La tecnología debería trabajar en bien de la humanidad pero está secuestrada por el enemigo
Trabajar menos gracias al progreso tecnológico es posible cambiando el sistema. Pero dentro del capitalismo no es posible, porque el sistema capitalista se basa en la acaparacion de riqueza y en convertir todo en un negocio: la sanidad, la educación, el agua, la medicina, y las nuevas tecnologías para el capitalismo son un negocio cuando deberían de ser un modo de construir una sociedad mejor para todos. Un futuro sin pobreza ni miseria, sin explotación, pero eso solo es posible caminando hacia un horizonte socialista.
La automatización, la inteligencia artificial y la robótica están transformando la manera en que vivimos y trabajamos. Estos adelantos tecnológicos mejoran la productividad, pero también plantean retos y preguntas sobre cómo afectarán a los trabajadores y a la economía en general.
Que la IA haga el trabajo de los seres humanos no es el problema, el problema es la acaparacion de riqueza de una minoría que cada vez es más rica y una mayoría que cada vez es más pobre o cae en la miseria, el problema es que los avances tecnológicos no se utilicen para que las sociedades funcionen mejor y los ciudadanos tengan una vida más cómoda, se utilizan para aumentar las fortunas de los multimillonarios y el desempleo entre la clase trabajadora.
Trabajar menos y en mejores condiciones,no es el problema, debería ser el objetivo, el problema son unas élites económicas que pretenden un enriquecimiento ilimitado con un reparto de la riqueza cada vez más injusto, unas oligarquías que no están dispuestas a perder sus privilegios y quieren más a costa de los mayoritarios en todos los sentidos, unos millonarios sin escrúpulos apretando los tornillos a una clase trabajadora cada vez con menos derechos y peor calidad de vida.
Los avances tecnológicos podrían ayudar a construir una sociedad sin pobreza, con menos desigualdades, con mayor justicia social, pero no lo harán mientras estén en manos de los especuladores, de los explotadores, de los empresarios sin escrúpulos, de los oligarcas y los psicópatas en el poder, ellos son los que realmente sobran.
Decir que los ricos crean riqueza es como decir que las garrapatas, las sanguijuelas, los piojos, o las ladillas, producen sangre. Los ricos acaparan riqueza a costa de unos recursos que deberían ser de la humanidad y no de los sociópatas que se creen amos del mundo y de los seres que lo habitan.