André Abeledo Fernández •  Opinión •  13/09/2025

Venezuela tiene derecho a decidir su destino, nosotros tenemos el deber de decir la verdad

La actual utilización de la lucha antidroga por parte del mayor consumidor y vendedor de drogas del mundo, de los EEUU, para acosar a Venezuela y vender una nueva mentira, la de que Venezuela es un narcogobierno y Maduro el jefe de un Cártel de la droga, cuando en todo caso el centro mundial del negocio tráfico de drogas es Washington y no Caracas, ni Bogotá, ni Pekín.

Los barcos norteamericanos que amenazan a Venezuela son también una amenaza para todos los países de Caribe, de América y del mundo, un aviso a navegantes de que el Imperialismo Yanqui dirigido ahora por Donald Trump pretende usar la fuerza bruta para imponer su voluntad si las sanciones y los bloqueos no consiguen sus objetivos.

Siento un amor personal por Venezuela, pero también una gran admiración por su pueblo, como la siento por Cuba y su resistencia defendiendo su soberanía del imperialismo Yanqui.

Gigantes como Hugo Chávez, Simón Bolívar, Fidel Castro o el Che Guevara nacen como mucho cada siglo, son irrepetibles, y son la semilla para construír un mundo nuevo, su ejemplo marca el camino correcto a toda la humanidad, a la clase trabajadora, por eso el poder y las oligarquías invierten tanto dinero y esfuerzo en manchar su memoria con mentiras.

Venezuela y su revolución Bolivariana como le ocurrió a Cuba ha sido atacada desde el minuto uno con todo, con la guerra más sucia, porque Chavismo es un ejemplo que asusta al poder, es la demostración de como un pueblo se puede empoderar, ponerse en pie y mirar a quien se cree el amo a los ojos para gritar libertad.

Millones de dólares invertidos por los poderes fácticos y las oligarquías para confundir a la opinión pública mundial, los mamporreros del sistema han hecho su trabajo, las horas de desinformación en los medios de comunicación de masas han creado una opinión sobre una realidad muchas veces inventada.

La máxima de Goebbels el ministro de propaganda de la Alemania NAZI de que una mentira repetida mil veces se convierte en verdad sigue vigente.

Somos desinformados y engañados sobre lo que ocurre en el mundo. Desde la victoria aplastante de Hugo Chávez en las primeras elecciones que cambiaron para siempre a Venezuela intentan dibujar a la Venezuela Bolivariana como una dictadura, y a sus presidentes, el tristemente fallecido Hugo Chávez primero y Nicolás Maduro, ahora, son presentados como terribles dictadores.

Desde la izquierda, o simplemente desde la gente honesta, no podemos dar la callada por respuesta ante la campaña de mentiras, no se puede tolerar que desde los medios al servicio de la oligarquía y desde las filas de los “progres del mundo” se diga la enorme mentira de que en Venezuela hay una dictadura.

El pueblo venezolano escogió su gobierno en unas elecciones democráticas, unas elecciones limpias vigiladas por observadores internacionales, les guste o no el resultado esa es la verdad.

Es vergonzoso ver repetir la mentira de que Venezuela es una dictadura una y otra vez, una mentira repetida hasta la saciedad para convertirla en verdad, como en el caso de las armas de destrucción masiva en Iraq, una escusa para poder torturar a un gobierno que ha decidido no arrodillarse, mantener su independencia, no entregar sus recursos energéticos a los EEUU, ese es el pecado de Venezuela.

Ha hecho un tremendo esfuerzo de desinformación mal intencionada que busca dirigir la opinión pública. Debemos recordar cosas tan obvias como que en las dictaduras no se celebran elecciones, que en las dictaduras la oposición no da ruedas de prensa, que en las dictaduras no existen medios de comunicación que critiquen al gobierno, que en las dictaduras cuando hay protestas en las calles sacan los tanques, que en las dictaduras los presos políticos no reciben visitas y suelen desaparecer o morir en extrañas circunstancias, que en las dictaduras suele haber fosas comunes y miles de desaparecidos. Venezuela no es una dictadura ni un narcogobierno, es la víctima de un imperio decadente y sus secuaces, de los EEUU.

En el estado español deberíamos saber bien lo que es una verdadera dictadura, la tenemos muy fresca. La realidad es que la oposición Venezolana está apoyada por las oligarquía y los poderes económicos nacionales y extranjeros, está apoyada por los grandes medios de comunicación, está apoyada por los EEUU y por el Israel sionista y genocida.

Voy a repetir aquella afortunada frase que definió lo que significo Hugo Chávez en vida, “para saber quién era Hugo Chávez debemos fijarnos en quienes lloran su muerte y en quienes la celebran”, lo mismo pasa con quienes defienden y atacan al proceso Bolivariano. 

Guste o no el pueblo venezolano tiene derecho a decidir o su destino sin injerencias extranjeras.Después cada quien puede tener la opinión que le venga en gana. 

Venezuela es de los venezolanos y en democracia decide la mayoría.Entiendo además que Maduro y el pueblo venezolano no necesitan que los defendamos y si lo hacemos es por un deber con la verdad y la justicia, por solidaridad internacionalista con un pueblo que sufre una nueva agresión del imperialismo Yanqui dirigido por el loco Donald Trump y su gobierno de fascistas.


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