Ramón Pedregal Casanova •  Opinión •  11/07/2025

De Viaje a Cuba

La huelga de Cádiz fue una lucha en solitario de la clase obrera. ¿Hay alguna huelga obrera que no sea en solitario? Los astilleros que apenas se parecen a lo que fueron, aun tienen aire de barcos, tienen vacíos que entristecen, espacios de nulidad al botar de cascos flotantes, los golpes de martillo son respiraciones que dan pan muy escaso. El mar se deja oír, quizás más que en aquellos años de trabajo en que participaban miles de manos obreras, hoy solo unos cientos en las oficinas y pocos los que reparan, pintan, limpian, ya no construyen, pero dándolo todo en largas horas llenas de peligros laborales.

Pero la clase obrera tiene que reivindicarse, y así ha sido, su huelga en Cádiz ha rememorado como una pequeña muestra lo que fueron años de grandes luchas. Si lo que queda de los astilleros es casi un rincón, los enemigos de los trabajadores han vuelto a cerrar las puertas para que la lucha no se extienda, no sirva de ejemplo, de estímulo a los desesperados, y así nos encontramos con las falsedades, las mentiras, las ocultaciones, de las cañoneras periodísticas. Un poeta alemán, Uwe Wandrey, escribió bajo su título “Instrucciones para leer ciertos periódicos” lo siguiente: “Aprendamos a leer los periódicos: / Leamos “sí” si pone “no”; / leamos “no” si pone “sí”. / Si pone “excesivas exigencias salariales” / leamos “excesivas exigencias en los beneficios empresariales”. / … / Leed los artículos de los periódicos al revés, / los titulares al final, / las últimas páginas primero. / … / A letra más gorda, verdad más flaca. / Preguntaos cada día lo que en los periódicos echáis en falta.”

Lo dicho, la clase obrera de Cádiz luchó por sus salarios y condiciones de trabajo, pero su enemigo de clase desde sus periódicos altavoces han culpado a los que arreglan, pintan, limpian, reparan, porque en los tiempos que corren el hambre ronda a las familias obreras, ¿por qué?, porque la patronal quiere conseguir a toda costa jugosos “beneficios empresariales”.

La lucha ha sido por el “convenio sectorial”, 26.000 trabajadores, de los cuales entre 4.000 y 5.000 pertenecen a la bahía de Cádiz, el resto pertenecen al Campo de Gibraltar y empresas pequeñas. Cuando se pone sobre la mesa el convenio no es atendida la plataforma reivindicativa, y por ello CCOO y UGT convocan una huelga. Pero pronto CCOO se dispone a desdibujarla y se echa para arás, mientras UGT la desconvoca y firma unilateralmente el convenio, y es lo que hace que un buen número de trabajadores de Dragados que está en Puerto Real, más los de las pequeñas empresas de Astilleros de Cádiz reparaciones, se declaren en huelga, los sindicatos CGT y la Coordinadora de Trabajadores del Metal mantienen la huelga. Entre las reivindicaciones, para que nos hagamos una idea, figuraban la recuperación de los pluses de peligrosidad que la patronal quitó en 2012, y se trataba de poner por delante aquello que hace 13 años se les había robado, junto a eso que parece de pura lógica, se pedía que se cumpliese el convenio vigente que la patronal incumple, horarios, pago de nocturnidad, respeto al tiempo de descanso, reconocimiento de las representaciones de los trabajadores que defienden por elección de la asamblea, …

El saldo es de 23 detenidos por luchar en defensa de asuntos tan justos, y es que la patronal disponiendo de las barajas de los sindicatos “oficiales” ha creído que iba a someter a la clase obrera en lucha. De todo ello, merecedor de un seguimiento en detalle, se ha desprendido un asunto de carácter más propio de otra época, o es que creíamos que ya no era aquella que cualquiera sabe que se presentaba con otro ropaje. El último de los detenidos ha sido un trabajador que dispuso sus vacaciones en un viaje a Cuba con su pareja. Desafortunadamente en pleno aeropuerto de Barajas, es detenido y llevado a comisaria, perdiendo el avión, lo que causa un destrozo económico a la cuenta de la familia del trabajador. Sobre ese hecho la reacción fascista de Miami ha recitado su serie de adjetivos insultantes, y es que, como nunca han trabajado no saben lo que es ganarse el pan ni saben lo que es tener derecho al descanso, y los facinerosos de Miami han sacado la propaganda más repetitiva e insustancial contra el turismo en Cuba, la isla de la solidaridad internacionalista. ¿De qué han hablado los fascistas?, pues de lo suyo, de terrorismo, de huida, ellos que se encubren con banderas imperialistas, de drogas, todo lo que las agencias contrarrevolucionarias como la CIA les ponen en los papeles que deben soltar. Recuerden aquellas “Instrucciones para leer ciertos periódicos”: “Aprendamos a leer los periódicos: / Leamos “sí” si pone “no”; / leamos “no” si pone “sí”. / Si pone “excesivas exigencias salariales” / leamos “excesivas exigencias en los beneficios empresariales”. / … / Leed los artículos de los periódicos al revés, / los titulares al final, / las últimas páginas primero. / … / A letra más gorda, verdad más flaca. / Preguntaos cada día lo que en los periódicos echáis en falta.”

A los fascistas no se les pone delante el papel en el que se reconoce que el mundo entero, excepto el régimen imperial que les paga, se muestra contra el boqueo, acto ilegal y genocida, declarado por las organizaciones internacionales como un acto de guerra, al que contribuyen como lo hacen los peores delincuentes.

La historia tiene a los fascistas en juicio y condena. A la clase obrera se la respeta, y la huelga de los trabajadores de Cádiz fue para hacerse respetar.

Ramón Pedregal Casanova es autor de los libros: Gaza 51 días; Palestina. Crónicas de vida y Resistencia; Dietario de Crisis; Belver Yin en la perspectiva de género y Jesús Ferrero; y, Siete Novelas de la Memoria Histórica. Posfacios. Colaborador del canal Antiimperialistas.com, de la Red en Defensa de la Humanidad.


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