Michael Roberts •  Opinión •  09/06/2025

Corea del Sur: elecciones bajo presión

Después de seis meses de crisis política y económica, el miércoles 4 de junio, la comisión electoral confirmó la victoria del demócrata Lee Jae-myung, que, en vista de la actual crisis política, asumió el cargo sin período de transición. En 2022, en las elecciones presidenciales anteriores, Lee Jae-myung había perdido por poco ante Yoon Suk-yeol, el presidente finalmente destituido el 4 de abril.

Esta vez, Lee Jae-myung ganó con el 49,42% de los votos y una cómoda ventaja de casi 10 puntos sobre su nuevo rival conservador, en una votación a una sola vuelta. Los partidarios del presidente depuesto Yoon Suk-yeol, conservadores cristianos ultraconservadores, pro-Trump y alimentados con las teorías conspirativas que circulan por el YouTube de extrema derecha, afirman que Lee Jae-myung es un espía de Corea del Norte y de China y utilizan consignas trumpistas como «Dejar de robar», en referencia al supuesto «robo» de las elecciones de Joe Biden en 2020.

Poco después de la victoria de Donald Trump, la Casa Blanca expresó su preocupación por la «influencia de China en las democracias de todo el mundo», al tiempo que subrayó que la alianza Seúl-Washington seguiría siendo inquebrantable.

En su informe anual, el Instituto de Variedades de Democracia (V-Dem) de la Universidad de Gotemburgo (Suecia) clasifica a Corea del Sur en el puesto 47 de 179 países según su índice de democracia liberal, que tiene en cuenta la libertad y la equidad de las elecciones, el estado de las libertades civiles, de asociación y expresión, así como la justicia social. En 2019, antes de la elección de Yoon Suk-yeol, Corea del Sur estaba el número 13 de esta lista. SP

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Corea del Sur acude a las urnas el martes 3 de junio para elegir a un nuevo presidente después de algunos meses tumultuosos tras el intento de golpe de estado del presidente derechista Yoon Suk-yeol, arrestar a los dirigentes de la oposición y cerrar el parlamento, donde Yoon no tenía mayoría. Finalmente, Yoon fue destituido y arrestado y está a la espera de juicio, a pesar de los enormes esfuerzos de su partido para mantenerlo en el cargo.

El líder del Partido Demócrata, en la oposición, Lee Jae-myung, va por delante en las encuestas del nuevo candidato conservador que reemplaza a Yoon, Kim Moon-soo. Habiendo perdido por poco ante Yoon en las elecciones presidenciales de 2022 (por solo el 0,7 por ciento de los votos), Lee ha sobrevivido desde entonces a un intento de asesinato, apuñalado en el cuello en 2024. Lee comenzó presentándose como un héroe anticasta de clase trabajadora, cuyo objetivo era crear empleos y una «sociedad justa». Lee creció en la pobreza y sufrió una lesión permanente a la edad de 13 años cuando su brazo fue aplastado por una máquina en la fábrica de guantes de béisbol donde trabajaba. En la campaña electoral de 2022, declaró su ambición de ser un «Bernie Sanders con éxito». Posteriormente, la élite gobernante trató de frenar su ascenso. Lee ha sido condenado por conducir ebrio y hay una investigación abierta hace mucho sobre un controvertido desarrollo inmobiliario cuando fue alcalde de la ciudad. ¡Los casos actuales en su contra incluyen acusaciones por malversación de fondos públicos, declaraciones falsas durante una campaña electoral y participación en un supuesto plan para desviar dinero a Corea del Norte a través de un fabricante de ropa interior para ganar una invitación a Pyongyang!

Complica las elecciones el ascenso del candidato conservador neoliberal Lee Jun-seok, de 40 años. Se graduó en Harvard y fue el presidente más joven del partido de Yoon, pero se escindió y ahora está en tercer lugar. Este Lee quiere desregular la economía y reducir el gobierno para impulsar los negocios.

Durante la campaña electoral, el izquierdista Lee ha silenciado su imagen más militante y ha girado al centro, incluso describiéndose a sí mismo como un «conservador» para atraer a los votantes «moderados». Ha hecho hincapié en el «crecimiento corporativo» y ha admitido que pueden ser necesarias horas de trabajo más largas en algunos sectores. Como resultado, su ventaja en las encuestas se ha reducido, aunque todavía parece ganar.

Si Lee Jae-myung gana la presidencia, como parece probable, su administración se enfrentará a graves desafíos económicos. Corea es la cuarta economía más grande de Asia, pero el PIB real se contrajo en el primer trimestre de este año a medida que las exportaciones y el consumo se estancaron, en medio de los temores sobre el impacto de los nuevos aranceles de Washington, así como la agitación política doméstica. Corea está en conversaciones comerciales con los Estados Unidos y está buscando una exención de los aranceles de Trump, mientras Trump presiona a Seúl para resolver el gran desequilibrio comercial con los Estados Unidos.

La reciente crisis política es consecuencia de la crisis del capitalismo coreano en el siglo XXI. Corea es supuestamente una historia de éxito económico para el capitalismo, con un crecimiento económico promedio del 5,5 % desde 1988, liderado por un crecimiento anual de las exportaciones del 9,3 %. El PIB por persona de Corea ha aumentado de solo 67 dólares estadounidenses a principios de la década de 1950 a 34.000 dólares en 2019. Pero la desaceleración de la inversión y la productividad desde la Gran Recesión ha sido visible. La productividad laboral aumentó a una tasa media anual del 5,5 % en 1990-2011, pero se ha estancado desde entonces. La productividad laboral es particularmente baja en el sector de servicios (la mitad que en la industria manufacturera) y mucho menor en las empresas más pequeñas.

