José Antonio Medina Ibáñez •  Opinión •  19/01/2021

Los hombres de las palitas nuevas

Los hombres de las palitas nuevas

Dentro de la magnitud del problema que ocasionó la nevada en Madrid, dos adalides surgieron espontáneamente para dar ejemplo a todos los españoles, Aguado y Casado, con zapatos limpios y palitas nuevas, llamaron a colaborar con el cepillado y el despeje de la ciudad.

El caso es que el vicepresidente de la comunidad de Madrid, nos había dicho unos días antes, que si había una tormenta blanca, como la que al final sucedió, la Comunidad de Madrid estaba preparada.

Así que llegó Filomena y todos los madrileños se fueron a las calles a disfrutar de la nieve con sus amigos e hijos porque es algo que pocas veces ven, sin imaginarse que su presidenta, Isabel Ayuso les regañaría por ello y, porque no arrimaban el hombro como Aguado y Casado, que sin haber recibido la sal que Ayuso les prometía a sus ciudadanos, tomaban de nuevo la delantera de los más solidarios.

Nadie escuchó de la nueva líder del PP, y a Casado, proponer alguna estrategia nacional para retirar la nieve de los portales, o aceras lindantes, para futuros momentos como este, así que las nevadas seguirán siendo retiradas por funcionarios, soldados y empresas privadas, con la ayuda voluntaria de cada uno de nosotros.

A muchos  les extrañó que Ayuso no se hiciera una foto con la nieve, como la del alcalde madrileño, Martínez-Almeida, ayudando a un coche a reemprender su camino, manteniendo, de paso, lo que ya se le hace complicado: el talante para el diálogo como portavoz nacional del Partido Popular.

Tal vez  la presidenta no se la hizo porque con la del avión de las mascarillas y el material sanitario chino, consideró que era suficiente.

Con este calibre creativo e intelectual, los líderes políticos opositores quieren tumbar el gobierno social comunista español.

Nadie les ha dicho que los años cándidos de los ciudadanos quedaron en la historia y, que estas fotos solo han servido para que se hagan guasas de sus fotografías; recordándoles – los votantes – que están inmunizados contra ese cutre simbolismo mediático.

La extrema politización ha agotado hasta el más pintado, incluso el nacimiento de Jesús lo metió Casado en la política parlamentaria, ni qué decir del asalto al Capitolio norteamericano, o de la confirmada, por Ayuso, inequidad a la hora del reparto de las vacunas por los filocomunistas de la coalición española para terminar resultando ser la peor del ranking poniendo inyecciones.

Alguien, al que consideran brillante, está detrás de estas tragicómicas decisiones, suponemos que en las sombras alguna mente dirigirá algún departamento, que bien pudiera llamarse el de Encargos. Detrás de Ayuso dicen está Miguel Ángel Rodríguez.

Es cierto que España venía siendo un país fértil para estas organizadas triquiñuelas, pero con la ayuda de la COVID-19, del Rey emérito y su yerno Iñaki y, de Rodrigo Rato, entre otros protagonistas, hemos dejado la inocencia para nuestros hijos o nietos; sabemos desde hace tiempo que si estás en un buen sillón, es porque seguramente eres un buen recomendado, quien no se lo crea que se lo pregunte a Santiago Abascal o, a la misma Ayuso.

Debe ser frustrante pasarse todos los días esperando a que el Gobierno diga o apruebe algo, para poder pasar al ataque; alguien debe decirles que la crispación y el oportunismo ya no distraen ni son pintorescos y no hace ganar elecciones.


Opinión /