Manuel Madriz Fornos •  Opinión •  09/05/2021

Ley renacer

El proyecto de ley de sanciones de Estados Unidos en contra de Nicaragua, denominado “Reforzamiento de la Adherencia de Nicaragua a las Condiciones para la Reforma Electoral”, mejor conocido como Ley Renacer por sus siglas en inglés, aunque se refiere a Nicaragua, en el fondo está dirigido a fortalecer los intereses estratégicos imperiales de los Estados Unidos y a socavar los principios del derecho Internacional que rigen las relaciones entre los Estados.
De una revisión general de la ley Renacer, podemos decir que ella estructura un conjunto de acciones que el gobierno de los Estados Unidos podrá realizar con respecto a Nicaragua, que podemos resumir en:
1. Hacer un escrutinio detallado por medio de sus representantes en el Fondo Monetario Internacional (FMI), Banco Mundial (BM), Banco Interamericano de Desarrollo (BID), de todos los préstamos internacionales otorgados a Nicaragua, a fin de valorar la posibilidad de afectar los intereses económicos y sociales de Nicaragua en ese contexto, si ello conviene a los intereses políticos de los Estados Unidos.
2. Imponer sanciones a personas específicas naturales o jurídicas, nacionales de Nicaragua, por razones políticas, al margen de cualquier consideración de derecho, incluidos los derechos humanos de estas personas y de la protección ciudadana a la que tienen derecho conforme al derecho internacional.
3. Establecer coordinaciones con Canadá, la Unión Europea y otros países, en la política de aplicación de sanciones contra Nicaragua.
4. Realizar investigaciones detalladas sobre Nicaragua, un Estado soberano, diferente a los cincuenta Estados que conforman su Gobierno Federal, en temas tales como: la corrupción, los derechos humanos, reformas electorales, y otros temas que estimen a bien, a fin de buscar elementos que puedan justificar acciones políticas y económicas complementarias en contra de Nicaragua.
La importancia de esta ley para el gobierno de los Estados Unidos en relación con Nicaragua, no es significativa, ya que el gobierno norteamericano puede realizar todo lo establecido en esta ley, sin necesidad de ella, sin embargo, tiene un valor estratégico mayor para los Estados Unidos en el contexto internacional actual.
El valor estratégico de la ley Renacer para los Estados Unidos, está en la generalización de las acciones planteadas contra Nicaragua, a saber:
1. Dar una perspectiva global y coherente a la administración norteamericana para adentrarse en toda la trama de los organismos financieros internacionales, valorando la posibilidad de utilizarlos como un nuevo instrumento de presión política, contra los países escogidos por ellos, politizando el funcionamiento de estos organismos técnicos creados por la comunidad internacional para el desarrollo de los pueblos.
Estados Unidos, haciendo uso de su posición privilegiada en dichos organismos, podría valorar la posibilidad de incluirlos en su propia plataforma para la aplicación de medidas económicas coercitivas, utilizando para ello, no sus propios recursos, sino que los recursos de los organismos financieros internacionales.
2. Justificar la aplicación de sanciones por razones políticas, a personas naturales o jurídicas específicas de otras nacionalidades, sin tener que responder por la violación de los derechos de estas personas en los tribunales norteamericanos y desconociendo el derecho del Estado del cual esta persona es nacional, para defender los derechos de sus ciudadanos en tribunales internacionales.
3. Establecer una alianza con Canadá, la Unión Europea y otros países para actuar de conjunto, en la aplicación de sanciones políticas o medidas económicas coercitivas, contra países escogidos por ellos, por razones políticas.
4. Realizar investigaciones detalladas en países escogidos por razones políticas, sobre temas de corrupción, derechos humanos, reformas electorales, y otros temas que estimen a bien, a fin de buscar elementos que puedan justificar acciones políticas y económicas complementarias, en contra del país en referencia.
La ley Renacer, en el fondo, se enmarca en un proyecto mayor, que procura el renacimiento del Imperio norteamericano, promovido por ellos mismos, de ahí la coincidencia y presentación conjunta de la iniciativa de ley por el partido Demócrata y el partido Republicano.
El interés estratégico mayor de los Estados Unidos está dado por su lucha geopolítica contra China y Rusia, lo que le ha llevado a manipular la Organización de Estados Americanos (OEA) así como a impulsar paralelamente una serie de restricciones a los países latinoamericanos y caribeños, contra la presencia de China y Rusia en nuestra región, queriendo marcar el dominio y control de lo que despectivamente han considerado “su patio trasero”, de conformidad con la doctrina Monroe del siglo XIX (1823), de “América Latina y el Caribe para los Estados Unidos”.
La doctrina Monroe incluyó en su ejecución, amenazas del uso de la fuerza con la política del gran garrote, intervenciones militares, así como la diplomacia del dólar, acompañada con el soborno y la corrupción de la clase política latinoamericana y caribeña; siendo la corrupción, desde esa época, uno de los principales productos de exportación de los Estados Unidos hacia nuestra región; promoviendo una américa latina y caribeña sumisa, empobrecida y dependiente de los Estados Unidos.
Los denominados candidatos de oposición y grupos que le acompañan, parecen aplaudir y creerse la causa de la ley Renacer, reuniéndose con los halcones del imperio: Senadores y Congresistas, entre fotos y sonrisas; sin embargo, ellos están equivocados.
Resulta poco probable que los dos partidos políticos norteamericanos estén apoyando a ultranza al sector opositor nicaragüense, pero indiscutiblemente, ellos se están beneficiando, con la presencia de los grupos opositores nicaragüenses en los Estados Unidos, por sus declaraciones ante los diversos medios de comunicación sobre la ley Renacer, lo que de alguna manera distrae la atención de la comunidad sobre lo que serían las verdaderas razones de la Ley Renacer.
Se puede afirmar que estas iniciativas, incluyendo la Ley Renacer, están condenadas al fracaso porque el mundo ha cambiado; se viven otros tiempos, con una población informada y consciente de sus intereses; la voluntad imperial no podrá contra la acción colectiva patriótica de pueblos libres, con dignidad, orgullo y fortaleza ancestral.
Alerta, alerta, alerta que camina …
Presidente Asociación Centroamericana de Derecho Internacional e Integración (ACADI)

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