Alberto Cienfuegos •  Opinión •  04/06/2018

Colombia: Orientación estratégica hacia la segunda vuelta

Colombia: Orientación estratégica hacia la segunda vuelta

El 27 de mayo le demostramos al mundo, les demostramos a las maquinarias, les demostramos a los corruptos que carcomen nuestras instituciones; les demostramos a los indecisos, a los vacilantes, a los indiferentes, que en medio de la crisis moral, ética, social, humanitaria, política y económica que afecta a nuestro país hay una sociedad palpitante, dispuesta a la acción, comprometida con el futuro,  reflexiva, critica, analítica, propositiva, deliberante, en el nivel y las condiciones particulares que enfrentan. Esto lo percibimos en las redes sociales, en las conversaciones familiares, en las reuniones sociales, en las universidades, en las oficinas, en los colegios, en las asociaciones. Cada vez más los colombianos hablan, se ocupan, discuten sobre asuntos, temas, problemas políticos, tímida o apasionadamente, radical o tibiamente, franca o solapadamente, intima o socialmente, histriónica o tranquilamente, vociferantes o tranquilos, cada vez más, cada vez más tiempo: este es el mejor de los síntomas para la democracia que aspiramos construir.
Esa nueva actitud de los colombianos explica en buena medida, independientemente de la incidencia de otras variables, los resultados electorales del pasado 27 de mayo. Participaron ¡19.636.000! colombianos en las elecciones, casi veinte millones de colombianos movilizados electoralmente, buscando marcar una senda para el país. La primera buena noticia es que los colombianos están dispuestos a asumir el destino en sus manos. Veinte millones de colombianos, no sólo preocupados, no sólo dispuestos, sino asimismo actuando. Se empiezan a sentir las brisas que evolucionaran hacia vigorosos vientos de fortalecimiento democrático.
La segunda buena noticia es la distribución de las preferencias electorales de los colombianos. Cerca de cinco millones de colombianos votaron por la Colombia Humana, una fuerza política alternativa, de izquierda, comprometida con la transición hacia un modelo de desarrollo que adopte como su eje estratégico la superación de la desigualdad, la construcción de una sociedad de clases medias, como consecuencia de la superación definitiva de la pobreza, como expresión de la consolidación de la justicia social como inauguración de una nueva era de paz.
¡Gracias! ¡Gracias! ¡Veinte millones de gracias!  ¡Cinco millones de gracias! A las colombianas y los colombianos que con su voto el pasado domingo le han gritado al mundo y a la sociedad colombiana que una nueva era de paz es posible.
El proyecto político de la Colombia Humana triunfó en ¡256 municipios! Leyeron bien ¡256 municipios! En 121 municipios, lean bien, en ¡121 municipios! obtuvo un respaldo electoral igual o superior al 50%. En 220 municipios obtuvo un respaldo entre el 30% y el 50% de los electores. Esto significa que, por primera vez en la historia política de Colombia, un proyecto político de izquierda, alternativo, independiente, simultáneamente logra una significativa expansión y una sólida implantación ¡simultáneamente! Definitivamente, las brisas tienden a vientos.
Pero hay una tercera buena noticia: la candidatura de Sergio Fajardo obtuvo un respaldo de cuatro millones seiscientos mil votos ¡cuatro millones seiscientos mil votos! ¡Merecen nuestras sinceras felicitaciones! Felicitaciones al Polo Democrático y a la Alianza Verde, soporte fundamental de esa candidatura. Emergen nuevos liderazgos nacionales, los ciudadanos respaldan nuevas formas de hacer política. Las brisas tienden a vientos.
Hay más. Hay una cuarta buena noticia. El candidato que confió en la maquinaria y el dinero, el que exhibió con arrogancia el poder del respaldo de medios de comunicación y conglomerados económicos, mordió el polvo de la contundente derrota. Las brisas tienden a vientos.
Pero hay dos malas noticias. Un buen hombre, un aliado indispensable para inaugurar la nueva era de paz, no fue respaldado por los electores. Nuestro respeto, reconocimiento y admiración a este buen hombre. Sin importar la decisión política que adopto, en nuestras mentes y en nuestros corazones hay un profundo agradecimiento, un especial cariño y la absoluta convicción de que la posteridad le reserva un sitial de honor.
La segunda mala noticia es cruel y descorazonadora pero no nos amilana. Las fuerzas del mal, síntesis de la homofobia, la corrupción, los enemigos de la paz, los promotores de la guerra, cultores del terrorismo de Estado, responsables de los falsos positivos, protagonistas de conmocionantes casos de corruptela, lograron un triunfo contundente. Constituyen un alto riesgo para la democracia y para la paz.
Estamos, en consecuencia, ante una situación difícil, pero al mismo tiempo promisoria. Alto riesgo para la democracia y para paz. A los que se oponen brisas que tienden a transformarse en vientos de consolidación democrática y de inauguración de una era de paz. La historia de los miles de hombres y mujeres de la Colombia Humana es la historia de la superación de todo tipo de dificultades; es la historia de la lucha permanente por la vida, por la paz y por la democracia.
No seremos inferiores al desafío. ¡Vamos a ganar!
Bogotá, 31 de mayo de 2018

* Estratega político. Campaña Presidencial Petro Presidente.


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