Handala, una mano tendida de solidaridad

La misión del barco Handala, de la Flotilla de la Libertad, consiste en romper el ilegal bloqueo de la palestina Gaza, ejecutado por parte de Israel desde 2007, hace 18 años. El 40 % de la población de Gaza sólo ha conocido el bloqueo.
Romper el bloqueo tiene, además, dos aspectos relevantes: dar un hilo de esperanza al pueblo palestino para que sepan que no están solos. Hay muchas personas que buscan ofrecer su solidaridad y compromiso a la justa causa palestina, su derecho de autodeterminación, a pesar de la política cómplice y diletante de nuestros gobiernos. La Flotilla, además, defiende la vigencia del derecho internacional, el libre tránsito por aguas internacionales y la entrega de ayuda humanitaria donde la potencia ocupante, Israel, no establezca el qué, cuándo, cómo y a quién se le entrega la ayuda. Aspectos todos que están siendo vulnerados por el Estado de Israel, ante la complicidad, cuando no, con la participación de nuestros gobiernos y empresas. La Flotilla actúa contra las actuaciones y política conquistadora, colonizadora y genocida del Estado de Israel.
La Flotilla de la Libertad está formada por diferentes campañas en Suecia, Noruega, Australia, Estados Unidos, Canadá,… España (Rumbo a Gaza) que, en función de su capacidad económica, resultado de donaciones, ha fletado, periódicamente, barcos y sus miembros y múltiples personas voluntarias han formado parte de sus misiones.
Reclamamos a nuestros gobiernos, a la Unión Europea, coherencia, entre sus discursos y sus acciones para que no se siga alimentando la impunidad y los crímenes de Israel que, en estos momentos, se pueden calificar de genocidio hacia la población palestina en Gaza y el aumento de la colonización y el apartheid en la Cisjordania ocupada.
Handala 2025
La Misión del Handala 2025, fue precedida del barco Conscience, bombardeado por drones en aguas internacionales, cerca del Estado de Malta, miembro de la Unión Europea, y del abordaje israelí del Madleen, en aguas internacionales, a unas 100 millas de Gaza, por parte del ejército de ocupación y pirata israelí.
En otros años, la situación de abordaje y secuestro israelí siempre se ha repetido, Al Zaytoun, Al Awda, etc.
Con lo que se constatan dos aspectos: las acciones piratas israelíes se repiten y no han tenido consecuencias, ni sanciones. De hecho, Israel sigue formando parte de acuerdos de asociación, pertenencia, seguridad, etc., con gobiernos y organismos multilaterales que dicen estar comprometidos con la paz y seguridad: Unión Europea, OTAN, OCDE, Unión para el Mediterráneo, …
El Handala partió de Siracusa en Sicilia, continuó hasta Gallipoli en Plugia, donde se ofreció por parte de los comités locales asistencia, alojamiento, víveres, agua,.. También organizaron diversos actos en dichas localidades, actuaciones musicales, conferencias y exhibición de documentales protagonizados por varias misiones de la Flotilla y sobre la situación de Palestina.
En Siracusa, estuvo presente el eurodiputado Jaume Asens, abogado que lleva la querella en España por el asalto al Madleen y la acusación particular de Sergio Toribio y la popular del Comité de Solidaridad con la Causa Árabe (CSCA). Explicó la situación de la querella, admitida, y los siguientes pasos a desarrollar por parte de la fiscalía, diligencias en su caso y el interés en acumular esta demanda a las existentes en la Corte Penal Internacional contra Netanyahu, el ministro de defensa israelí y otros responsables de actos criminales en Palestina. Esta iniciativa jurídica se está estudiando para replicarla en otros países por parte de los participantes de las misiones.
