Sonia Salanueva •  Opinión •  05/09/2017

El terrorismo en cualquiera de sus manifestaciones es criminal y condenable

Ante los recientes actos terroristas que tuvieron lugar en Barcelona y otros lugares del mundo, debemos recapacitar  que cualquier acción de esta índole es reprochable, porque nada ni nadie puede justificar  el atentar contra la vida de personas inocentes.

Quienes fueron víctimas de esta acción terrorista en la Rambla de Barcelona, eran personas que nada tenían que ver con aquellas a quienes sus ejecutores deseaban castigar, aunque no se justifica  el crimen mediante el terrorismo, aún cuando sea contra quienes merecen ser juzgados por actos criminales.

Es condenable cualquier acto terrorista, que en la inmensa mayoría de los casos causan la muerte de personas inocentes, como ha sucedido en Barcelona.

Veamos que expresó el presidente  de EE.UU. Donald Trump, mientras se encontraba de “vacaciones de trabajo” en su club de campo en Bedminster (Nueva Jersey):  “Haremos lo que sea necesario para ayudar. ¡Sed duros y fuertes, os queremos!», y en un segundo mensaje por Twitter hizo alusión apuntando al terrorismo islámico y mencionando al general John Pershing (1860-1948) . «Estudien lo que el general Pershing de Estados Unidos hizo a terroristas cuando los capturó. ¡No hubo más terror radical islámico en 35 años!», escribió Trump. Según un episodio negado por historiadores, Pershing ejecutó a 50 prisioneros musulmanes en Filipinas con balas untadas en sangre de cerdo. Esta cita del  presidente revela su pensamiento fascista, además de no ajustarse a los hechos históricos que menciona.

Vale la pena reflexionar que lo ocurrido en  Cataluña no es la única forma de terrorismo que se lleva a cabo en el mundo, sabemos que también hay terrorismo de Estado, cuyas consecuencias son mucho más graves, no porque lo sucedido en Barcelona u otro lugar  deje de serlo, si no porque el terrorismo de estado está dirigido contra naciones enteras y sus pueblos.

Solo hay que ver la hipocresía y el doble rasero del actual presidente de los EE.UU. y parte de su gabinete, al censurar lo ocurrido en Barcelona y manifestar su “solidaridad” con el pueblo español, mientras es aliado de países como Israel que comete genocidio contra Palestina, y el propio EE.UU. ha realizado recientemente bombardeo a una base aérea en Siria, violando todos los preceptos internacionales; amenaza con utilizar las armas contra Venezuela.

Hay que reflexionar en lo que ahora mismo está haciendo el gobierno norteamericano, teniendo como máximo exponente al presidente Trump, al mantener su amenaza de intervención  armada en Venezuela y llevado a vías de hecho un bloqueo económico, solo por el hecho de que los dirigentes y el pueblo de este país no se someten a los dictámenes del Imperio.

Claro que es condenable la acción terrorista en Barcelona o en cualquier otro lugar del mundo, nadie tiene derecho a realizar actos de este tipo, en que mueren personas inocentes que solo pretendían tener un rato esparcimiento, y con seguridad por sus mentes no pasó que tendrían un final tan dramático.

Lamentablemente, ante acontecimientos de este tipo, se emprenderá una cruzada contra los ciudadanos de origen musulmán, y aunque los autores de estos hechos terroristas puedan ser de corte islamita, no hay por qué  catalogarlos a todos por igual, y mucho menos discriminarlos y realizar actos de violencia ni xenofobia, porque los  propios musulmanes han sido  víctimas del terrorismo islámico.

Hay que combatir toda clase de acciones encaminadas a cejar vidas humanas, no hay nada que pueda justificarlas.

Se  hace impostergable seguir denunciando al imperio norteamericano y sus aliados para que dejen de perturbar la paz en otros territorios ajenos, como en países del Oriente Medio y de América Latina, aún está latente la amenaza de  agresión armada a Venezuela, donde la mayoría de sus ciudadanos desean construir su presente y futuro  sin injerencia extranjera.

Abogar por la paz en todo el mundo es  una imponderable, así como  el cese de las injusticias y crímenes genocidas, el injerencismo; que deje de imponerse la ley del más fuerte. Corresponde al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas jugar el papel para el que ha sido creado y evitar  que el gobierno norteamericano y sus aliados continúen actuando con impunidad  y violando todas las convenciones internacionales contra el terrorismo y en favor de los Derechos Humanos.

Veamos algunos datos que se refieren al terrorismo, pero que excluyen el terrorismo de estado, todos son achacados mayoritariamente al fundamentalismo islámico y como territorios más afectados  Asia y Africa.

Según  un informe publicado por la Universidad Austral de 2017, en los primeros cinco meses de este año, el mundo ha asistido a unos 388 ataques terroristas en 52 países, que les costaron la vida a unas 3.205 personas. Se señala que el 71% fueron realizados por los fundamentalistas islámicos. La alianza entre los Estados Unidos y el Reino de Arabia Saudita ayudó a expandir la ideología del Islam Sunni fundamentalista por el globo. La mayoría de sus víctimas no son ciudadanos de países Occidentales, sino ciudadanos de países que las élites americanas consideran una amenaza a sus intereses económicos y geopolíticos. Es evidente que EE.UU. y sus aliados apoyan y utilizan a los grupos terroristas en los países del Medio Oriente y África.

Sin embargo pocos informes, se divulgan sobre las constantes agresiones armadas de EE.UU. y su aliado incondicional,  a países como  Siria  que en el 2014, en los 51 días de agresiones israelíes, iniciadas  contra la nación palestina en Gaza, no solo perdieron la vida al menos 2160 palestinos, sino que 11.100 resultaron heridos y las infraestructuras básicas resultaron seriamente dañadas. Acaso no tienen estas personas el derecho a la vida como los ciudadanos del primer mundo.

La filosofía sobre el terrorismo del imperio norteamericano está basada en que lo que hacen otros es un terrorismo censurable, pero lo que ellos hacen a través de la injerencia en los asuntos internos de otros países mediante las agresiones militares es para  defender la “democracia”. Como si las muertes de miles de personas inocentes que provocan sus agresiones y la de sus aliados pudieran justificarse bajo un argumento tan insólito, cuando la realidad es que  detrás de ello están su interés por apoderarse de los recursos naturales y el dominio de territorios que consideran estratégicos geográficamente para  contrarrestar a Rusia y China.

No hay terrorismo bueno, y terrorismo malo, toda acción  terrorista venga de quien venga, es condenable, pero que no se trate de ocultar la verdad haciendo un gran despliegue mediático cuando son acciones terroristas atribuidas a las  musulmanes, mientras que todos los bombardeos y agresiones contra la población civil de otros países por parte del imperio norteamericano y sus lacayos o aliados, quedan en el silencio, o cuando más reflejados en una nota informativa.

El  imputar de forma genérica las acciones terroristas, como la recién ocurrida en Barcelona, a los musulmanes, lo que provoca es una reacción xenofóbica contra éstos, cuando realmente los autores son personas que nada tienen que ver con los musulmanes que hacen su vida pacíficamente y que también condena este tipo de crímenes.

No al terrorismo en cualquier de sus manifestaciones,  abogar por la paz que es lo único  que salvará a la humanidad en este mundo de hoy tan convulso y desigual. Otro mundo mejor es posible..

Fuente: http://www.cubainformacion.tv/index.php/la-columna/264-sonia-salanueva/76184-el-terrorismo-en-cualquiera-de-sus-manifestaciones-es-criminal-y-condenable


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