El pueblo venezolano no les importa a Donald Trump o Marco Rubio, importa el petróleo
El gobierno de Trump ha transferido a cientos de inmigrantes venezolanos al nuevo Guantanamo en El Salvador, al campo de concentración y tortura llamado CECOT, lo ha hecho usando una ley de tiempos de la guerra del siglo XVIII para poder saltarse decisiones judiciales y hasta la propia legislación norteamericana, y como siempre también pisotear tanto los derechos humanos como la legalidad internacional.
Desde su llegada el gobierno Trump quiere acabar con el TPS para los venezolanos. El gobierno de Donald Trump puso fin al programa que protegía a más de 600.000 personas de la deportación, cuando no son útiles y no los necesita para desestabilizar a Venezuela los venezolanos no tienen ningún valor para los Estados Unidos.
Para el gobierno Trump la oposición venezolana es una herramienta para ayudar a justificar una nueva guerra de rapiña de los EEUU. María Corina Machado es una simple empleada de Washington a quien han dado el Nobel de la vergüenza para tratar de resucitar su imagen públicamente, pero en Venezuela no ha funcionado y en el resto del mundo tampoco funciona como esperaban, la gente no es tan tonta como piensan Trump y su gobierno.
Donald Trump busca un nuevo Iraq pero se puede encontrar con otro Vietnam, en la cabeza de Trump y Marcos Rubio el pueblo venezolano ya sean chavistas o opositores no tienen ningún valor económico, tampoco son iguales, son inferiores, para Trump importa el petróleo, el litio, el coltán, el oro, pero los venezolanos son totalmente descartables e indeseables independientemente de su ideología.
Ser opositor no está mal ni bien, todo el mundo tiene derecho a defender sus ideales, sus ideas, pero pedir una intervención militar contra Venezuela de los Estados Unidos conociendo la historia reciente de los que ha pasado en Iraq, Siria o Libia es un acto de traición y estupidez.
Los misiles y bombardeos no van a distinguir entre chavistas y opositores, debajo de los escombros quedarán venezolanos sin importar su ideología, supongo que muchos de esos venezolanos que piden una intervención extranjera en Venezuela o viven en el extranjero y no tienen familia en Venezuela, o lo que no tienen es corazón.
Quién no quiere a su tierra no quiere a su madre, y quien no quiere a su madre es un malnacido. No puede entenderse que alguien pida que invadan su nación, maten a sus compatriotas, destruyan sus ciudades para poner un gobierno títere y quedarse con sus recursos naturales.
Una guerra, una invasión, no se hace nunca para salvar a nadie, es un acto de destrucción y conquista, de mentiras para tapar intereses económicos y geoestratégicos, en las guerras la humanidad no tiene cabida.