Detrás de la desaceleración del crecimiento de la productividad y la inversión en el siglo XXI está la caída secular en la rentabilidad del capital. Desde el final de la dictadura militar a mediados de la década de 1980 que suprimió las organizaciones sindicales y bajó los salarios, la rentabilidad del capital coreano ha disminuido constantemente a medida que el capital coreano se ha visto obligado a hacer concesiones. El éxito económico de Corea había dependido de una estrategia de industrialización y exportación dirigida por el estado a través de estrechas conexiones entre el estado y los chaebols (la versión coreana de empresas familiares como Samsung, etc.).

Corea resistió la pandemia de COVID-19 comparativamente bien, respaldada por una respuesta de salud pública razonablemente efectiva. Como resultado, la contracción económica de Corea en 2020 fue menor que en la mayoría de las otras economías avanzadas, con una disminución del PIB real solo del 1%. Pero la economía se ha ralentizado a un promedio del 2,3 % anual desde entonces, ya que la pandemia dejó cicatrices económicas, a saber, la débil rentabilidad corporativa que pesa sobre la inversión y la creación de empleo; tensión en el mercado de trabajo debido al alto número de salidas de trabajadores; y el bajo crecimiento de la productividad.

Fuente: FMI

Los oligarcas de Corea permanecen en la cima de la estructura económica. La Base de Datos Mundial de Desigualdad muestra que el 10% superior de los coreanos más ricos han aumentado su participación en los ingresos y  en la riqueza del hogar (propiedad y activos financieros). En los últimos cinco años, esa historia no ha cambiado realmente, de hecho, las cosas han empeorado. En 2024, el diez por ciento superior de los hogares en Corea del Sur poseía alrededor del 44,4 por ciento del patrimonio neto total de los hogares, mientras que los hogares en el decil de menor riqueza poseían menos 0,1 por ciento. La tasa de pobreza de Corea del Sur y su desigualdad de ingresos se encuentran entre las peores entre los países ricos, y los jóvenes se enfrentan a algunos de los desafíos más difíciles. Casi uno de cada cinco surcoreanos de entre 15 y 29 años está efectivamente desempleado.

El verdadero problema en el futuro es la disminución de la población. Con la tasa de fertilidad más baja del mundo, la fuerza de trabajo coreana podría reducirse a la mitad durante los próximos 40 años. Corea se ha convertido en una sociedad «envejecida», como la ONU define a una economía con más del 20% de la población de 65 años o más. Si el tamaño de la población activa de Corea del Sur continúa disminuyendo, la economía podría comenzar a contraerse para 2040.

Fuente: Banco Mundial

La economía coreana está ahora cerca de una recesión. Se proyecta que la economía coreana crezca solo un 0,8 % en 2025, agobiada por una contracción en la construcción y el deterioro de las condiciones comerciales.

El Índice de Sentimiento del Consumidor Compuesto, un indicador crítico de la confianza del consumidor, se desplomó a 88,4 en diciembre, lo que refleja una fuerte disminución de 12,3 puntos, la caída más pronunciada desde el inicio de la pandemia de COVID-19 en marzo de 2020. El sector manufacturero está en grave depresión (el índice de actividad manufacturera está muy por debajo del punto de referencia de 50 para la expansión).

¿Cuál es la respuesta de Lee a este estancamiento económico? Dice que quiere ampliar el gasto y la inversión del gobierno. Pero este «enfoque fiscal» ha sido ampliamente atacado por la derecha y el sector financiero. El gobierno interino quiere reducir el «gasto discrecional» en más del 10% e incluso está considerando «ajustes» en los gastos gubernamentales obligatorios, como las pensiones básicas y las subvenciones para la financiación de la educación. Según el gobierno actual: «En el pasado, nos centramos en una ‘política fiscal sólida’ a corto plazo, pero ahora tenemos la intención de considerar la ‘sostenibilidad fiscal a medio y largo plazo’.

Lee probablemente no revertirá estos movimientos hacia la austeridad fiscal en los gastos civiles debido a la creciente demanda de más gasto en «defensa». Lee habla de mejores relaciones con China, pero Trump exige más contribución coreana a la «defensa» contra China. Y hay crecientes llamamientos en la élite para tener armas nucleares, dada la supuesta amenaza de Corea del Norte y la incertidumbre sobre el compromiso de Trump con la defensa de Corea del Sur. Según encuestas recientes, el 66 por ciento de los surcoreanos apoyan que su país desarrolle el arma nuclear. Los  líderes políticos coreanos más importantes, tanto conservadores como progresistas, no han descartado tales políticas, y algunos las apoyan abiertamente. Del bienestar a la guerra.

Michael Roberts 

habitual colaborador de Sin Permiso, es un economista marxista británico, que ha trabajado 30 años en la City londinense como analista económico y publica el blog The Next Recession.Fuente:

Traducción: G. Buster

Fuente: Corea del Sur: elecciones bajo presión – Michael Roberts | Sin Permiso


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