La condena está tardando
Matthew Miller, que fue portavoz del Departamento de Estado de EEUU con Biden, ha confesado que no declaró antes que lo que hacían en Gaza sus amigos sionazis es un crimen de guerra, porque le habían “obligado”, y tuvo que sostener la gran mentira. ¿Quién puede dormir tranquilo sabiendo que aquellos con los que convive son criminales?, ¿quién puede sostener que el sistema genocida es la fuente de la mínima democracia?
Miller se confiesa diciendo que sí, que el ente colonialista “israel” cometió crímenes de guerra (el mundo entero le acusa de que siempre ha cometido, y por tanto sigue cometiéndolos), y añade que el aparato de gobierno solo busca su encubrimiento.
¿Hace falta la declaración de Miller?, es bien sabido por sus hechos qué es el sionazismo,
Aun así el portavoz del Departamento de Estado podía ofrecerse a los Tribunales Internacionales para que su declaración no se la lleve el aire, el Estado imperial debe dar cuentas, los componentes de ese Estado y sus genocidas, esos a los que les da las bombas y el dinero para que hagan el trabajo que decía Trump que lo terminasen pronto. A los Trump les interesa también el genocidio, echan cuentas sobre el beneficio que les puede dejar el gas de Gaza y los hoteles que pueden alquilar.
Miller, son ya 178.000 palestinos de Gaza asesinados y heridos, se reconocen más de 11.000 desaparecidos, y 2.400.000 que mueren poco a poco de hambre, sed y enfermedades. Miller, ¿has visto a los niños hambrientos? Los tuyos, con lo que has declarado debes saber mucho más que la mayoría, han tirado el equivalente de entre 5 y 6 bombas atómicas sobre civiles hambrientos, sedientos y enfermos, ¿es eso un crimen de guerra?, grítalo 2.400.000 veces en las calles, en los centros de gobierno, en los medios de prensa, en los organismos internacionales.
Si la Justicia no abre el Tribunal y alecciona conminando a los pueblos, gobiernos, iglesias, organismos de todo tipo a bloquear a la fuerza colonialista, querrá decir ese maldito silencio que no sirve para nada esa Justicia instituida. Por eso hace tiempo, mucho tiempo, que deberían haberse creado alianzas para llevar a cabo la tarea que se reclama.
Habría que preguntarse ¿es posible esperar más?, ¿se debe continuar favoreciendo el camino que no deja paso a la iniciativa que coaligue las fuerzas de la esperanza en el final del colonialismo y el sionazismo?
Hasta el vocero del imperio ha repetido lo que los pueblos han visto con sus propios ojos, ojos que han enseñado quienes son los genocidas, y como de modo cínico se dicen “elegidos por dios”.
Con las mayores letras que se puede escribir en el mundo figuran como EXTERMINADORES.
Eso tiene una condena que se lleva toda la vida, y ésta tardando.
Ramón Pedregal Casanova es autor de los libros: Gaza 51 días; Palestina. Crónicas de vida y Resistencia; Dietario de Crisis; Belver Yin en la perspectiva de género y Jesús Ferrero; y, Siete Novelas de la Memoria Histórica. Posfacios. Colaborador del canal Antiimperialistas.com, de la Red en Defensa de la Humanidad.