Redacción •  Negocios y Ocio •  20/02/2023

Los entierros remiten y las cremaciones ganan terreno en España

Una tendencia relevante se delinea en la industria funeraria. Con 487 hornos crematorios, España sigue consolidándose como uno de los países europeos con mayor número de instalaciones de cremación. Según Panasef, la Asociación Nacional de Servicios Funerarios, se prevé que para el año 2026, se hagan 6 cremaciones por cada 10 funerales que tengan lugar en España. Esta cifra hace referencia a que la industria de las cremaciones estará presente en más de la mitad de funerales.

Los entierros remiten y las cremaciones ganan terreno en España

La evolución de los servicios funerarios en España

Para entender el contexto actual, hay que remitirse a la historia. Porque, si bien los cementerios siempre han parecido estar en su sitio, no siempre han sido lo que son hoy. Cuando se empezaron a brindar servicios funerarios, los entierros solo tenían lugar en las iglesias. Además, tan solo los más nobles miembros de la sociedad los enterraban en el centro o en las alas laterales de la iglesia. El resto de la población se enterraba en las tierras circundantes, hasta que el rey Carlos III ordenó, en el año 1785, que se construyera el primer cementerio civil en Real Sitio de San Ildefonso, en Segovia. Su fin: preservar la salud pública separando los cementerios de las ciudades.

A este hecho, le siguió, en 1968, la inauguración de la primera funeraria de España, Sancho de Ávila, en Barcelona. En ese momento, las incineraciones ya estaban bien vistas, pues en 1964 se dictaminó que esta práctica no se oponía a ningún dogma de la Iglesia Católica. Según Tanatos Formación, el primer crematorio se instaló en Madrid, en el cementerio de la Almudena en 1973, por si surgía la demanda de algún extranjero.

También es interesante remarcar que la ley 49/1978 permitido a personas no católicas ser enterradas en cementerios públicos, lo que hizo aún más públicos los cementerios. Por otro lado, con las influencias de otros países, se introdujeron en la década de los años 80 del siglo pasado los «jardines cementerio». Este concepto, importado de los países del norte de Europa, confería a los cementerios un paisajismo único.

En 1996 se dio luz verde a la liberalización de los servicios funerarios mediante un Real Decreto publicado con el objetivo de que las empresas del sector privado pudieran trabajar en las mismas condiciones que las entidades municipales.

Sin embargo, la parte más interesante parece llegar ahora. Con la era digital, en la actualidad se utilizan las redes sociales para crear espacios virtuales entorno al difunto. Están pensados para que familiares y amigos puedan honrar a sus seres queridos fallecidos y recibir condolencias. Hay plataformas digitales que recogen las últimas voluntades de las personas y luego comparten esta información con sus seres queridos una vez que se produce el fallecimiento. También hay lápidas digitales, en las que se coloca un código QR en la lápida o en el monumento del difunto. Los visitantes de la tumba pueden obtener más información sobre la persona fallecida escaneando el código QR con su teléfono inteligente y una aplicación.

Solo el 35 % de los restos del proceso de cremación terminan en los cementerios. ¿Qué sucede con el resto?

Los servicios funerarios han evolucionado en España, pero también lo han hecho las maneras de enterrar a nuestros difuntos. Ahora, el 35 % de los restos de cremación se inhuma en los cementerios. Pero ¿qué sucede con el resto? En España, se permite hacer tres cosas con las cenizas de un ser querido. Se pueden guardar en un columbario o una tumba, esparcir en espacios destinados a tal fin o bien esparcir en la naturaleza. Solo hay que tener en cuenta que está prohibido dispersarlas en las vías y espacios públicos sin permisos especiales.

5 cosas que puede hacer con las cenizas de su ser querido después de la incineración:

  1. Guardar las cenizas en el hogar. Hay personas que prefieren no esparcir los restos de sus seres queridos en la naturaleza y desean quedárselos con ellos.
  2. Emplear las cenizas para hacer diamantes de cremación o joyas. De los restos de los seres queridos pueden crearse joyerías muy especiales y con mucho significado y valor. Una forma preciosa de honrar la memoria de los familiares.
  3. Plantar un árbol con cenizas. Existen urnas biodegradables que sirven para plantar árboles. De esta manera, veremos cómo de los restos del difunto nace la vida.
  4. Un retrato al óleo. Las cenizas se pueden mezclar con pintura al óleo. De esta manera, se podría tener un retrato del familiar con sus propias cenizas.
  5. Guardar las cenizas en una joya. Además de crear bonitas joyas con las cenizas, también hay la posibilidad de llevar una pequeña porción de cenizas dentro de un colgante o pulsera.

La ciencia tras de los diamantes de cremación

Anillo de diamantes de talla esmeralda de 10 quilates

De todas estas formas de honrar la memoria del ser querido que ha fallecido, una de las más populares es crear joyas o diamantes de cremación con sus cenizas.

Los diamantes son esencialmente átomos de carbono presurizados. Cuando los átomos de carbono se exponen a presiones extremas y altas temperaturas, se unen de forma organizada para formar cristales. Como los diamantes están hechos de carbono y el cuerpo humano tiene aproximadamente un 18 % de carbono, es posible crear diamantes de cremación. La tecnología imita el proceso natural de diamantes.

Primero se analiza químicamente cada muestra de ceniza. Antes de poder realizar alteraciones químicas, se eliminan los elementos que no son carbono y que se podrían mezclar con las cenizas de cremación. Este tipo de proceso de limpieza es necesario porque sólo se puede formar un diamante de cremación de alta calidad si la muestra tiene al menos un 99 % de carbono. Las cenizas limpias se colocan en una cámara donde la presión y el calor intenso se aplican gradualmente y el carbono se convierte en grafito. Los átomos se unen estrechamente bajo esta presión y temperatura extremas. El producto final es su diamante de cremación.

Los científicos logran crear diamantes de forma controlada, lo que permite pedir características específicas (talla, color, tamaño) para su diamante de cremación. Estas gemas también se pueden engastar en diferentes joyas de diamantes de cremación, desde pendientes hasta pulseras.

El precio de los diamantes de cremación en España comienza en 1 900 €.

Con el tiempo, las opciones más sencillas y más económicas que los funerales convencionales han ido abriéndose terreno frente a los entierros. Los diamantes de cremación se han vuelto muy populares, no solo por su precio. Estas joyas pueden hacer sentir más cerca a la persona que un día estuvo transitando esta vida, honrando su memoria para que no se olvide. Por ello, no es para nada de extrañar que los diamantes de cremación y las incineraciones estén ganando terreno a los funerales.