Redacción •  Memoria Histórica •  25/09/2022

La ARMH inicia la búsqueda de una fosa común en Piloña

  • Tratará de recuperar los cuerpos de tres personas asesinadas en noviembre de 1937: Alfredo Velasco Rueda, Laureano Corrales Oro y Paciente Huerta Peón.
La ARMH inicia la búsqueda de una fosa común en Piloña

La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) inicia mañana las labores de búsqueda de una fosa común en el paraje El Corralín de Piloña. Allí espera encontrar los restos de tres personas: Alfredo Velasco Rueda, Laureano Corrales Oro y Paciente Huerta Peón, asesinados el 22 de noviembre de 1937.

En una prospección en el año 2020 fueron localizados varios casquillos de balas junto al lugar en el que los testimonios ubican la fosa. En ella se recuperaron los objetos metálicos que se pueden ver en la imagen que se adjunta. Se trata de 5 casquillos de fusil Mauser – 7×57, un cargador, clavos de hierro y una cuchara. Además de esto, el detector daba mucha señal cerca de las ubicaciones exactas donde se cree que pueden hallarse los restos de estas personas represaliadas.

Alfredo Velasco Rueda

Era natural de Santa Eulalia de Cabranes (Asturias). Nació en 1884. Estaba casado con Consuelo Vega, también natural de Santa Eulalia de Cabranes, con la que tenía 12 hijos. Era carretero de profesión y estaba afiliado a la U.G.T. de Cabranes. Por lo que respecta a su desaparición, según los datos aportados por su familia, esta se situaría el 22 de noviembre de 1937, día en el que fue asesinado, cuando tenía 53 años. Su hija pequeña, Asunción, relata respecto al momento de la detención que no sabía quiénes eran, y que lo buscaron por toda la casa y no lo encontraron porque estaba escondido con sus hermanos, pero decidió entregarse. Alfredo fue detenido junto a otras personas, entre ellos Jesús Mulero, un tal Benito, y Laureano Corrales, aunque parece ser que uno de ellos logró escapar. A todos ellos les subieron en un camión para, supuestamente, trasladarlos a Infiesto a un presunto juicio. La detención no fue llevada a cabo por personas uniformadas, ni por militares, ni policías, sino que los encargados eran un grupo de civiles que operaban con impunidad, entre ellos un vecino de un pueblo cercano.

Laureano Corrales Oro

Fue detenido el mismo día que Alfredo, y fusilado también el mismo día, el 22 de noviembre de 1937 en Infiestu (Piloña), a la edad de 31 años. Era natural de Santa Eulalia de Cabranes (Asturias), nacido en 1906 y sus padres se llamaban José y Genoveva. En su certificado de defunción, expedido el 10 de agosto de 1941 y por tanto fuera de plazo, aparece la misma literatura que en el certificado de defunción de Alfredo Velasco Rueda, fallecido “a consecuencia de la lucha nacional contra el marxismo”. Para el caso de Laureano contamos con una fuente oral, es decir, con los datos aportados por Urbano Huerta Madiedo, quién relataba que “el finado desapareció en Infiesto siendo represaliado por los franquistas”. Una vez consultado el Expediente (completo) de la Inscripción Fuera de Plazo del Acta de Defunción, nos hemos topado con una información que descoloca de alguna manera todos nuestros datos. Este certificado de defunción señala que Laureano Corrales Oro falleció en Infiestu y que su cadáver fue enterrado en el cementerio de Infiestu. Por tanto, se puede conjeturar sobre cómo es posible que a Alfredo lo fusilaran y lo dejaran tirado al lado de la carretera que va de Cabranes a Infiestu y a Laureano lo llevaran a fusilar y enterrar al cementerio de Infiestu. No obstante, es posible que dicho expediente esté falseado y que los restos de Laureano no estén en el cementerio de Infiestu, sino que estén junto a los de Alfredo, es decir, que el camión pararía para que estas personas fueran asesinadas a medio camino entre Cabranes e Infiestu. Además, esto se puede contrastar con el dato que mencionamos más adelante, es decir, respecto a lo siguiente: “Un hijo de Alfredo, José Velasco Vega, tras conocer la noticia de la detención de su padre, recorrió 10 kilómetros caminando (la distancia desde Santa Eulalia de Cabranes a Infiesto) para recabar información sobre lo sucedido y llevarle algo de comida y abrigo. Aun así, José llegó antes y no había ni rastro del camión ni de los detenidos. Preguntó entonces a comerciantes que conocían a su padre, pero nadie había visto llegar ningún camión ni sabía nada de lo ocurrido. Según el propio hijo de Alfredo, los habrían hecho desaparecer a medio camino entre Santa Eulalia e Infiestu. Este testimonio se completa con otras fuentes orales de personas del entorno que han señalado que fusilaron a alguien en la curva de la Trambarría, situada en Bargaéu (Piloña), y en ese mismo sitio dichas fuentes orales señalan que ahí mismo hay una fosa con uno o más cuerpos”.

Paciente Huerta Peón

Era natural de Carabaño (Asturias). Según los testimonios orales recogidos, los datos aportados por la familia de Alfredo y algunas coincidencias llamativas, Paciente pudo haber sido asesinado y enterrado en un lugar muy próximo a Alfredo y a Laureano. Las coincidencias que nos hacen pensar que esta persona pueda estar enterrada en este lugar vienen marcadas por lo siguiente. En primer lugar, la familia siempre nos había comentado que a Alfredo y Laureano los detienen junto a varias personas, una de ellas natural de Carabaño; en los datos aportados por el Archivo Histórico Provincial de Asturias, este Paciente aparece como natural de Carabaño y lugar de su muerte en Infiestu (Piloña); en la Causa General de Cabranes y Piloña aparece su nombre, inscrito como Paciente, natural de Carabaño, paradero actual “fallecido”, y aparece en el mismo grupo que Alfredo Velasco Rueda y Laureano Corrales Oro (además de más personas ajenas a esta fosa); además, Alfredo, Laureano y Paciente son casi los únicos que en la casilla de paradero actual aparece la palabra “fallecido”.


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