TeleSur •  Internacional •  26/11/2016

Fidel: La historia lo absolvió

Fidel con su lucha y su ejemplo alimentó los sueños de libertad de millones y millones de hombres y mujeres del mundo. Esa es su principal contribución a la historia de la humanidad.

Fidel: La historia lo absolvió

Pocas personas en el mundo han estado en un contacto tan estrecho con la historia como lo ha estado el Comandante Fidel Castro. Él ha hecho la historia, la ha visto, la ha cambiado, la ha movido, ha sido parte de ella, la ha empujado, reseñó el cineasta norteamericano Sydney Pollack

El Comandante Fidel Castro ha sido el protagonista central de uno de los hechos políticos más importantes en la historia de América Latina: La Revolución Cubana. Con ese mérito sobre sus hombros, Fidel hace parte de la historia de la tierra de Martí, Bolívar, Miranda, Sandino, Allende y muchos otros que hicieron de su vida una gesta de libertad y soberanía.

Pero como “Fidel es Fidel”, al decir de Raúl al tomar las riendas de la Revolución en 2007, Fidel ha estado presente en muchos de los hechos más relevantes de la historia del mundo en los últimos 70 años. Cuando apenas era un joven comandó la toma de un cuartel policial en la Bogotá en llamas el 9 de abril de 1948 durante la insurrección popular llamada El Bogotazo.

Reunión entre Fidel Castro y el primer ministro de Argelia, Abdelmalek Sellal, para celebrar lazos históricos.
Fuente: Reuters

El 16 de octubre de 1953, con escasos 27 años cumplidos, hizo una radiografía magistral de la sociedad cubana, las condiciones de su pueblo, las razones de la pobreza y el subdesarrollo, denunció las injustas relaciones económicas, válido no solo para Cuba, sino también para los países sometidos por el colonialismo y el modelo económico dominante. Fue durante su defensa tras los ataques a los cuarteles Moncada y Céspedes. Allí delineó las bases fundamentales del programa revolucionario y sentenció: “Condenadme, no importa, la Historia me Absolverá”.

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De él escribió Ramonet en sus “Cien horas con Fidel” que “Pocos hombres han conocido la gloria de entrar vivos en la historia y en la leyenda. Fidel es uno de ellos. Es el último «monstruo sagrado» de la política internacional. Pertenece a esa generación de insurgentes míticos —Nelson Mándela, Ho Chi Minh, Patricio Lumumba, Amílcar Cabral, Che Guevara, Carlos Marighela, Camilo Torres, Turcios Lima, Mehdi Ben Barka— quienes, persiguiendo un ideal de justicia, se lanzaron en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial a la acción política con la ambición y la esperanza de cambiar un mundo de desigualdades y de discriminaciones…”

Su papel central en la historia mundial también ha estado mediado por su aguda capacidad para analizar fenómenos globales que impactan la vida de millones. Fidel ha sido la voz visionaria que ha presentado propuestas audaces para enfrentar problemas comunes. Ya a principios de los años 60, cuando apenas nacía la Revolución Cubana, Fidel se atrevió a proponer la creación de un mercado común latinoamericano, propuesta que se ha ido consolidando poco a poco varias décadas después.

Desde siempre ha denunciado los mecanismos perversos de la Deuda Externa y alertado sobre las crisis sistémicas antes que estas ocurran. Sus dotes de líder mundial se avisoraron desde los primeros años cuando en Nueva York sostuvo ante la prensa mundial que “no vine a pedir dinero, a eso estan acostumbrados. Yo vine en busca de buenas relaciones con los EE.UU”.

Tal vez fueron esas palabras las que desataron la hostilidad de Washington e hicieron que Eisenhower se negara a recibirlo. En su lugar fue recibido por Nixon quien luego de la reunión envió un memo a su jefe donde sentenciaba que Fidel era “un comunista al que había que derribar”. Durante esa visita a Nueva York Fidel se reunió también con líderes de la talla de Nasseer, Nehrú, Nikita Jrushov y Malcom X.

Desde los primeros años de la Revolución Cubana Fidel estuvo al frente de su defensa, como en Playa Girón en el 61. Posteriormente hace el reconocimiento de la profunda vocación latinoamericanista de la revolución durante la Segunda Declaración de La Habana, donde examina las raíces históricas de las luchas y advierte sobre los peligros del imperialismo.

