Jaime Martínez Porro •  Opinión •  19/03/2021

Odas al capitalismo verde

No es lo mismo la izquierda verde que Los Verdes (Die Grünen) en Alemania, un partido que construye sus éxitos aceptando el capitalismo, que evita hablar de izquierda y de derecha y que quiere aumentar la inversión en gasto militar.

Odas al capitalismo verde

El pasado domingo se celebraron elecciones regionales en algunos estados alemanes. Es el caso de Baden-Württenberg, donde Los Verdes se alzaban con una contundente victoria con más del 30% de los votos. Enseguida diversos líderes políticos españoles se lanzaron a felicitar al partido verde, como es el caso de Ínigo Errejón, líder de Más País, con el siguiente texto: «Enhorabuena a Los Verdes alemanes por su victoria en Baden-Württenberg. Las fuerzas verdes se abren camino en Europa, y desde España recogemos el testigo. Sin transición ecológica no hay futuro».

Esta felicitación no es extraña. Al fin y al cabo, Errejón y Más País sumaron a parte del partido Equo a sus filas, entre estas a Inés Sabanés. Es más, Errejón forzó a que la número dos de la lista al Congreso, Marta Higueras, renunciara a su escaño para que la sustituyera Inés Sabanés (de Equo) y, de este modo, alinearse con Los Verdes a nivel europeo. Por tanto, la felicitación a Los Verdes de Baden-Württenberg se consideraría como algo normal.

Sin embargo, ¿qué significa felicitar a Los Verdes de Baden-Württenberg? Podemos imaginar que se trataría de felicitar a unas políticas verdes o anticapitalistas. Sin embargo, nada más lejos de la realidad, Los Verdes de Baden-Württenberg han gobernado el estado federado desde hace 10 años con Winfried Kretschmann a la cabeza. Lo primero que llamaría la atención de su presidencia es que desde 2016 gobierna en un pacto con la CDU democristiana de Angela Merkel. Y es que a priori se suele pensar que Los Verdes bascularían más hacia la izquierda. Sin embargo, esto no es necesariamente así en Alemania, no solo por sus pactos, sino por sus políticas.

Kretschmann ha mantenido una política ambigua con temas de asilo: mientras abogaba por ayudar a las personas refugiadas en los campamentos de Moria, se mostraba escéptico con la acogida en Alemania e incluso ha asumido el discurso que criminaliza a las personas refugiadas. Ha llegado a proponer que quienes fueran problemáticas, habría que alejarlas de las grandes ciudades y distribuirlas por el campo, algo que por supuesto jamás ha dicho de la población alemana, pero tampoco de la migración blanca, cristiana o europea.
Kretschmann parece haberse olvidado incluso de banderas de la política verde, como la reducción del automóvil en el transporte. Es por este motivo por lo que incluso Greenpeace lo incluyó en la lista negra de 2016. Esto se debe a que realizó su spot electoral a bordo de una limusina Daimler, una multinacional del automóvil que donó 40.000€ a Los Verdes para sus campañas electorales.

Podría pensarse que Kretschmann es un verso suelto en Los Verdes, y en parte es así, pero es la deformación lógica de una evolución de Los Verdes alemanes que pasó de su ecosocialismo inicial hacia un capitalismo verde, una contradicción in terminis que consiste en no tocar la producción, mientras se comen productos BIO transportados en bolsas de papel en lugar de plástico. Pero incluso parece que la naturaleza ya no es tan importante. Los Verdes de Hessen, que cogobiernan como socio minoritario también con la CDU democristiana, han apoyado la construcción de la autovía A-49 que supone la tala de importantes masas forestales del Dannenroeder Forst, lo que le ha supuesto numerosos enfrentamientos con el activismo verde.

En cualquier caso, la deriva viene de largo. Los Verdes se definen como críticos con el capitalismo, pero ya no anticapitalistas, como fueron en sus orígenes, pero tampoco se definen ni como anti-militaristas ni anti-imperialistas. El antiguo co-presidente de Los Verdes entre 2008 y 2018, Cem Oezdemir, consideraba que Alemania tiene que «desplegar al ejército en el exterior desde una óptica verde«, sea lo que sea eso. Quizás se refiere a cuando Joschka Fischer, ministro de Asuntos Exteriores con Schroeder entre 1998 y 2005, impulsó y justificó sin ambages las intervenciones de la Bundeswehr (el ejército alemán) en Kosovo y Afganistán, el primer despliegue de tropas alemanas en el extranjero desde 1945. Pero, es más, la nueva co-presidenta de Los Verdes, Annalena Baerbock, ha defendido claramente el aumento del gasto militar y el despliegue de tropas alemanas («desde una óptica verde» hay que suponer) en misiones exteriores, sin renunciar al paraguas imperialista de la OTAN.

Los Verdes consiguen romper los techos electorales con esta política que no inquieta al capital y tiene mucho apoyo entre las capas medias jóvenes y urbanas, una política que no amenaza al sistema, mientras lava su conciencia con productos ecológicos comprados en supermercados ecológicos y poco asequibles como Biomarkt o Alnatura.

Por tanto, repitiendo la pregunta inicial, ¿qué significa apoyar a Los Verdes de Alemania por parte de políticos como Errejón? Un lema de Los Verdes decía «ni de izquierdas ni de derechas, hacia adelante». Quizás la música así ya nos suena un poco más e ir «hacia adelante» suena a esa transversalidad que acaba apoyando la Operación Chamartín y ve las grúas mientras come mangos ecológicos traídos de Brasil.

*Por Jaime Martínez Porro, militante de IU Berlín.


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