Antonio Pérez Collado •  Opinión •  20/05/2025

Llamamiento a la afiliación de UGT y CC.OO. ante la huelga general del 29-M en el País Valenciano

Compañeros y compañeras: me permito hablaros como a camaradas porque en muchos casos todavía os considero así. Al utilizar el formato de carta abierta no me dirijo a los líderes de esos dos agentes sociales, como gusta ahora al sistema denominador a lo que siempre se conoció como sindicatos de clase. Mis palabras tienen como destino a toda esa militancia de base que, en las pocas ocasiones que se le brinda una oportunidad, lucha en el centro de trabajo o en el barrio contra la injusticia y la explotación.

Seguramente sigues en UGT o CC.OO. porque todavía considerais que son los sindicatos obreros a los que os afiliados hace bastantes años, cuando aún se hacían huelgas generales (como la del 14D de 1988 o el 27E de 1994), cuando en los convenios se arrancaban derechos para los trabajadores y no ventajas para el patrón, cuando Marcelino Camacho y Nicolás Redondo todavía hablaban de clase trabajadora.

Por desgracia, desde hace varias décadas, esa romántica idea que tenéis de vuestras organizaciones ya no se corresponde con la realidad. Ese sindicalismo llamado publicitariamente mayoritario ha abandonado el tajo y se ha trasladado a los despachos de los edificios sindicales, a las cómodas salas de reuniones de ministerios y empresas, a las tertulias de la telebasura, a la gestora privada de los Planes de Pensiones de Empleo… Solo quedan millas de profesionales con maletín para visitar centros de trabajo cuando hay elecciones sindicales o toca negociación del convenio.

La pérdida de poder adquisitivo de nuestros salarios, la precariedad en el empleo, el retraso en la edad de jubilación, la Ley Mordaza -que recorta y penaliza nuestro derecho de manifestación, entre otros atropellos- no son culpa exclusivamente de la ambición de la patronal; en muchos casos también llevan la firma de los dirigentes del sindicalismo mayoritario, el único que existe para los grandes medios.

Igual eres uno o una de quienes aún piensan que ser de izquierdas es estar con el PSOE o el PCE, con UGT o CC.OO. Pero ya no es así; Existen otras ideas, otras opciones, otro sindicalismo menos apreciado por empresarios y directores de recursos humanos, que sigue denunciando injusticias y organizando la lucha por mejorar salarios y derechos de los trabajadores.

Ese sindicalismo alternativo ya está en las empresas y en las luchas sociales. No ha faltado en movilizaciones donde se ha notado la ausencia de las pancartas y banderas de vuestros sindicatos: huelgas de la enseñanza en varios territorios, manifestaciones por el derecho a la vivienda, paros en Correos, campañas contra el genocidio de Palestina, luchas de interinos, protestas contra el recorte de las pensiones, la reciente huelga de Madiapro y muchas otras convocatorias.

Por si todo lo anterior no fuera suficiente llega ahora una ocasión de oro para cambiar de rumbo y ponerse al lado del pueblo que resiste y exige justicia. Me refiero al 29-M, a la huelga general para todo el territorio valenciano que han convocado los sindicatos IV, CGT, CNT y COS y que apoyan las plataformas de víctimas de la Dana (agrupadas en el Acuerdo Social Valencià) con la que se intenta forzar la dimisión de Carlos Mazón y demás responsables de la mala gestión de la tragedia del 29 de octubre, que se llevó 228 vidas y destrozó viviendas, servicios públicos, pequeños negocios y calidad de vida de miles de valencianos y valencianas.

Ese día también se quiere reclamar la reparación total de las casas, infraestructuras, comunicaciones y servicios del conjunto de poblaciones afectadas por la Dana y la anulación de todos los recortes sociales aprobados por el gobierno valenciano (PP y VOX) que afecta a ámbitos tan sensibles como la defensa del valenciano, la violencia machista, la dependencia, la igualdad, la atención a personas mayores, etc.

Es, por tanto, no solo el momento de exigir responsabilidades y mayor democracia interna a los dirigentes de sus sindicatos, sino de tomar decisiones personales y situarse al lado de nuestros compañeros de clase y vecinos del barrio y unirnos a la Huelga General de 29M, aunque la burocracia sindical nos llame al esquirolaje y nos intente disuadir de nuestro compromiso ético con falsedades como que la huelga nos es apropiada en este momento o que no es legal porque ellos no la convocan. Seguir una huelga -tan legítima como esta- o participar en una movilización lo decide tú, no la ejecutiva de tu sindicato.

Compañero, compañera: nos vemos en la lucha común, como hace muchos años.

Antonio Pérez Collado.

Jubilado y sindicalista libertario.


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