Fidel ha sabido contextualizar la estrategia de ataques contra Cuba en el marco de la política exterior norteamericana. Para él ha existido un hilo conductor en esa política exterior hacia América Latina lo cual explica el disgusto de EE.UU. con la nacionalización del petróleo en México en la década del 30 y la reforma agraria de Arbenz en Guatemala en los 50, Chile y Nicaragua en los 70 o la Revolución Bolivariana liderada por el Comandante Hugo Chávez en Venezuela.

También supo sacar airosa a su pequeña nación durante la Crisis de Octubre de 1962, en los momentos más agudos de la Guerra Fría, cuando el mundo estuvo ante el peligro inminente de una guerra atómica. Asimismo dejó en claro desde el principio el sincero espíritu solidario de la Revolución Cubana al enviar a Vietnam azúcar, arroz y sangre, o entrenar médicos, maestros, ingenieros y personal especializado en la agricultura.

 Desde La Habana Fidel dirigió la histórica batalla que además de todos los logros mencionados, también liberó a Namibia

Aún la historia no ha hecho justicia a la enorme contribución de Cuba y Fidel con los pueblos de África. El mismo Fidel ha dicho que poco se sabe de la gesta solidaria en Angola donde las tropas combinadas del MPLA y los miles de voluntarios internacionalistas cubanos propinaron una derrota estratégica al régimen del Apartheid sudafricano, durante la Batalla de Cuito Cuanavale. Considerada una de las batallas más trascendentes en la historia después de los combates de la II Guerra Mundial, angolanos y cubanos derrotaron en toda la extensión a los invasores sudafricanos y reafirmaron la soberanía de esta nación africana.

Un pequeño pueblo con vocación internacionalista, frente a una potencia militar que empleó poderosas fuerzas, aviación moderna, artillería y blindados de última generación, pero no pudo tomar la localidad, convertida entonces en símbolo de resistencia y valor. Desde La Habana Fidel dirigió la histórica batalla que además de todos los logros mencionados, también liberó a Namibia.

El internacionalismo solidario de Cuba, con Fidel al frente ya había recorrido Argelia, Congo Zaire, Congo Brazzaville, Guinea Bissau y otras naciones. Los médicos cubanos siguen recorriendo los senderos de África llevando su trabajo solidario a millones de personas en aquel continente que muchos cubanos consideran su Madre Patria. Los soldados voluntarios cubanos lo único que se llevaron de África fue a sus muertos caídos en la lucha por la liberación y la independencia.

Fidel ha señalado certeramente y denunciado a las fuerzas e intereses que gobiernan y mueven el planeta. Su intervención en la Cumbre del Medio Ambiente en Rio en 1992 consolidó su roll visionario al señalar que “una importante especie biológica está en riesgo de desaparecer por la rápida y progresiva liquidación de sus condiciones naturales de vida: el hombre”. Su análisis dejó en evidencia, en pocas palabras, la relación entre la devastación del planeta y el modelo capitalista: “La solución no puede ser impedir el desarrollo a los que más lo necesitan. Lo real es que todo lo que contribuya hoy al subdesarrollo y la pobreza constituye una violación flagrante de la ecología. Si se quiere salvar a la humanidad de esa autodestrucción, hay que distribuir mejor las riquezas y tecnologías disponibles en el planeta. Desaparezca el hambre y no el hombre”.

Condujo a Cuba a ser la conciencia crítica de este continente, dijo de él Eusebio Leal, el historiador de La habana. Nunca un país tan pequeño, liderado por un ser tan humano, había contribuido tanto con la causa de los desposeídos de la tierra , como lo ha hecho Cuba con Fidel a la cabeza. Fidel ha sido una fuerza global para la liberación de muchos pueblos del mundo.

Fidel con su lucha y su ejemplo ha alimentado los sueños de libertad de millones y millones de hombres y mujeres del mundo. Esa es su principal contribución a la historia de la humanidad. Por eso hoy llega victorioso a sus 90 años y continúa, al igual que ayer, ayudando a transformar la vida de quienes luchan por la dignidad y la independencia de los pueblos.

La vida de Fidel ha hecho honor al Héroe Nacional de Cuba y “a los que me llaman por esto soñador, les digo como Martí: «El verdadero hombre no mira de qué lado se vive mejor, sino de qué lado está el deber; y ése es […] el único hombre práctico cuyo sueño de hoy será la ley de mañana, porque el que haya puesto los ojos en las entrañas universales y visto hervir los pueblos, llameantes y ensangrentados, en la artesa de los siglos, sabe que el porvenir, sin una sola excepción, está del lado del deber.»

Fidel ha estado siempre del lado del deber y por ello la Historia lo absolvió.


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