Los voluntarios fueron elegidos por las Campañas nacionales y el grupo director de la Flotilla. En el caso del Handala, se consideró oportuno incrementar el número de voluntarios sobre la capacidad normal del barco teniendo en cuenta la duración del viaje y para aumentar la representación de la misión. Finalmente, fuimos 21 personas, de nueve nacionalidades, entre las que había una palestina del 48, palestina-israelï-estadounidense, Huwaida Arraf; Bob Suberi un israelo-estadounidense, veterano contra la guerra en el Vietnam; otros estadounidenses como Frank Romano, Jacob Berger, Braedon Peluso, el organizador del sindicato en Amazon, Chris Smalls; una eurodiputada francesa, Emma Fourreau, junto a la diputada Gabrielle Cathala de la Asamblea Nacional Francesa, de la France Insoumise y los también franceses, Justine Kempf , enfermera de Médicos del Mundo, Ange Sahuquet, Ingeniero y Chloé Fiona Ludden (Reino Unido/Francia); una veterana noruega de 72 años, Vigdis Bjorvand; los italianos, Antonio La Picirella y Antonio Mazzeo, un estudioso de las conexiones militares italo israelíes; los australianos Robert Martin y Tania «Tan» Safi; el tunecino portavoz de Vía Campesina en Europa y sindicalista, Hatem Aouini y los españoles Sergio Toribio, mecánico y participante de otras misiones de rescate y ecologistas, también con el Madleen, y Santiago González Vallejo, del CSCA, y miembro de Rumbo a Gaza desde sus comienzos. Todos hicimos una labor de divulgación de la misión, con la ayuda fundamental de las diferentes campañas como Rumbo a Gaza y el equipo de la Flotilla.
Tuvimos, antes y durante el trayecto a Gaza, preparación psicológica y ejercicios de comportamiento no violento en caso de abordaje. Cuando sobrepasamos el punto donde fue abordado el Madleen, unas cien millas de la palestina Gaza, ya nos preparamos para lo que pudiera ocurrir. Decidimos, que si se producía el abordaje, tatarariamos el Bella Ciao, rechazaríamos cualquier ofrecimiento de agua o alimentos que nos pudieran ofrecer la soldada israelí y así lo hicimos.
Particularmente, hice mi último escrito, Asalto israelí a la Flotilla. ¿Aceptación por las cancillerías europeas?¿No hay defensa preventiva? Abandono del derecho internacional. Resaltaba lo evidente. Todo el mundo podía acceder a la trayectoria del Handala. Toda la ciudadanía. También, la armada israelí y también, los barcos de la OTAN. De hecho, en los días anteriores, múltiples drones del servicio del Frontex u otros sobrevolaban el Handala, para vigilar los mares y socorrer en su caso a la inmigración naufragante de las pateras. Si todos conocían la derrota del Handala, el llegar a Gaza, si los piratas israelíes iban a intervenir, si ya lo habían hecho apenas un mes antes, ¿por qué no éramos defendidos de esos piratas? ¿Para qué sirve la OTAN si no defiende a la sociedad civil y se pliega a los piratas israelíes? ¿Cuál es la función de las cancillerías europeas, ser agentes pasivos de la impunidad israelí?
Francesca Albanese, relatora de las Naciones Unidas sobre los territorios ocupados palestinos, durante el trayecto del Handala, participó en un video debate con las diputadas francesas, donde reiteró que deberían ser los gobiernos los que fletasen los barcos de ayuda y que no deberían permitir que Israel dictase cómo debería ser la ayuda humanitaria. También, aludió al rol de las empresas privadas en la colonización y genocidio en Palestina. En el debate, intervino Chris, el sindicalista de Amazon. Por mi parte, aproveché para pintar una camiseta con el eslogan de ‘CAF NO’ junto al logo de “Todos con Palestina”. Asunción Estrienaga editó un vídeo para la campaña CSCA-BDZ contra esta empresa española CAF que gestiona y construye líneas de tren ligero entre la ciudad ocupada de Jerusalén y las colonias próximas.
Ese mismo día, 26 de julio, la radio de los piratas del ejército israelí se puso en contacto con el Handala y Huwaida Arraf, nuestra interlocutora palestina, les respondió que el derecho internacional nos amparaba ya que estábamos en aguas internacionales. Añadió, que si el ejército israelí de ocupación nos secuestraba estaría cometiendo un nuevo crimen. Hicimos una última maniobra marinera, desplazándonos al sur, hacia las aguas territoriales egipcias. Egipto, otro cómplice, nos permitía que se fuera a sus aguas territoriales, si anclábamos y no fuéramos a la palestina Gaza. Esa limitación era contraria a la misión del Handala. Por eso, continuamos unas millas más, en dirección al Este, en paralelo a las aguas territoriales egipcias, pero en aguas internacionales, donde a unas 40 ó 50 millas de Gaza fuimos, finalmente, abordados y presos por los israelíes.
