Juan García Ballesteros •  Opinión •  21/09/2022

La larga sombra de la corrupción mediática

En nuestro país hay tres grandes grupos (Mediaset, Atresmedia y Prisa), que funciona como un lobby corporativo, controlan la inmensa mayoría de la información en los medios e imponen lo que hay que publicar y aquello de lo que no se puede hablar ¿Son rentables las grandes apuestas dinerarias que los poderes económicos y financieros invierten en los medios de comunicación? ¿Por qué necesitan controlar la comunicación social?

Para los poderosos dueños de los medios de comunicación, el controlar el discurso social, el ofrecer el relato que a los poderosos les interesa, el lanzar al público la soflama que les conviene, apoyando a las derechas, para mantener su poder político y económico, les resulta muy rentable. Su gran objetivo es no perder los enormes privilegios de los que siempre han gozado.

No tienen ningún escrúpulo en lanzar mentiras, basura mediática, contra todo proyecto político que ponga en cuestión el injusto e indecente sistema social que tanto daño, tanto dolor, tanto sufrimiento está causando a la inmensa mayoría de la población en nuestro país.

La aparición de Podemos en el panorama político, consecuencia de la mayor concienciación social y política de las últimas décadas, el 15M, supuso para las élites políticas y económicas un fuerte golpe inesperado. Eran jóvenes políticos que, con sus propuestas serias, profundas y posibles, planteaban cambios necesarios en nuestra sociedad: conseguir una sociedad más justa e igualitaria, acabar con la corrupción, invertir en economía productiva, nacionalizar la banca, acabar con los desahucios, crear una renta básica, mejorar los servicios públicos, establecer un sistema tributario justo y progresivo, luchar contra el cambio climático, … Todas las derechas (políticas, económicas, judiciales y mediáticas) ven las orejas a ese joven lobo que quiere acabar con privilegios de poder largamente disfrutados. A raíz de ese momento se pone en marcha todo un entramado corrupto que comienza por la difusión en los grandes medios de improperios destructivos (bolivarianos, comunistas radicales, bolchevique, antisistema, …) y que culminara con lo que ahora se ha publicado sobre las tramas mafiosas creadas para tapar las ilegalidades del PP y hundir al joven partido que, con sus perspectivas de apoyo social, ponía en peligro el confortable bipartidismo que tanto daño estaba causando a nuestra sociedad.

El señor Ferreras no es un periodista. Es un comunicador comprado. Tendrá el título, pero el auténtico periodista ajusta y lleva a rajatabla su actividad profesional siguiendo las normas deontológicas de su código sobre todo en lo concerniente al primer compromiso ético del periodista que es el respeto a la verdad. También el buen profesional, deberá utilizar métodos dignos para obtener la información, lo que excluye los procedimientos ilícitos. Aparte de otras, ninguna de estas bases deontológicas es respetada, ni tenida en cuenta por el Sr. García Ferreras que publica un documento falso contra Pablo Iglesias, a sabiendas que lo es, con el propósito de desprestigiar a él y a su partido. Además, este señor se salta nuestra Constitución y vulnera su artículo 20 -apart. d- que dice que todo español tiene derecho “a comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión”.

Estábamos en la campaña electoral de 2016. A Podemos se le vaticinaba muy buenos resultados (incluso el sorpasso al PSOE), pero ahí empezó a actuar la trama. Desde un restaurante, en una comida de camaradería y confianza, están presentes miembros de las cloacas de estado (Villarejo, Olivera), el presidente de la Razón, Mauricio Casals, el empresario Adrián de la Rosa y el presidente de la Sexta, Antonio García Ferreras. Estaban representadas todas las fuerzas vivas, aunque faltaba, quizás no fue invitado, algún representante de la derecha judicial que tanto está beneficiando al PP y atacando, sin piedad, a sectores sociales comprometidos y a la izquierda en general. Villarejo, como astuto sabueso corrupto, graba las conversaciones, que han sido desveladas por Crónica Libre.

