mantiene sobre la negación no sólo del derecho a constituir un Estado Palestino sino de vivir. Que una buena parte de los gobiernos de esas naciones hayan roto relaciones comerciales con Israel es muy positivo. Que aporten alimentos para paliar la hambruna que extermina a la población masacrada en Gaza, es más que oportuno. Ante la barbarie constante del ejército israelí cabe preguntarse: ¿todo lo anterior sirve para pararla? Parece que no. Hoy, 9 de agosto, vuelven las multitudes en todo el planeta a manifestarse para que ese holocausto termine, para que se retire el ejército israelí del territorio ocupado y que el Estado Palestino, con la ayuda internacional imprescindible, comience a reconstruir las ciudades y pueblos. Haga posible que funcionen los hospitales, los servicios esenciales para acceder al agua y los alimentos y dar cobijo a los supervivientes. Casi dos millones de seres humanos deberán miran hacia adelante sin perder la memoria de las decenas de miles de muertos asesinados. Que un Estado Palestino comience a funcionar es la garantía de que el inmenso sacrificio de ese pueblo no ha sido esteril.
Un paso necesario para ello es requerir a cada gobierno nacional que actúe, que vaya más allá de las declaraciones de denuncia del genocidio, para adoptar decisiones de suspender inmediatamente toda relación comercial y diplomática con Israel y denunciar el papel de Donal Trump, que abusando de la confianza depositada por el pueblo norteamericano, traiciona sus promesas de ayudar a la Paz en el mundo, ampara, apoya y podría ser el inductor del holocausto. Sólo la llegada de Trump a la Casa Blanca ha propiciado el inicio de esta tortura del pueblo palestino. Hay quien baraja la posibilidad de que el ataque de la terrorista organización Hamas el 7 de octubre de 2023 -https://www.revista-redi.es/redi/article/view/2771/2543- haya sido promovido por sectores del propio Israel. “En efecto, la conmoción de estos ataques en Israel ha sido tal que, al margen de los errores que haya habido por parte de los servicios de inteligencia israelíes, incluso se habla de un complot traidor que permitió a los milicianos de Hamás obtener mapas detallados de las bases militares israelíes años antes de los ataques, según ha puesto de manifiesto un Informe de The Guardian el 4 de diciembre de 2023”.
Quienes desde el sionismo internacional pretenden la conformación de un solo estado israelí, en el territorio prometido por “su dios” al pueblo judío, utilizan la violencia del Estado Israelí contra el pueblo palestino. Y un mantra que utilizan es “porque dios lo quiere”. Desde 1948 se desarrolla una historia corta, menos de 80 años, pero repleta de asesinatos, violaciones, expulsiones de tierras ocupadas, haciéndole la vida imposible a las gentes palestinas. Estos fanáticos que pervierten los objetivos de la búsqueda de un hogar a los supervivientes del holocausto del pueblo judío por los Nazis, utilizan la Biblia pretendiendo justificar el que ahora promueven contra el pueblo palestino. La lectura de los pasajes de la Biblia suenan muy actuales si se sustituye a “Jehová” por “Donald Trump” y “Abraham”. “Moisés” o “Josué” por Netanyahu. Haga el lector ese sencillo ejercicio: “Génesis 12:7: «Y apareció Jehová a Abraham, y le dijo: A tu descendencia daré esta tierra.» Génesis 17:8: «Y te daré a ti, y a tu descendencia después de ti, la tierra en que moras, toda la tierra de Canaán en heredad perpetua; y seré el Dios de ellos.». Génesis 26:3: «Habita en esta tierra, y yo estaré contigo, y te bendeciré; porque a ti y a tu descendencia daré todas estas tierras, y confirmaré el juramento que juré a Abraham tu padre.» Éxodo 6:8: «Y os meteré en la tierra por la cual alcé mi mano jurando que la daría a Abraham, a Isaac y a Jacob; y la daré a vosotros por heredad. Yo Jehová.» Éxodo 33:1: «Después dijo Jehová a Moisés: Anda, sube de aquí, tú y el pueblo que sacaste de la tierra de Egipto, a la tierra de la cual juré a Abraham, a Isaac y a Jacob, diciendo: A tu descendencia la daré.». Josué 1:3: «Todo lugar que pisare la planta de vuestro pie será vuestro; desde el desierto hasta el Líbano, y desde el río, el río Éufrates, hasta el mar occidental, será vuestro territorio.» Deuteronomio 1:8: «He aquí, he puesto la tierra delante de vosotros; entrad y tomad posesión de la tierra que Jehová juró a vuestros padres Abraham, Isaac y Jacob que les daría a ellos y a su descendencia después de ellos.»
Para israelíes fanáticos estas promesas bíblicas justifican el exterminio del pueblo palestino. A su dios le da igual, que se pase a cuchillo a las gentes que llevaban siglos habitando esas tierras antaño, como que se masacre con bombas y metralla a las gentes de Gaza. Desde el mundo judío internacional, desde la humanidad en su conjunto, las violencias extremas, los asesinatos que el ejército israelí lleva a cabo contra el pueblo palestino, con el apoyo de la Casa Blanca estadounidense, son crímenes contra la humanidad. Crímenes que no pueden quedar impunes, ni para quienes asesinan, ni para quien induce y facilita los asesinatos, si la humanidad desea tener una sola posibilidad para la PAZ.