Nos trasladaron al puerto israelí de Ashdod donde fuimos interrogados. Nuestro rechazo a firmar un documento que recogía que habíamos querido entrar ilegalmente a Israel, nos ocasionó el ingreso en la cárcel de Givon y la formalidad de un juicio. Algunos de nosotros fuimos asistidos por los cónsules de Francia y España. Ningún otro consulado se presentó. Que se sepa, ninguna cancillería europea elevó su protesta más allá de que se nos tratase bien, sin querer entrar en las normas extemporáneas israelíes y haber hecho algo para evitar ser raptados.
Un día después, tuvimos un ‘juicio’ que sólo se puede calificar de cínico y farsa. La acusación de las autoridades israelíes, que nos habían secuestrado, se basaba en el intento de entrar ilegalmente en Israel. Doble falsedad. Puesto que, en ningún momento, entramos en el espacio de lo que internacionalmente se considera Israel, a no ser que las autoridades israelíes, sin ningún título de soberanía, consideren que la palestina Gaza forma parte del ‘Gran Israel’.
La celda de Givon donde fuimos a parar siete de los voluntarios era amplia, sucia y calurosa, con colchonetas de plástico rotas. Así fue como mi piel fue acribillada por algunos insectos del cual no recibí ningún tratamiento, aunque lo solicité reiteradamente. Por supuesto, el trato que recibimos, aparentemente, fue mejor que el que recibían los palestinos que fugazmente vimos tras las mirillas de otras celdas. A nosotros se nos proveyó de una muda limpia, en cambio, los presos palestinos presuntamente, llevaban las mismas vestimentas desde su detención.
El juicio, en nuestro caso colectivo, de Robert (australiano), Sergio y el mío, se celebró en una sala ad hoc de la prisión, tras el encuentro con nuestro equipo de abogadas de Adalah, una organización palestina con nacionalidad israelí.Tras los dos primeros juicios, con traducción al inglés, a Robert y a Sergio, pedí que el mio se hiciera en español. Mi traductora, presuntamente una latina-israelí, no tradujo los alegatos de mi defensa. Por eso, cuando me concedieron la palabra, protesté por ese hecho y el juez dijo que me harían un resumen de lo dicho hasta ese momento. El Juez me acusó de entrar en un espacio militar, prohibido por las leyes israelíes. Le contesté que las leyes israelíes no respetan el derecho internacional y, por lo tanto, sus leyes no son válidas. Después, me preguntó sobre si conocía qué ayuda llevaba el Handala. Le contesté que llevábamos aparatos ortopédicos dado que el ejército israelí, ya antes del 7 de octubre, en la Gran Marcha del Retorno, disparaba expresamente a los brazos y piernas de palestinos, para producir amputaciones e invalideces. Por eso Gaza tiene el mayor porcentaje de amputaciones del mundo. También les dije que llevábamos preparados infantiles, dado que Israel está provocando hambre en los niños; y alimentación en general de larga duración. Me replicó, preguntándome si no sabía que había una guerra contra Hamas. Le contesté de nuevo, diciendo que el ejército israelí está matando a la población civil, mujeres, niños y hombres sin ningún miramiento y están cometiendo un genocidio.
Antes de acabar el juicio, pedí la palabra. Les dije: «No hay un ser humano superior a otro humano; sólo un dios creado por los humanos puede dictar que un grupo humano sea superior a otro grupo humano», en una interpretación de las palabras del activista y pacifista italiano Vittorio Arrigoni, asesinado en Gaza por un grupo yihadista. A mis palabras, el representante del departamento de emigración israelí, un israelí judio, dijo algo en hebreo, que provocó alguna risa en algún otro funcionario presente en el juicio. Todos fuimos condenados a no poder entrar en Israel los próximos 99 años.
Días después nos deportaron, no sin antes, la soldadesca robarnos algunas pertenencias.
Pero este no es final, continuamos y continuaremos
La Flotilla continuará fletando barcos hasta que se acabe el bloqueo ilegal de la palestina Gaza.
Seguiremos exigiendo a nuestros gobiernos coherencia entre discurso y acción. Respeto al derecho internacional. Embargo de armas. Ruptura de relaciones. Sanciones como las que se impusieron a la Sudáfrica supremacista.
Acumularemos demandas ante la Audiencia Nacional y, en su caso, la Corte Penal Internacional contra Netanyahu y resto de responsables.
Y mientras tanto, apoyaremos las iniciativas existentes como la de Boicot, Desinversiones y Sanciones a productos y empresas españolas como CAF que se lucran con la destrucción del pueblo palestino.