André Abeledo Fernández •  Opinión •  21/11/2025

Un Golpe de Estado judicial del Tribunal Supremo

Un Golpe de Estado judicial del Tribunal Supremo, la demostración de que no existe la separación de poderes. La constatación de que la ultraderecha controla los poderes del Estado.

La sentencia del Tribunal Supremo contra el Fiscal General del Estado es una vergüenza y demuestra la politización de la justicia, unos jueces que con demasiado poder usando la justicia a sabiendas de que no habrá consecuencias para ellos.

La justicia española es digna hija del franquismo, de la falsa transición que fue un borrón y cuenta nueva, que dejó todo como estaba, bajo el control del OPUS y la ultraderecha, una auténtica pantomima de justicia.

Manos Limpias, Hazte Oír, son chiringuitos usados por la extrema derecha y por los poderes económicos para hacer política con la ayuda de sus jueces.

La justicia en España está para defender los intereses de los ricos, las leyes no buscan ser justas son simplemente herramientas del poder para defender privilegios.

La justicia es cara y está al alcance de muy pocos, y la carrera judicial también es cara y larga siempre al servicio de las élites, muy pocos hijos de trabajadores por muy brillantes que sean podrán llegar a ser jueces. Ese es uno de los motivos por los que la judicatura está tomada por la extrema derecha, otro es la herencia del franquismo y una falsa transición.

Vemos claramente como la judicatura trabaja para la derecha y defiende sus privilegios y no los derechos de la ciudadanía, lo vemos cada día, y vemos solo la punta del iceberg.

«La justicia es como las serpientes solo muerden a los descalzos».

La ley y la justicia no son la misma cosa, las leyes están dictadas por el poder y el poder lo tienen los herederos del franquismo y los oligarcas, todo el edificio podrido del Estado nacido de la falsa transición y del franquismo supura en las sentencias judiciales.

Tener leyes no significa tener justicia, tener jueces no significa que hagan justicia, en le Estado español la justicia no existe y sin justicia no hay democracia.


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