Los vídeos publicados demuestran cómo este grupo de mafiosos prepara el terreno y cada uno muestra su apoyo incondicional a Inda, que ha publicado la noticia. La reunión fue muy fructífera porque se consiguió que un documento burdo, falso, salido de la policía patriótica, que recogía la presunta existencia de una cuenta a nombre de Pablo Iglesias en un banco en las Islas Granadinas (paraíso fiscal) en la que aparecían 272.000 €, regalo del gobierno de Nicolás Maduro, se aceptara como válido. El folletín fue publicitado por la Sexta, dirigida por el Sr. Ferreras, a sabiendas que era falso porque él mismo lo había manifestado en la citada reunión. Este señor se convierte así en un traficante de información adulterada. Cuando un “periodista” sabe que una noticia es mentirosa, burda y la publica, ya ha perdido su profesionalidad, se vuelve un títere, una marioneta en manos de los dueños del medio.

Aunque la falsa noticia no tenía base jurídica, era un panfleto irrisorio, como después se demostró en el juzgado, reunía todos los ingredientes para hacer mucho daño a Podemos como así fue: su líder, Pablo Iglesias, involucrado en un acto delictivo y. además, con la financiación del denostado presidente de Venezuela, Nicolás Maduro. Aunque, como he recogido, fue sobreseída en el juzgado, sin embargo, tuvo mucha repercusión, mucho recorrido en todos los medios del comando mediático de derecha extrema, sobre todo en la Sexta, que disfrazada de televisión de “izquierdas” (nunca lo ha sido), con sus múltiples horas de emisión, se volcó en un acoso y derribo a Podemos para cambiar del signo de las próximas elecciones generales. Y a fe que lo consiguió (Ferreras se jactaba de ello) para desgracia de una izquierda que había despertado mucha ilusión, mucha esperanza y la posibilidad de un cambio social profundo. El objetivo de estos grupos mafiosos, desde el gobierno del PP, policías corruptos, grandes poderes económicos y comandos mediáticos indignos, era que Podemos nunca llegara al gobierno, para que a los poderosos les siga yendo bien.

Lo más grave de toda esta trama mafiosa que hemos conocido ahora, pero que lleva actuando muchos años, es que unas pequeñas élites controlan el flujo de la información y actúan al unísono. Por tener los mismos intereses económicos, cuando ven peligrar sus privilegios, se ponen de acuerdo para presentar su interpretación de la realidad, utilizando la mentira, la manipulación o callando aquello que no les conviene. No tienen ningún escrúpulo en destruir la vida personal y social, como han hecho con Juan Carlos Monedero o atacar a un partido político, Podemos que, dentro de una sociedad democrática, plantea cambios necesarios para conseguir una vida más digna, justa e igualitaria para la ciudadanía.

El objetivo de esto grupos de poder mediático es calar sus repetidos mensajes en “mentes perezosas“ (como decía Julio Anguita) para atraerlos a los postulados de los poderosos y aceptar su discurso, el de los opresores, que como se ha demostrado en las sucesivas contiendas electorales han beneficiado a las derechas que, incluso, han contado con muchos votos de gente que sufren los agravios de sus decisiones políticas.

A partir de lo expuesto, debo aclarar que hay muchos más periodistas profesionales que ejercen su trabajo de forma honesta, que subscriben y cumplen su código deontológico y que buscan la verdad, utilizando métodos legales de investigación para informar a sus audiencias.

Es necesario que desde el Gobierno se legisle para hacer cumplir la Constitución y evitar que las mentiras, los bulos, la falta de honestidad y de una información veraz sea su constante periodística. Para algunos medios su primer objetivo es subvertir la democracia, intentando, con esa información basura, atacar a adversarios políticos para desprestigiarlos y, así evitar, que la ciudadanía pueda elegir libremente, sin trampas, ni manipulaciones, a sus representantes. Esto no lo puede tolerar una verdadera democracia.

Quiero terminar con lo que ha difundido Ione Belarra, secretaria general de Podemos. En sus declaraciones acusó a Ferreras de haber hecho un “daño irreparable a la democracia con su contribución al desprestigio de Podemos”. Y añade: “Nunca sabremos quién habría gobernado en España en 2016”.


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