Yolanda Rodríguez •  Opinión •  06/10/2022

Dos años sin suministro eléctrico en la Cañada Real

1.800 niños permanecen, 2 años después, viviendo en condiciones inhumanas tras el corte de suministro de Naturgy a la Cañada Real.

Dos años sin suministro eléctrico en la Cañada Real

El 2 de octubre de 2020 la eléctrica Naturgy cortó el suministro eléctrico a la Cañada Real Galiana. Dos años después, sus habitantes continúan en la misma situación, incluso peor, al pasar de dos sectores afectados a cinco. Es decir, a día de hoy, más de 7.000 personas viven sin suministro eléctrico, un tercio de ellas menores de edad.

La comunidad de residentes organizó acciones de protesta con el apoyo de numerosos colectivos sociales y organizaciones -como aquel «Nos están apagando» que desde entonces suena como lema- incluso contaron con el apoyo del Alto Comisionado Contra la Pobreza Infantil de la ONU, que calificó esta situación como irresponsable y contraria a los Derechos Humanos, apelando a las autoridades competentes -Comunidad de Madrid y Ayuntamiento- a mediar con las compañías eléctricas. También se pronunció el relator especial de la ONU sobre la pobreza extrema y los derechos humanos, Olivier De Schutter que subrayó que «lo verdaderamente irresponsable es dejar a los niños sin electricidad en medio del invierno» y ha continuado presionando.

Nada de esto ha puesto fin a este abuso, a pesar de que en estos dos años hemos sufrido una de las peores nevadas de la historia reciente y olas de calor asfixiantes, sin poder encender un radiador o un ventilador. Durante dos cursos escolares los niños de la Cañada han tenido que estudiar a la luz de las velas, cubiertos con mantas o inhalando el humo de estufas y cocinas improvisadas. Se acerca un nuevo invierno y no parece que ni la Comunidad de Madrid, ni el Ayuntamiento de la capital vayan a cumplir con el Pacto Regional por la Cañada Real firmado en mayo de 2017. Un pacto que recogía una serie de medidas a tomar para mejorar las condiciones de vida, ya entonces deplorables, de quienes viven a lo largo de estos 14 km.

Mientras el Ayuntamiento anuncia a bombo y platillo la mejora en el funcionamiento de los Servicios Sociales municipales, vemos con estupor cómo se vanagloria del desmantelamiento de poblados sin alternativa habitacional, dando la callada por respuesta al abandono sufrido por los residentes de la Cañada. Ni una sola mediación ante las empresas energéticas para reestablecer el suministro y realojo de 300 familias olvidando a cientos, abandonados a su suerte y obligados a vivir en condiciones inhumanas.

Al Ayuntamiento le interesa más continuar con sus planes urbanísticos de viviendas de lujo; viviendas que no tendrán ningún problema de suministro eléctrico. Algunos nuevos propietarios, expresan su deseo de que este problema se solucione cuanto antes, aunque resulta preocupante que una minoría lo haga porque estropea las vistas desde sus nuevas ventanas.

Debemos volcar nuestras fuerzas en conseguir un Ayuntamiento que no permita que sus ciudadanas y ciudadanos carezcan de viviendas dignas; que ningún escolar tenga que estudiar en condiciones lamentables; que ninguna persona carezca de medios para paliar las inclemencias meteorológicas. Debemos ponernos en la piel de esas personas con empatía y no resignarnos; luchar junto a ellos para que se les restablezca la luz ya.

Madrid tiene su propio muro de la vergüenza, mide 14 km y se llama Cañada Real Galiana.

*Yolanda Rodríguez
Responsable de Redes de Activistas y Áreas de IU Madrid.

Fuente: https://iumadrid.org/caniada-real-dos-anios-sin-luz/


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